Arrugas
España (2011) *
Duración: 89 min.
Música: Nani García
Fotografía: David Cubero
Guion: Ángel de la Cruz, Paco Roca, Ignacio Ferreras y Rosanna Cecchini (Cómic: Paco Roca)
Dirección: Ignacio Ferreras
Emilio, adulto mayor jubilado y que padece un alzhéimer es ingresado por su hijo en un geriátrico, cansados de todas las afecciones que crea gracias a su patología.
Mientras lo llevan a su nuevo cuarto recuerda su primer día de escuela, cuando se sintió desamparado y deseaba volver con su madre.
En el asilo compartirá habitación con Miguel, que, más allá de llevar en Galicia 30 años, no perdió el acento de Argentina, país en el que pasó la mayoría de su historia, y que llamará Rockefeller a Emilio al darse cuenta de que fue director de una sucursal bancaria.
Miguel será el solicitado de enseñarle las instalaciones y de ponerle al día de la rutina día tras día de su nuevo hogar: le exhibe la salón de estar, que conocen como la pecera, el salón de televisión donde solo les ponen documentales de animales, y la piscina, que, le comunica, es para impresionar a los usuarios – los que abonan las facturas – pero no para los internos, debido a que la mayoría requieren asistencia inclusive para ducharse.
En el comedor comparte mesa con otros ancianos, comprobando que algunos están muy resignados y entienden a sus hijos. Comprueba también el cariño de Loly hacia Sencillo, su marido, y su paciencia, cuidándolo más allá de que él solamente se proporciona cuenta de nada gracias a su adelantado estado de alzhéimer.
Tras haber visto cómo Miguel tima a una viejecita a la que le pide dinero para que llame por teléfono, lo que jamás conseguirá, Emilio le acusa de robarle la cartera.
Los miércoles los ancianos acuden a clase de gimnasia, unos ejercicios muy básicos firmes en pasarse la pelota unos a otros, pero con los que los ancianos disfrutan viendo – y alguno inclusive tocando – a la atractiva monitora.
Cuando otro día le desaparece el reloj escoge buscarlo entre las cosas de Miguel, conociendo que este oculta en su armario una caja llena de dinero y de pastillas, amenazándole este cuando lo revela, con pegarle si cuenta lo que vio.
Cuando llega la Navidad, todos los internos reciben a sus familiares, aunque Emilio se pregunta quién es el niño que lo llama abuelo, al seguir su patología.
Y será a lo largo de esas fiestas cuando él se proporciona cuenta de la patología que padece, cuando le dan por error la medicación de Sencillo, y comprueba que es prácticamente como la suya.
Un día sube al piso de arriba más allá de que Miguel le había advertido de que no lo hiciera, conociendo allí a los asistidos, la multitud que requiere asistencia para lo más básico, sintiéndose muy triste a verlo.
Le cuenta a Miguel su hallazgo y este le ofrece tomarse las pastillas que tenía almacenadas en su cuarto, a eso que Emilio se niega, observando cómo se dirige a la piscina y se tira vestido a ella.
Desde ese instante Miguel tratará de asistirle, intentando de evadir que los enfermeros y médicos se den cuenta de sus despistes, evadiendo que le hagan las pruebas que logren llevarle arriba, como subieron a Sencillo, subiendo Loly con él para lograr continuar juntos.
Con el dinero juntado, Miguel se hace con un descapotable que debe conducir Emilio, yendo los dos adjuntado con Antonia, otra anciana a gozar la independencia, tolerando un incidente, tras haber conducido en dirección contraria.
Aunque las lesiones no son muy graves, Emilio es subido a la planta superior.
Poco después Antonia se verá sola en el comedor porque Miguel decidió imitar a Loly y subir al piso superior con Emilio para contribuir a este y cuidarlo.
Calificación: 3