El Nombre
El nombre; un aspecto del personaje que pasa inadvertido, pero que es de colosal consideración. Elegir un óptimo nombre para los individuos no es fácil, no vale algún cosa. Los nombres están sometidos a una opinión subjetiva muy arraigada al individuo; un nombre increíble para ti puede escucharse horrible en oídos ajenos. ¿Qué realizar entonces? ¿Qué establece la calidad de un nombre? El Naming.
¿Qué es el Naming?
Naming, en inglés, significa literalmente nombrar. Y tiene relación a las técnicas para la creación de nombres que se utilizan en Marketing. Y aunque, por norma establecida, estas técnicas van enfocadas a marcas de compañias, algunas de sus nociones tienen la oportunidad de ser usadas para denominar a nuestros propios individuos.
La mera vida del Naming nos hace cubrir la consideración y el poder de un nombre. Y en numerosos casos, el nombre de un personaje primordial termina convirtiéndose en una marca. Un óptimo ejemplo: Harry Potter.
En este apartado aplicaré las normas más escenciales del Naming para aconsejarte sobre cómo deberías denominar a tu elenco, de manera que cumplan las expectativas y sean lo más acertados posible a su propósito.
La ambigüedad de los nombres
Antes de nada, para poder ser propósito en este asunto, tienes que de ser consciente de la ambigüedad que hay en los nombres. Cada lector va a revivir un recuerdo diferente con según qué nombre. El nombre de Susana, por ejemplo cosas, podría conseguir que un lector rememorase a su cariñosa abuela. En tanto que a otro podría recordarle a una chica muy sexy con la que compartía pupitre en el centro. Susana también pudo ser el nombre de una chica abusona, que oscureció los años institucionales de cierto lector y para quien dicho nombre suscita un recuerdo terrible. Este tipo de asociaciones son inconscientes y aunque en la mayoría de la multitud no cobran un valor sustancial, hay bastantes nombres contaminados con ideas subjetivas asociadas. Este hecho no debe ser un inconveniente para el escritor, ya que su trabajo consistirá en dotar a los individuos de un carisma tan fuerte y marcado que hará que cada nombre tenga personalidad propia. Ante estos recuerdos asociados a nombres, el escritor debe realizar caso omiso a los prejuicios, dado que no hay una manera de comprender qué nombre va a incomodar a según qué lector.
Utiliza el nombre preciso y punto. Si dejas que alguien lea tu manuscrito y te dice: «no llames Javier al personaje primordial, porque Javier me suena a nombre de vagabundo.» Tú ni caso. Porque a otra persona, Javier le sonará a nombre de abogado. Cada loco con su tema, y tu a lo tuyo. Si a ti disfrutas y el nombre cumple su función en la obra, entonces particular.
Pero precaución, todo lo citado no supone que sea rigurosamente escencial que cada personaje deba poseer en todo momento un nombre y apellido justificados. Pero sí debe existir una manera de denominarle.
Mil formas de llamar a un personaje
Puede ser a través de la actividad que desempeña: el policía, el chef, el detective, el capo… O con algún apelativo relacionado con su físico, características o capacidades: el bruto, el caballero, el buen hombre, el gafe… O usando un nick, con el que es habitual por el resto de individuos. Aunque tenga un nombre propio, el cómo se le llamará durante la historia es primordial, tanto en sí mismo, como en su personalidad y en cómo será percibido por el lector. Si un personaje de dos metros, con unos brazos como troncos y una fuerza sobrehumana es apodado “El osito” por sus compañeros, de ahí podemos deducir una información agregada muy valiosa; Podría ser que el personaje, más allá de su porte, es incapaz de hacerse respetar, o quizá en el fondo es un bonachón. Si en vez de “El osito” su nick fuese “El rompehuesos”, el método de personaje cambia drásticamente. Y simplemente hemos cambiado el nick.
Un nick o seudónimo tiene la oportunidad de tener mucha más fuerza que nuestro nombre real del personaje. Y si no que se lo comenten a Heisenberg, de Breaking Bad. La clave está en encontrar que el nick elegido transmita las emociones correctas, cuando algún personaje lo pronuncia. El escritor debe jugar con las reacciones de los individuos al escuchar dicho nick, de manera que la mera presencia del mote le está aportando al lector una información primordial sobre el susodicho personaje, sin no haberlo personificado en la escena. Otro colosal ejemplo: Voldemort. Cuyo nombre no se animan a pronunciar los particulares magos de Hogwarts, en Harry Potter.
El escritor no tiene por qué utilizar un formato impersonal hacia sus individuos.
Nuestro escritor también puede comentar de sus propios individuos a través de un mote o nick, no tiene por qué utilizar un formato impersonal donde únicamente utiliza el nombre propio de cada personaje. Este recurso es útil para dotar a estos con algunas características sin obligación de mencionarlas. Si un personaje nuevo entra en escena, y el narrador tiene relación a él como “el místico” o “el druida”, por ejemplo cosas, el narrador lo está envolviendo con un halo enigmático y extraño, y unas características que van implícitas con esa denominación. El lector deducirá esto, y percibirá al nuevo personaje como lo que el escritor pretende: alguien enigmático y extraño. Y sin obligación de descripción alguna.
Con continuidad, los escritores en sus inicios utilizan nombres muy simples para sus individuos. Por ejemplo: José, María, Antonio, Ana… El hecho de usar un nombre más atípico no piensa que nuestro personaje pierda realismo, y al utilizar un nombre tan común (más si aún va acompañado de un apellido común) no consigue atrapar favorablemente al lector. A modo de ejemplo, el nombre de Diego Alatriste es muy más inolvidable y increíble que Juan Muñoz. Y no por ello Diego Alatriste es un nombre extraño o poco verídica.
Una solución recurrente a este problema radica en utilizar nombres recurrentes pero poco usuales. A la vez tienen que de ser agradables al oído, dado que el lector va a leerlos y pronunciarlos multitud de oportunidades a lo riguroso de la obra. Busca una combinación de nombre y apellido que sea sonora y hermoso, a la vez que verídica. Conviene tener precaución con no forzar muy el nombre, o no quedará convincente que consigua existir alguien con ese nombre.
Un increíble ejemplo sería Daniel Sempere, personaje primordial de la famosa saga de Carlos Ruiz Zafón: La sombra del viento. Daniel es un nombre común, pero no tan increíblemente común como José, por ejemplo cosas. Mientras que Sempere es un apellido sonoro y inolvidable. El resultado es un nombre muy más atrayente de pronunciar y más fácil de acordarse de lo que sería, por ejemplo: José García. Tan fácil y austero que se ve privar al personaje de una identidad especial.
Y por favor, si alguien con un nombre muy común está leyendo esto, que no se ofenda. Nosotros no elegimos nuestro nombre y apellidos. El escritor sí tiene esa opción, y es responsable directo del nombre de sus individuos.
Respeta la nomenclatura de cada región.
Tanto el nombre como los apellidos tienen que ser coherentes con el país de origen del personaje. Si un personaje tiene padres y abuelos rusos, no tiene ningún sentido que se llame Edward Smith, por numerosos años que lleve viviendo en Londres. Ten siempre presente la descendencia y el país de origen de cada personaje antes de escoger su nombre.
Y en la situacion de que se intente un mundo de ficción, sé consecuente y coherente contigo mismo. No tendría sentido que dos individuos del mismo reino tuviesen nombres increíblemente diferentes. O, en la situacion de la ciencia-ficción, que una criaturas alienígena de un planeta tenga un nombre parecido a otra de otro planeta distinto.
Webs de nombres y generadores de nombres aleatorios
¿Aún así no sabes por dónde empezar? ¿No tienes ni la más remota idea de cómo denominar a tus individuos? Hay multitud de generadores de nombres a la suerte en línea, que te hacen más fácil nombre y apellidos, con sus respectivos orígenes. Esta herramienta es ideal para individuos terciarios, pero no la sugiero para individuos primordiales ni secundarios, a estos quiero dedicarle un extenso tiempo a meditar sus nombres.
Behind The Name
indudablemente la conveniente enciclopedia de nombres que hay. Al menos la que más precaución tiene en el instante de desglosar el criterio. Hay muchas páginas que se inventan el origen de los nombres, pero ésta realmente se vuelca en el instante de sugerir información fidedigna sobre el origen de cada nombre y apellido.
http://www.behindthename.com/
http://surnames.behindthename.com/
Fantasy Name Generators
Fantasy Name Generators es un pequeño tesoro escondido que descubrí hace poco. Si disfrutas el género de fantasía, echa una observación. Te va a encantar.
http://fantasynamegenerators.com/
¿Te ha resultado útil esta información? ¿Cómo eliges tú los nombres de tus individuos? ¿Algo que quieras añadir a todo lo citado? ¡Deja tu opinión en los comentarios!