Cabeza borradora
Eraserhead (1976) * USA
Duración: 90 min.
Música: Peter Ivers
Fotografía: Frederick Elmes
Guion y Dirección: David Lynch
Intérpretes: Jack Nance (Henry Spencer), Charlotte Stewart (Mary X), Allen Joseph (Bill X), Jeanne Bates (Señora X), Judith Anna Roberts (Vecina), Laurel Near (Mujer del radiador), V. Phipps-Wilson (Casera), Jack Fisk (Hombre del Planeta), Jean Lange (Abuela), Darwin Joston (Paul).
Un hombre, Henry Spencer, hace aparición flotando en el espacio, apareciendo de su boca una clase de enorme espermatozoide.
Mientras flota, hace aparición tras él un extraño planeta donde un hombre de aspecto también extraño y medio consumido acciona numerosas palancas, abriéndose numerosos agujeros.
Henry Spencer camina por un espacio inhóspito, entre montículos de arena, cargado con su adquisición, y pisando algún charco antes de internarse entre lo que parecen los restos de antiguas factorías en las que se escuchan fuertes ruidos, antes de llegar a su apartamento, al que ingresa a través de un lentísimo ascensor cuya luz viene y va.
Cuando por último llega a su cuarto se abre la puerta de la habitación de enfrente, preguntándole una hermosa mujer si es Henry, para mencionarle que recibió una llamada de una tal Mary para invitarlo a cenar en el hogar de sus padres.
Ya en la habitación pone música y se quita los zapatos y calcetines que se le mancharon de barro tras pisar numerosos charcos, observando la ventana de su cuarto tapiada antes de rebuscar en el cajón de un mueble sobre el que se apila un montón de paja, una fotografía rota en dos mitades, observando a Mary.
Esta le espera impaciente viendo por el cristal de la puerta mientras él va hacia su casa caminando durante una vía hasta que le asustan unos ladridos.
Cuando llega por último a casa de Mary ve cómo al costado de esta una fábrica expulsa constantemente gigantes bocanadas de humos entre un enorme ruido.
Mary, que seguía esperándolo asomada al cristal le recrimina que llegue tarde, diciendo él que no sabía si debía ir, ya que hace bastante que por el momento no lo visita.
Ella le dice que la cena está ya lista y le invita a ingresar al salón donde está su madre, que lo saluda y lo invita a sentarse, tras lo que le pregunta a qué se dedica, diciendo él que está de vacaciones, aunque trabajaba en la imprenta Lapell.
Mientras hablan Mary empieza a ponerse nerviosa y debe calmarla su madre, que comienza a sacar de su espalda muchos de algodón.
Hace aparición entonces Bill, que le enseña que tienen esa noche para cenar unos pollos más pequeños que su puño, explicándole a Henry que es fontanero y que vio transformarse esa región de pradera en infierno, prestando asistencia él a poner todas las tuberías de la región.
En la cocina, donde está también la abuela que está en estado catatónico, la madre de Mary acaba de elaborar la comida, cogiendo las manos de su madre y moviéndoselas para que remueva la comida, poniéndole después un cigarrillo en los labios a la vieja, que aspira el humo y lo expulsa sin quitárselo de la boca.
Cuando saca la comida, Bill le cuenta a Henry cuenta que le operaron el brazo 14 años atrás, y aunque le dijeron que no podría utilizarlo otra vez, a partir de masajes diarios consiguió volver a moverlo.
Invita después a Henry a que corte él el pollo enano, observando que al pincharlo empieza a mover las patas y a dejar caer sangre, empezando la madre de Mary a delirar, saliendo de la salón perseguida por su hija, asegurando Bill que se pondrá bien enseguida.
De hecho, la mujer vuelve poco después como si nada le hubiera ocurrido y se transporta a Henry a una habitación diciéndole que debe comentar con él, preguntándole una vez a solas si tuvo relaciones sexuales con Mary, respondiendo él que quiere a Mary y que ese no es su inconveniente, empezando entonces la mujer a besarle en el cuello, frente lo que él llama a Mary, que la divide.
Le cuenta entonces la mujer que Mary tuvo un bebé que está ingresado en el hospital y que él es el padre, frente lo que Mary le dice que no están seguros de que sea un bebé, diciéndole su madre que, aunque prematuro es un bebé, y que podrán recogerlo cuando se casen.
Henry se siente asustado y empieza a sangrarle la nariz y cuando se quedan solos Mary le pregunta si no le importa casarse con ella, respondiendo él que no.
Ya en el apartamento de él, Mary trata de ofrecer de comer a un extraño ser deforme, que se ve más un cordero que un niño, aunque termina por perder la calma frente la carencia de colaboración de este.
Allí la encuentra Henry cuando vuelve, tumbándose él en la cama y quedándose observando el radiador tras el cual empieza a ver un ámbito que se ilumina, más allá de que se apaga poco después mientras escucha los gemidos de la criatura.
Antes de acostarse Henry almacena en una caja, semejante a un sagrario de madera el espermatozoide que salió de su boca.
Cuando se acuesta con Mary la criatura continúa llorando, sin que ninguno de los dos, más allá de estar despiertos se mueva hasta que la mujer se levanta y le pide que se calle, aunque como no para de llorar escoge vestirse y marcharse dando por seguro que no lo aguanta más, ya que la está volviendo loca y él no la asistencia más allá de estar de vacaciones.
Él le pregunta por qué no se queda en su casa, sacando ella la maleta de debajo de la cama y marchándose pidiéndole que se ocupe él de todo.
Henry se queda solo con el bebé llorando mientras se piensa a su vecina llegando a casa muy hot.
Cuando la criatura se ve callarse se levanta y le pone el termómetro observando que tiene fiebre y que le han salido úlceras, por lo cual al no poder abrir la ventana tapiada le pone un humidificador para asistirlo a respirar.
Se dispone a marcharse cuando la criatura regresa a llorar, por lo cual, resignado se sienta con él.
Durante la noche y mientras duerme vuelven a prenderse las luces tras el radiador, mostrándose en esta ocasión sobre el ámbito una mujer rubia con la cara abultada como las ardillas y que baila mientras empiezan a caer a su lado una clase de cordones umbilicales que se mueven, como serpientes que ella pisa y aplasta.
Cuando se despierta Mary está a su lado ocupando parte de la cama, conociendo él al intentar lograr que se corra hacia el otro lado que entre los dos hay bastantes seres como pqueñas serpientes, como si su mujer estuviera dando otra vez a luz, lanzándolos hacia la pared y destruyéndolos de ese modo, mientras el que él escondió en la caja de madera empieza a desplazarse hasta el extraño planeta, donde empieza a crecer hasta transformarse en un monstruo.
Abre tras ello la puerta de su apartamento, conociendo que al otro lado aparece de la oscuridad su vecina que le dice que se dejó las llaves de su piso y es muy tarde, por lo cual entra insinuante en su casa, mientras él se aparta como asustado.
La criatura empieza a llorar y él le tapa la boca para que se calle.
Ella le pregunta dónde está su mujer y él dice que debió irse con sus padres, después ella se aproxima a él y lo besa, bañándose poco después los dos juntos y besándose hasta ocultar los dos bajo el agua.
La vecina mira después el planeta que se ve arrimarse amenazador, mientras regresa a manifestarse la mujer rubia cantando una canción que señala que en cielo todo es espectacular y tiene sus cosas buenas, subiendo él con ella al ámbito aunque siempre que trata de tocarla se prende una luz que le impide llevarlo a cabo.
Regresa a conocer entonces al hombre del planeta mientras el viento se transporta a los seres que antes pisó la chica rubia.
El árbol sin ramas que él tiene sobre su mesilla creció y avanza hacia él que se oculta mientras escucha extraños sonidos, hasta que su cabeza sale volando apareciendo en su lugar la cabeza de un bebé como el de el, empezando a sangrar la tierra donde está el árbol hasta terminar la cabeza hundiéndose en la sangre.
Cae entonces a la calle donde la ve un indigente, que mira cómo un niño que llega corriendo la recopila y la transporta hasta un local, donde el hombre que está en el mostrador avisa a otro, que al notar lo que el niño transporta pasa hasta un cuarto donde un hombre se ocupa de crear lapiceros.
El hombre que los fabrica toma un trozo de la cabeza y hace con ellos la goma que va sobre el lapicero, comprobando que borra bien, por lo cual se expone satisfecho, mientras sopla los restos de la goma.
Tras el extenso y pesado sueño, Henry se despierta y al levantarse mira por la ventana, antes tapiada, observando cómo dos hombres se pelean en la calle.
Sale de su casa y llama a la puerta de la vecina, con la que antes soñó, aunque esta no le abre.
Oye un ruido, y al abrir la puerta revela que su vecina llega con otro hombre que la sobetea, y al notar su cara y cómo lo mira le otorga la sensación de que es la misma mirada de su sueño, y que lo que está observando no es su cara, sino la del monstruo que surgía en vez de esta a lo largo de el sueño.
Busca entonces entre sus cosas y saca unas tijeras con las que corta las vendas que envuelven al bebé, que no posee piel, dejando al descubierto al quitárselo todos sus órganos internos, decidiendo Henry terminar con él clavándole las tijeras, instante en que empieza a escapar del interior del mismo una colosal masa mientras su cabeza empieza a crecer y las luces chisporrotean hasta apagarse del todo.
Poco después la cabeza desaparece, transformada en el planeta que se abre y se aproxima hacia él, sin que el hombre que maneja las palancas parezca lograr realizar nada más allá de usarse con todas sus fuerzas, realizando que estas saquen chispas que lo queman.
Poco después Henry es recibido por la mujer rubia de sus sueños, que le decía que en el cielo todo es espectacular, la cual lo recibe con un abrazo.
Calificación: 2