Como mitología se denomina el grupo de mitos propio de un pueblo o cultura. Los mitos, por su lado, son narraciones protagonizadas por dioses, héroes o seres fantásticos, que comunican o dan sentido a determinados hechos o fenómenos. La palabra, como tal, procede del latín mythologĭa, y esta simultáneamente del griego μυθολογία (mythología).
La mitología, en este sentido, está conformada por el grupo de cuentos y creencias, subjetivamente cohesionados, con los cuales un pueblo se explicó frecuentemente a sí mismo su origen y la razón de ser de todo lo que le circunda. De allí que tengamos la oportunidad garantizar que la mitología compone la cosmovisión o el sistema de creencias de una cultura.
Las mitologías, como tal, están íntimamente semejantes con las religiones de las los pueblos primitivos. De hecho, frecuentemente se dió el nombre de mitologías al grupo de narraciones de origen sagrado que, después de ser secularizados (es decir, desplazados en su sentido sagrado por otra religión), pasaron a ser tratados como discursos relativos a una cultura, una época o como un grupo de creencias de carácter imaginario.
Así, por ejemplo cosas, la mitología griega, absorbida y amalgamada con la romana bajo el nombre de mitología grecorromana, fue desplazada y achicada a imaginario y considerada como religión pagana después de la imposición del cristianismo. Casos semejantes se asentaron con mitologías como la celta, la nórdica, la egipcia y la azteca.
Además, como mitología se conoce también la especialidad encargada del estudio de los mitos. En este sentido, se dedica al estudio de las narraciones con las cuales los pueblos antiguos se explicaban el origen de las cosas.
Entre los dioses más interesantes de la mitología griega, esos que vivían en el Olimpo, nos encontramos, por ejemplo cosas, con Zeus que es el dios y asegurador de todos ellos. De igual modo, también están en papel importante Apolo que era el dios de la luz y de la verdad, Atenea que era la diosa de guerra y de la sabiduría, Poseidón que era el dios del mar o Afrodita que era la diosa del amor.
Numerosos de ellos se reflejaban de cualquier manera en la mitología romana, oséa, que tenían su correspondiente. Así, por ejemplo cosas, está Júpiter que era el más destacable de todos los dioses o Neptuno que era el dios del mar. Por otro lado, la lista es muy más extensa: Saturno que era el dios de la agricultura, Minerva que era la diosa de la guerra y de la sabiduría, Venus que era la diosa del amor o Plutón que era el dios del inframundo.
Aunque estas dos son las mitologías más interesantes en temas de dioses no podemos pasar por prominente el que hay otras también de colosal calado a lo largo de la historia. Entre ellas recalca la mitología egipcia donde toman consideración deidades como Amón que simboliza el poder constructor, Ra que es el dios del sol y del origen de la vida, Isis que era la diosa de la maternidad, Osiris que era el dios de la fertilidad y de la resurrección o Maat que era la hija de Ra y que se identificaba con la justicia y la verdad.
La concepción más recurrente de mitología se asocia a la religión de los pueblos antiguos. Es posible, de cualquier manera, usar el método al entramado de ficción que hicieron autores como J.R.R. Tolkien (en «El Señor de los Anillos»).
Aunque remite a los antiguos griegos y romanos, la mitología tiene una presencia muy destacable en el planeta contemporáneo. No es requisito más que investigar nuestro calendario: numerosos de los días y los meses tienen nombres que proceden de la mitología. Viernes (por Venus, un dios de la mitología de los romanos) y Friday (un término inglés que deriva de Freyja, una diosa germana) son dos ejemplos.