Al final del túnel
Argentina / España (2015) *
Duración: 120 Min.
Música: Lucio Godoy, Federico Jusid
Fotografía: Félix Monti “Chango”
Guion y Dirección: Rodrigo Grande
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia (Joaquín), Pablo Echarri (Galereto), Clara Lago (Berta), Federico Luppi (Guttman), Uma Salduende (Betty), Walter Donado (Canario), Laura Faienza (René), Facundo Nahuel (Schwartzenegger), Javier Godino (Zurdo).
Joaquín, paralítico trabaja en el sótano de su casa, al que ingresa por medio de un ascensor, reparando ordenadores.
Mientras su perro, Casimiro dormita, él llama a su veterinario para preguntar por los resultados de los análisis de este, ya que por el momento no quiere caminar, por lo cual pregunta si hay algún régimen u operación, decidiendo al no haberlo inyectar en unas galletas un veneno para terminar con él sin que sufra, y las almacena en un frasco.
Llaman entonces a la puerta, mostrándose bajo la lluvia una muchacha acompañada de una niña que preguntan si es él quien puso un aviso alquilando una habitación con terraza.
Al notar que la niña se aproxima a acariciar a Casimiro, ve que el animal se pone nervioso, asegurándole Joaquín que no le agradan los extraños.
Les deja ver la habitación aunque les dice que no piensa que sea lo que buscan, aunque tras verla la mujer, Berta, le pregunta si se tienen la posibilidad de alterar ya, y van corriendo dando por seguro que volverán en media hora con sus cosas antes de que les conteste.
Escoge aplazar el sacrificio del perro guardando las galletas envenenadas en un armario.
Acertadamente poco después vuelven a aparecer la mujer y su hija que se instalan allí.
Berta comienza a organizar sus libros, señalando Joaquín que no alquiló la habitación porque necesitara compañía ni para que le limpiaran y ordenaran la vivienda, contándole ella más allá de que nadie se lo pregunta que es bailarina de strep-tease.
Cuando él baja al sótano ella ve una carta que tiene con un anuncio de embargo.
Mientras Joaquín fuma en su jardín sale Berta intentando encontrar a su hija, Betty, observando que su colosal jardín está descuidado y cubierto por la maleza, habiendo una región de juego de niños dejada y un coche calcinado.
Por último encuentra a la niña escondida en un armario.
En una maleta que encuentra sobre el armario ve imágenes de Joaquín cuando no se encontraba paralítico, jugando en el jardín en este momento abandonado, con una niña.
Lo contribuye a subir a la terraza para que vea el estado en que está, aunque al llegar arriba ve que de todos modos era una explicación, habiéndole listo allí una comida para festejar el cumpleaños de él.
A lo largo de la cena le pregunta entonces si no le agradan los niños, debido a que ha visto que solamente se dirige a Betty, diciendo él que ella tampoco le habla a él, señalando Berta que Betty no habla, no porque sea muda, sino porque en un instante preciso dejó de llevarlo a cabo, señalando su psicóloga que lo realiza para apretar.
Le pregunta con quién pasa Navidad y Fin de Año, señalando él que con Casimiro.
Cuando acuesta a la niña brindan otra vez, preguntándole ella por qué no vende la vivienda tan enorme si requiere dinero, ya que según ella la vivienda debe valer 600.000 dólares.
Ella le cuenta que le agrada bailar, y para amenizar el cumpleaños ejecuta uno de sus sexys bailes para él.
Un día mira cómo Betty se aproxima a Casimiro, frente el temor de él y de su madre que la aleja del animal, aunque la niña grita y ven cómo el perro regresa a levantarse, por lo cual la dejan arrimarse observando cómo el perro se deja abrazar y acariciar.
Joaquín ve cómo se remueven sus sentimientos y llora. Pero entonces unos ruidos al otro lado de la pared llaman su atención y pega su oreja, decidiendo al notar que no escucha bien usar el estetoscopio, oyendo a un tipo que dice que debían haber revocado la pared para evadir que los escucharan.
Escoge a acoplar un micrófono al estetoscopio y empieza a grabar a los que hablan.
Comen juntos para festejar la mejoría de Casimiro.
La siguiente vez que baja escucha lo que se gravó, oyendo a un tipo que dice que escuchó el montacargas del paralítico y después nada, diciendo otro que sigan.
Incrementa su curiosidad, por lo cual ejecuta un agujero diminuto en la pared por el que sucede una diminuta cámara.
Les pide tras ello a sus inquilinas que se busquen otro lugar en el transcurso de un par de semanas, frente lo que Berta se enoja y le dice que si tiene miedo porque tuvieron una aproximación ya que bailó para él, ya que ya vio cómo la miraba. Que vivía muy cómodo y teme romper su calma, prefiriendo no cambiar su horrible vida, sabiendo ella que le agrada y no sabe lo que piensa ella, rogándole que le dé un día más, a eso que ingresa.
Joaquín anota todo lo que grava, observando que trabajan solo durante la noche cavando un túnel, llevando tierra a la parte de arriba en bolsas.
A la mañana siguiente le dice a Berta que no quiere que se vayan y le dice que baje cuando logre para enseñarle una cosa que no podrá creerse.
Baja él antes y mira las últimas grabaciones, anotando los nombres de los que trabajan al otro lado: Galereto, que es el jefe, su segundo, cuyo nombre ignora, Zurdo, un constructor español, Muñeco, Schwarzenegger, un tartamudo, Pichi y René una mujer a la que escucha que es preferible aguardar al 25, ya que un día más significaría bastante, aunque el jefe no se ve querer retrasarlo.
Y entonces ve algo imprevisto. Hace aparición en escena Berta para contarle a Galereto que el paralítico se arrepintió y decidió que se marchara, pidiéndole él que intente demorarlo diciéndole que salió a buscar pero no encontró nada, observando cómo la besa tras ello, entregándole una llavecita que cuelga en su cuello, aunque la ve enojada preguntándole si le proporciona lo mismo lo que le pasa a ella, ya que la deja en el hogar de otro tipo, diciéndole Galereto que el tipo es paralítico.
Le pide tras ello que no vuelva a bajar, ya que es arriesgado, más allá de que ella le dice que bajó desde la terraza, pidiéndole que se comunique solo por mensaje.
Cuando Berta le pregunta qué quería enseñarle le dice que era algo de Youtube.
Un día mientras está en la cama escucha cómo la niña se aproxima a la cama y se queda mirándolo, aunque sin decir ni llevar a cabo nada.
Mira también cómo la niña le habla al perro, por lo cual colocado en el collar de este un micrófono.
Ve cómo uno de los atracadores, el segundo, Canario, le exhibe a Galereto un móvil que encontró en la bolsa del llamado “Muñeco”, al que llaman, observando cómo nuestro Canario lo golpea, observando cómo el hombre se explicación diciendo que llevó el móvil por error, pero Galereto le pide que se tumbe en la mesa y le atan, pidiéndole que muerda un trapo, debido a que va a clavarle un destornillador en la pierna y no quiere que grite.
Muñeco dice que envió mensajes a una chica que le gustaba y han quedado cerca de allí, diciendo Galereto que no ha planeado en que la chica puede llevar a cabo conjeturas tras darse cuenta del robo, tras lo que le clava sin piedad el destornillador en la pierna, tras lo que le pregunta si es policía, lo que el otro niega, observando cómo Canario le ubica una manta en la cabeza, tras lo que Galereto le clava una piqueta en la cabeza.
Tras ello sugiere que tienen que continuar mandando mensajes a la chica para que no sospeche.
Toma una copa con Berta y hacen un juego por el que cada uno responde a las cuestiones del otro, preguntándole ella si podría curarse su pierna, señalando él que debería someterse a una operación, aunque elige no comentar de esto.
Le pregunta también si estuvo enamorado, respondiendo él que una vez, y contándole ella que frecuentemente, por lo cual le pregunta si está saliendo con alguien, preguntándole ella si es que va a hacerle una iniciativa indecente, a eso que él le responde que solo quiere entender hasta qué punto le está contando la realidad.
Ella le pregunta cuánto tiempo provoca que nadie se conquista de él, respondiendo él que ya se quitó la iniciativa de la cabeza, aunque ella le dice que él podría conquistar a alguno. De repente ella comienza a sentirse mareada, frente lo que él le dice que se acueste en su habitación, y aunque ella dice que podrá llegar arriba termina tumbándose en la cama de él, observando cómo le pone una inyección, temiendo ella que desee violarla, diciéndole él que no va a llevar a cabo eso, tras lo que la ata diciéndole que Betty estará bien.
Los atracadores siguen preparándolo todo, detallando Galereto que las cajas 747 y 748 están conectadas a la alarma según les ha dicho su confidente, logrando estar repletas de dinero de los narcotraficantes rosarinos.
René por su lado les enseña cómo tienen que llevar a cabo las detonaciones, diciéndole Galereto que ella deberá ingresar también en sustitución de Muñeco.
Berta le dice que no sabe qué está intentando de hacerle, aunque le afirma que no le saldrá bien, preguntándole Joaquín qué le ve a su novio, señalando ella que no es una mala persona y que no le logró mal a nadie y las trató realmente bien a ella y a Betty, preguntándole él si busca es un padre para Betty, tras lo que le exhibe las imágenes que grabó y en las que termina con su compañero dejándola horrorizada.
Después le cuenta a Betty que su madre está mal y le dice que ha planeado que se baje todas sus cosas a una habitación que tiene abajo clausurada con llave, aunque ella se ve enojada, diciéndole él que no debe asustarse, ya que él no le hará nada malo.
Le exhibe tras ello la habitación, completamente decorada para la que debió ser su hija.
Comienza a estudiar la situación de los ladrones y a prepararse físicamente para lograr quitar parte del botín, abriendo un boquete en el suelo para eso.
Berta le dice que a lo destacado puede asistirle para que no lo maten, asegurando él que no lo harán, explicándole ella que se comunica por medio de mensajes donde siempre debe existir al inicio un espacio, reiterar alguna letra y finalizar con un punto, diciendo él que ya se percató y asegurándole que puede ganarles, aunque ella le dice que se dará cuenta, diciéndole él que solo va a robarles una sección de lo que saquen, recomendándole ella si requiere dinero que venda esa casa.
De repente los atracadores se topan con una tubería que no se esperaban y que no hace aparición en los planos, concluyendo que se desviaron dos metros, por lo cual deberán postergar el plan hasta el domingo a primera hora, debiendo trabajar 4 horas más por día.
Hace aparición entonces Canario que pensó en usar una jaula de gatos en lugar de los carritos para que no se les caiga nada, lo cual dificultará los proyectos de Joaquín.
Consigue abrir por último el boquete y se cuela por el mismo, llegando al túnel, por el que se arrastra, poniendo sobre el agujero un tapón sobre el que, con cola pega después arena para que no desentone del resto.
Se arrastra hasta el sitio donde apareció la tubería y la mide, pero cuando trata de regresar a su casa ve que los atracadores llegaron antes y se disponen a ingresar en el túnel, debiendo retroceder y esconderse en uno de los recodos debiendo contemplar su cara para evadir que lo descubran.
Los oye debatir frente a él, comentando de la vivienda en que se esconderán, señalándole Canario a Galereto que es bastante confiado al contárselo a Zurdo, del que no se fía.
Consigue regresar cuando queda poco tiempo para que se le pase el efecto de la inyección a Berta, pero entonces no encuentra a Betty, observando de repente que no está el montacargas, por lo cual se descuelga por las escaleras, observando que la niña descubrió el túnel y ha entrado en la galería, viéndola por el monitor dentro, justo antes de que lleguen los atracadores, en este momento con un prominente cargo policial, Guttman, que dice que no le agrada el retardo, aunque les seguirán sirviendo los petardos y fuegos de las fiestas para detonar un pequeño explosivo justo antes de ingresar.
Zurdo ve entonces que le desapareció el reloj.
Guttman le proporciona a Galereto un catálogo con todas las cajas de seguridad que no tienen que tocar, tras lo que le pregunta si es verdad que tras el golpe se quita, diciendo él que sí, ya que hay una chica y conseguirá el dinero y la mujer a la vez.
Le pide que anote la 155, ya que es la caja que él quiere, pensando Galereto que es algo con lo que lo extorsionan
Les dice que el domingo estará todo desconectado y enviará a las patrullas a otra sección. Cuando se marchan, la niña regresa al túnel y Joaquín la contribuye a subir y trata de calmarla, ya que está muy asustada, abrazándola y besándola, aunque conociendo entonces que la niña se quedó con el reloj del español.
Corre entonces hasta la habitación al notar que Galereto está llamando a Berta por teléfono y le pide a esta que conteste para asistirle, aunque ella no le obedece.
Le cuenta entonces que Betty habla con Casimiro y le pone las grabaciones, tras lo que le pregunta cuándo dejó de comentar, señalando ella que dos años antes, lo que coincide más o menos cuando empezó a salir con Galereto, poniéndole tras ello una grabación en que Betty le cuenta a Casimiro lo que le dice el novio de su madre de que van a divertirse a un juego, pero que no tienen la posibilidad de contarle nada a mamá para que no se ponga celosa, un juego al que juegan todos los chicos y las chicas y que no debe asustarse.
Al escucharlo Berta llora muy dolida. Joaquín le pide su asistencia para arruinarle la vida inundándole el túnel de agua, mientras ella dice que lo va a matar, pidiéndole él que la ayude, cogiendo ella de hecho el teléfono cuando la regresa a llamar, debiendo disimular diciendo que habla en bajo porque él está cerca, pero que no baja ya.
Tras ello Joaquín regresa a inyectarle y le dice que será la última vez más allá de que ella reitera que que requiere ver a su hija.
Comienza tras ello a remover los ordenadores del sótano, observando desde el jardín los fuegos artificiales de la fiesta, cuando hace aparición Betty tras él, que ya se ve confiar en él.
René sube del túnel detallando que ya fijó la carga, tras lo que se van a reposar aguardando la entrada sosprechada para las 8.
Joaquín cierra el cuarto de Betty para que no salga, en el transcurso de un rato.
Joaquín se venda los brazos para no dañarse, mientras fuera llueve con fuerza y avanza por el túnel y quita la carga que se encontraba bajo la cámara de seguridad, realizando él un agujero a mano, consiguiendo ingresar a la cámara, donde abre la caja 748, quedándose con todo el dinero, pero dejando la documentación, tras lo que vuelve al túnel a toda agilidad, aunque no la bastante, ya que oye las voces de los atracadores, observando a René que mira, diciendo que todo está bien, sugiriendo el jefe comenzar ya y no aguardar en el momento punta, ocasionando la explosión sosprechada, debiendo él regresar a la cámara de seguridad para evadir que le afecte, saliendo tras la explosión utilizando la nube de polvo para llegar hasta su sótano justo a tiempo para evadir que le descubran.
Desde allí los escucha seguir por el túnel hasta llegar a su destino, donde empiezan a abrir las cajas, comenzando próximamente a salir las jaulas cargadas de dinero, mientras de a poco la tubería, lista por él empieza a dejar caer agua, comenzando los atracadores a saber que el túnel está comenzando a inundarse, gritando René que tienen que salir antes de que reviente.
Fuera, observando que todo se vendrá abajo Galereto, Canario y Zurdo deciden huír, dejando a sus tres compañeros allí, decidiendo dos de ellos regresar al notar que no le va a ofrecer tiempo a salir.
René si avanza, por lo cual queda atrapada y grita pidiendo asistencia al Canario, asomándose Joaquín al escuchar los gritos de socorro, decidiendo ayudarla, aunque entonces ella comienza a gritar que hay allí un tipo, por lo cual escoge soltarla, y aprieta el tapón por el que trata de huír hasta que deja de escucharla mientras el agua comienza a inundar también su sótano.
Joaquín que había apilado numerosos ordenadores antiguos los hace caer sobre el agujero tras lo que sube al piso de arriba con la mochila con el dinero.
Arriba, y cuando el agua les llega a la cintura, los que han quedado atrapados en la cámara deciden que tienen que llevar a cabo sonar la alarma.
Joaquín va a conocer a Berta, a la que se le debieron pasar los efectos, pero que sigue dormida, intentando él de despertarla diciéndole que les fue mal y mató a un individuo, observando cómo ella lo golpea entonces con un cenicero, colocándose tras ello encima de él mientras le pregunta por su hija, que él le dice está bien.
Le pide que le cuente lo ocurrido, señalando ella que no le importa el dinero y que ellos volverán y debe suponer lo que le ocurrirá a ella.
Él le dice que no podía confiar, diciendo ella que sí podía y le dice que en este momento se debe ir y él apañárselas solo, tras lo que lo besa, pero le pide que la deje marcharse, ya que debe proteger a su hija, señalando él que puede cuidarlas a ámbas e irse juntos.
Ella le pide que le perdone, ya que le agrada bastante, pero se dispone a ponerle una de las inyecciones que él le ponía a ella, aunque él se revuelve y la golpea consiguiendo liberarse de ella y poniéndole él la inyección.
Se ducha tras ello para quitarse todos los restos de tierra mientras fuera se escuchan las sirenas policiales y dentro los tipos de la cámara gritan pidiendo asistencia.
Mientras llega policía, bomberos y ambulancias él sale con su silla de ruedas y le cuenta a un policía que se está inundando su sótano, diciendo este que ya cortaron el agua.
En un coche ve a Guttman comentando por teléfono con Galereto que le cuenta que empezó a salir agua por todos los lugares y debieron abortar el trabajo, y cuando le pregunta por sus cosas, le sugiere que no llegaron a sacarlas.
Poco después llaman a la puerta, observando que hablamos de un comisario y de Guttman. Le preguntan si está solo, diciendo que están también su mujer y su hija, diciéndole que van a comprobar su casa porque creen que posiblemente intentaran quitar el banco.
Un policía ve a Berta y a Betty con Casimiro en la misma cama, bajando otros al sótano mientras Guttman, sentado en su salón le da un cigarrillo que él repudia, mientras ve cómo Galereto llama al teléfono de Berta y no puede agarrarlo.
Guttman le pide su teléfono y le envía su número diciéndole que si ve algo extraño o se acuerda de algo lo llame a él.
Poco después de que se retiraran vuelven a llamar a su puerta, observando que hablamos de Galereto que dice es de la policía, diciendo él que se terminan de ir otros policías, señalando Galereto que son de otra brigada, debiendo dejarles ingresar.
Mientras están allí les llama Guttman que le dice que robaron la caja 748, que era una de las que no podían quitar, diciéndole Galereto que es realmente difícil, diciéndole Guttman que están muertos si no devuelven ese dinero,
Mientras hablan, Joaquín le envía a Guttman un mensaje pidiéndole que vaya a su casa.
Joaquín les cuenta a Galereto y sus compinches lo que dijeron los otros policías y le preguntan si hay alguien más en la vivienda, detallando él que hasta el día previo tenía a una mujer y a su hija alquiladas, pero que por el momento no están, sin saber que justo en ese instante hace aparición tras él Betty, observando mientras habla cómo Galereto ubica un silenciador en su pistola antes de enseñarle que vió a Betty.
Va tras ello hasta la habitación donde encuentra a Berta durmiendo y le pregunta qué le logró, respondiendo él que nada, preguntándole por qué mencionó que se habían ido, detallando que porque le ha dicho ella que lo dijera, preguntándole Galereto por qué está drogada y con marcas de estar atada, no teniendo respuesta, y contándole que está en su cama porque se encontraba mareada y no ha podido subir a su habitación.
Galereto le dice si es verdad lo de las piernas, ya que cuando uno dice una mentira debe decir por lo menos otras dos para cubrirla, y después otras 4 para contemplar esas dos, tras lo que lo tira al suelo y Canario lo patea de Betty, sentada con Galereto, golpeándolo tras ello en la boca, diciéndole Galereto que es sustancial que sepa que tras verles la cara no tienen la posibilidad de dejarle vivo, pero que puede elegir por continuar como hasta ese instante, intentando de ahorrar tiempo aguardando que alguien le salve, lo que le supondrá tener la peor muerte que se logre imaginar, llena de mal, con mucha sangre y varios huesos rotos, u elegir por decir la realidad, lo que le supondrá una muerte rápida y sin mal.
Mientras lo apalean suena el teléfono de Berta, que coge Galereto oyendo a Guttman que le dice que le abra, ya que está en la puerta de su casa, siendo recibido a punta de pistola por Galereto que le quita el arma y le dice que le va a argumentar todo.
Le pregunta por qué llamó a ese teléfono.
Ni Galereto ni Guttman comprenden qué ocurrió, disponiéndose el primero a matar a Joaquín que se pone a gritar a la vez que Guttman que le dice que si lo realiza lo complicará todo.
Joaquín grita entonces: “Ayúdame, Zurdo, contale”, preguntándole Galereto a este de qué lo conoce, asegurando este que de nada, diciéndole Joaquín que si no lo cuenta lo contará él, no entendiendo tampoco Zurdo nada, dando por seguro que no lo conoce de nada.
Joaquín cuenta entonces que el Zurdo se pasaba por las tardes a escondidas por la terraza para ver a Berta y que los dos le contaron todo lo del robo, lo del túnel y cómo llevar a cabo un hueco en su sótano para lograr coger la plata de los carritos y que se iban a repartir un porcentaje entre los tres, aunque después modificaron los carritos por las jaulas de gato y que fue Zurdo quien ató a Berta y le pegaba, obligándole a él a ponerle unas inyecciones para tenerla dopada.
Zurdo se protege diciendo que debe ser él quien tenga algo con Berta.
Joaquín dice tras ello que tienen que ser Galereto y Canario, demostrando que alguien les mencionó de ellos, y les dice que sabe también que se iban a ocultar los tres en una vivienda en las Lomas de Zamora, algo que solo sabían ellos tres.
Les pide tras ello que abran el armario del reloj, en cuya caja escondió el reloj del Zurdo para que vean que no miente, diciéndoles Joaquín que lo olvidó él.
Al verse acorralado, y comprendiendo que lo van a matar el Zurdo tiene una reacción disparándole al Canario y después a Galereto, aunque falla y es este quien termina con él, corriendo después a auxiliar a su amigo el Canario que se desangra.
Mientras lo abraza dispara a Joaquín, aunque no posee ya balas.
En ese instante Berta se despierta y sale de su habitación, frente a la cual encuentra la pistola del Zurdo con la que se aproxima al lloriqueante Galereto al que, tras llamarlo hijo de puta le dispara en la cabeza, tras lo que se dirige a su hija a la que abraza pidiéndole perdón, abrazándose Joaquín también a ellas.
Para entonces Guttman consiguió desatarse y Joaquín le apunta y le pide que se quede inmovil, afirmando Guttman que por mejor que esté planeado un plan siempre acaba en relación de una mujer o de la suerte, pidiéndole a Joaquín que deje de apuntarle, ya que no sabrá qué llevar a cabo con 4 cadáveres, cargando él en su coche los de los tres atracadores, tras lo que le dice que para remover las manchas de sangre les dé con agua oxigenada.
Le pregunta tras ello dónde tiene el dinero, detallando que se llevará la mitad y le dejará a él pensando en todo lo que le podría llevar a cabo para arruinarle la vida, señalando Joaquín que también él puede arruinársela, sacando el PC y mostrándole las imágenes que grabó del túnel donde salía él con los atracadores.
Mientras habla, Guttman coge las galletas en que Joaquín puso el veneno para el perro y come numerosas, diciéndole a Joaquín que eso le auxilia solo por un instante, pero solo por un instante, ya que tras ello apunta con su pistola a Berta y a Betty y le pregunta cuál de las chicas quiere que muera primero, frente lo que Joaquín le sugiere dónde está la mochila con el dinero.
Tras coger la mochila y guardarse algunas galletas en el bolsillo, le sugiere que borre lo que grabó, ya que no está hecho de pasta para eso y ríe mientras se dispone a marcharse diciendo que en el final es como él ha dicho, que todo es dependiente de una mina o de la suerte.
Se marcha en su coche con el dinero y con sus cómplices en el maletero cuando de repente empieza a sentirse mareado hasta terminar chocando con una camioneta, asomando por el capó el brazo de uno de los muertos.
Guttman sale del coche, que empieza a arder, cayendo en la calle.
Hasta entonces Joaquín abraza a Berta y a Betty tras la conmoción.
Unos días después su casa hace aparición vacía y Berta, Betty y él cargados con maletas la abandonan, cogiéndole la niña la mano.
Calificación: 3