Bajo sospecha

Under suspicion (1999) * USA / Francia

Duración: 110 min.

Música: George Acogny

Fotografía: Peter Levy

Guion: W. Peter Iliff, Tom Provost (N.: John Wainwright / Garde à vue (1981) de Claude Miller, Jean Herman, Michel Audiard))

Dirección: Stephen Hopkins

Intérpretes: Gene Hackman (Henry Hearst), Morgan Freeman (Victor Benezet), Monica Bellucci (Chantal Hearst), Thomas Jane (Felix Owens), Nydia Caro (Isabella), Miguel Ángel Suárez (Superintendente), Pablo Cunqueiro (Detective Castillo), Isabel Algaze (Camille Rodriguez), Jacqueline Duprey (Maria Rodriguez).

Henry Hearst, abogado rico e influyente de Puerto Rico y casado con una hermosa mujer de nombre Chantal se enlista para asistir a una fiesta de beneficencia, encaminada a recaudar fondos para contribuir a las víctimas de un fuerte huracán.

Mientras se viste recibe la llamada de Victor Benezet, un capitán de la policía que le pide que se pase a verlo antes de la fiesta para aclarar una investigación puesto que Henry fue quien llamó a la policía para comunicar de que había encontrado el cadáver de una niña de 12 años, mientras hacía footing, y Benezet trata de aclarar algunos puntos de su primera confesión.

Henry se muestra en la comisaría suponiendo que el asunto no requerirá más de unos minutos, encontrándose con que, lo que él pensaba que iba a ser una aclaración de aquello se transforma en un interrogatorio en que Benezet y su ayudante, el oficial Owens, tratan de hacerle ver que sospechan que él tuvo algo que ver en el asesinato de la chica.

Le hacen ver las contradicciones entre las distintas confesiones de cómo encontró el cadáver, para, a continuación relacionarle con un segundo asesinato, de otra niña de la misma edad que la previo y que apareció en un suburbio de la región, puesto que su coche fue visto allí la noche en que ocurrió el hecho.

Él manifiesta que fue a conocer a su cuñada María y a sus sobrinos para llevarles regalos de Navidad, tras lo cual se quedó dormido en un banco.

Pero Benezet le replica que hay prostitutas de aquel vecindario pobre que le señalan como cliente recurrente.

Debe admitir entonces que su relación con Chantal no es tan buena como desearía y que no mantiene relaciones sexuales con él, por lo cual debe recurrir a los servicios de las prostitutas.

Le hacen ver además que investigaron su servidor de Internet, conociendo que visitaba páginas pornográficas de mujeres que posan vestidas como colegialas.

Y al no poder argumentar eficazmente su presencia en ninguno de los dos homicidos, Benezet escoge detenerlo, aplazando el interrogatorio hasta el desenlace de la fiesta, a la que él mismo debe asistir.

A lo largo de su sepa deja a Henry con Owens, el cual es menos educado y más violento, y el cual empieza a hacerle insinuaciones que Henry considera intolerables.

Más allá de todo se verán obligados a dejarlo en independencia por demandas del Superintendente para que acuda a la fiesta a ofrecer su alegato y poder recaudar más dinero, aunque tras llevarlo a cabo debe regresar a la comisaría, donde ve que Chantal está comentando con Owen.

Esta les asegura que ella y su marido duermen en camas separadas y que, eso se causó cuando sorprendió a su marido con Camille, su sobrina, en una actitud que no le gustó. Chantal les otorga además permiso para que vayan a su casa y busquen pruebas, encontrándose allí con fotografías de las muchachas asesinadas así como de otras jovencitas, por lo cual Henry debe admitir su autoría.

Pero hace aparición entonces otra policía que asegura haber encontrado al verdadero asesino que guardaba en su coche imágenes de las víctimas y de los homicidos, por lo cual por último deberán dejar en libertad a Henry.

Calificación: 2