Estaba tan emocionado, brincando y saltando por todo el asiento del auto. Tenía una buena razón para estar tan emocionado: period su primer viaje por carretera; un viaje en automóvil a través de una ciudad a una nueva.
Le habían dicho que sería un viaje largo. Estaría sentado en el coche desde la mañana hasta que se pone el sol y sale la luna. Quería ver las nubes que perseguían su auto, la luna que lo seguía tan rápido como su auto se movía. Las maletas habían sido empacadas hacía dos días y apenas podía quedarse quieto por más tiempo. Corriendo hacia la puerta una y otra vez, comprobando por enésima vez si period hora de irse.
Todos los edificios que se alejaron, como dando paso a los árboles y granjas que lo estarían esperando. Dándole la bienvenida con sus ramas meciéndose, haciendo que el aire huela tan fresco; el cielo tan claro y todo en multitud de tonos de verde hasta donde alcanzaba la vista.
Ahora, mientras el paisaje pasaba, más rápido de lo que sus ojos podían seguir, no quería moverse; en caso de que se perdiera una vista. Sus padres respondieron a todas sus preguntas, dando nombres y explicaciones a todas las cosas misteriosas, hermosas y coloridas que estaba viendo.
Llevaba sentado bastante tiempo; estaban en el inside de su país, lejos de la ciudad en la que había vivido durante sus 4 años. Sus ojos habían visto tanto, absorbiendo cada detalle tan rápido como su pequeña mente podía comprender.
Los caminos eran diferentes, menos anchos, más accidentados y polvorientos a veces. Su imaginación de que todo period verde no period del todo correcta; Es cierto que había grandes porciones de verde hasta donde alcanzaba la vista, pero el marrón period el shade que veía con más frecuencia. Más de lo que quería ver.
Marrones y polvorientos, marrones y motas de shade de todas las tonalidades de grises y marrones, colores apagados que parecían descoloridos, ondeando en el viento; a veces alejándose de la carretera, a veces entrando en la carretera. Las motas de colores que vio estaban descoloridas y sucias; pedazos de plástico; pedazos esparcidos hasta donde alcanzaba la vista.
Estaba tan infeliz, ¿a dónde se había ido todo el hermoso verde? ¿Dónde estaban los paraísos verdes resplandecientes y generosos que había visto hacía poco tiempo? ¿Por qué había tanto desorden y suciedad a los lados de las carreteras, en las pequeñas colinas, dondequiera que volviera?
¿Quién había esparcido tanta basura, suciedad y mugre aquí en este refugio verde?
No pudo detenerse y se volvió hacia su mamá y tuvo que preguntar … «¿Por qué hay tanta basura por todas partes?»
Su madre le dio unas palmaditas en la cabeza, sonrió y dijo: “¿Recuerdas, cuando te digo que arrojes envoltorios y paquetes vacíos a la basura? Bueno, si no lo hacemos, entonces esto es lo que sucede. ¡Tienes basura por todas partes! «