Abigail
Lídia Castro Navàs
Inglaterra, siglo XIX. Abigail es una muchacha de clase alta. Tiene una vida fácil y predecible, en relación a como mandan los preceptos sociales: su padre acordó su matrimonio pero, afortunadamente, con el tiempo surgió el amor; tiene dos hijos a los que adora y a quienes siempre acompaña la niñera, y su más grande pasatiempo es contribuir a actos sociales u organizarlos para sus amigas o matrimonios de su mismo nivel. Cierto es que se sale en algunos puntos de los cánones, como en la estrecha e informal relación de amistad que mantiene a escondidas con Juliette, su dama de compañía. Sin embargo, si le cuestionaran, contestaría sin entrar en inquietudes que es feliz. Tiene un marido al que quiere, que la quiere y respeta, y los mantiene a ella y a sus sensacionales hijos. Le agrada su crónica, lo afirmaría sin vacilación.
Pero, entonces, ¿por qué siente ese «algo» cuando ve a ese extraño? Un sentimiento inidentificable para ella la prende por dentro las contadas oportunidades en que sus miradas se han encontrado. No sabe nada de él, ni han cruzado una palabra; desconoce de dónde es y hasta su nombre. Pero lo que le causan sus ojos la ubica en una bifurcación entre cabeza, corazón y entrañas; la turba sobremanera y desafía a la rigurosa educación moral que ha recibido.
Lídia Castro nos transporta en esta corto novela romántica de corte histórico hasta la época victoriana, evidenciando una concienzuda documentación. Es Abigail quien, en primera persona, recrea panoramas reales y vestuario con fidelidad y aspecto. Cada escena representa las prácticas de la época, la ostentación y a la vez el recato que caracterizaban a la alta sociedad. Pero también nos comunica su propia historia, la de la mujer más allá de los convencionalismos, la que conoce lo que debe hacer pero tiene sentimientos y pretenciones sentimentales que trastocan su seguridad impostada. Es, resumiendo, una pelea interior que no sabe de épocas ni de clases: la que dejan libre cabeza y corazón. ¿Quién ganará…?
La imagen de la cubierta, obra de la artista Andrea Obregón, representa la esencia de esta novela: Abigail con su vestido, joyas y peinado increíbles y la mirada perdida en lo que consigua haber más allá de esa vidriera colorida y hermosa que es su crónica. Preguntándose, quizás, cómo puede sentir que le falta algo si, así como cree, lo tiene todo.Enviado por:
Luna Paniagua
Curiosidades:
– Lídia Catro Navàs nació en Flix, un pueblo de Tarragona, en 1979. Se licenció en Historia y especializó en Historia vieja y género. Comenzó publicando microrrelatos, cuentos y cuentos en un blog personal y de ahí dio el salto a la autopublicación. Abigail es su quinta novela y la primera de género romántico.