¿Quién no ha imaginado alguna vez que las letras de nuestra sopa forman palabras y tratan de decirnos algo? El cuento a la vista de esta semana parte de esta idea para contarnos la aventura del antojadizo Hugo, que trae a su padre de cabeza por no apreciar tomarse la sopa. Y es que…¡hay qué ver lo que nos agrada marear a nuestros progenitores de vez en cuando!
En estos días que comienzan a ser ya fresquitos…¡aguardamos que disfutéis de esta sopa calentita!