El baile de la Victoria
España / Chile (2009) *
Duración: 127 min.
Música: Varios
Fotografía: Julián Ledesma
Guion: Fernando Trueba, Jonás Trueba, Antonio Skármeta (Novela: Antonio Skármeta)
Dirección: Fernando Trueba
Intérpretes: Ricardo Darín (Vergara Grey), Abel Ayala (Ángel Santiago), Miranda Bodenhöfer (Victoria Ponce), Ariadna Gil (Teresa Capriatti), Luis Dubó (Rigoberto Marín), Mario Guerra (Wilson), Gregory Cohen (Sergio), Ernesto Malibrán (Dr. Ortega), Julio Jung (Alcaide Santoro), Marcia Haydée (Profesora danza).
Una muchacha contempla desde la Cordillera de los Andes la localidad de Santiago.
Restablecida la democracia en Chile, el nuevo gobierno decreta una amnistía para presos sin delitos de sangre y que hubieran cumplido dos tercios de su condena, resaltando entre los liberados el nombre de Nicolás Vergara Grey, el más popular ladrón de cajas fuertes buscado internacionalmente.
Cuando sale, fuera le espera Wilson, un taxista cubano.
En otro penal el Alcaide Santoro llama a su despacho a Ángel Santiago, al que llaman el Querubín, que será puesto en independencia tras dos años y al que el Alcaide le dice que quiere que sepa que lo de aquella noche fue un acto de amor, tras lo que le pone una bufanda al cuello diciéndole que hace frío afuera y que es de alpaca peruana, asegurando el jóven que se la devolverá.
Wilson le dice que si está mejorando algo que cuente con él, aunque Vergara Grey le afirma que está retirado.
Va hasta una vivienda donde le abre una mujer a la que le pregunta por Teresa, diciéndole la mujer que ella vive allí ya hace dos años e ignora a dónde se fueron los anteriores inquilinos, entregándole un fajo de cartas para que se las dé si la encuentra.
Sendero de su siguiente destino están próximo de atropellar a Ángel, que mira el escaparate de una joyería, en el que ve reflejada a una muchacha que se ve aguardar a que abran una salón de cine porno que está en frente.
Poco después se dirige a ella y le exhibe un reloj recién robado que transporta a un tasador que le dice que no compran artículos robados, aunque le proporciona 30.000 pesos que le exhibe a la chica que ve que no habla.
Esta no comió aún, por lo cual ángel la transporta a un espacio donde le sirven un bocadillo que come con muchas ganas, diciendo él que llevaba dos años soñando con él.
Una orquesta toca en la calle y la chica comienza a danzar, como estuviera en un ballet, aunque cuando cambia la música porque pasa un hombre oyendo rap cambia el estilo, para volver al ballet, quedando Ángel fascinado.
Le cuenta a la muchacha que no posee casa, ni amigos ni dinero, pero cuando comienza a llover la chica lo cubre con su abrigo mientras trata de acertar su nombre, que ella le sugiere realizando la V de Victoria, aunque al ver sus manos mira las cicatrices de su muñeca, preguntándole por ellas, aunque la chica sale corriendo, y desaparece, aunque vuelve poco después y lo coge de la mano y se lo transporta.
Vergara acude a un club de striptease y pregunta por Monasterio, su dueño, que cuando se pudo ver le pide perdón por no haber ido a visitarlo, diciendo que no quiso ofrecer pistas a la policía, diciéndole Nicolás que ese silencio es su capital y que fué a buscar su mitad.
Monasterio le dice que hablarán de esto más tarde, ofreciéndole entretanto una habitación en el hotel de enfrente, diciéndole que no sabe nada de Teresa, desde un año antes, dando por seguro que le entregaron cada mes la cantidad estipulada hasta que ella mencionó que no quería la plata de un ladrón.
Victoria transporta a Ángel a la vivienda donde habita, observando cómo una mujer proporciona clases de ballet a un grupo de niñas, diciéndole Ángel que es primo segundo de Victoria.
Mientras ella baila él mira sus cosas: un libro donde almacena distintas cosas, como unas imágenes de fotomatón de una pareja, o entradas de un cine donde siempre ve “Las novicias del amor”.
Nicolás lee en su cuarto las cartas cuando hace aparición una prostituta con una botella de champán de parte de Monasterio, aunque Nicolás le pide que le diga a Monasterio que no permite regalos y que está allí aguardando a que le otorgue lo que le corresponde y que es hombre de solo una mujer.
La profesora de danza le facilita vivir en un cuarto y Ángel se queda con ella y le pregunta por sus padres, diciéndole que vio su foto. Ella le hace ver que no posee padres, tras lo que se pone a llorar.
Para evitárselo, Ángel escoge comentar de él, contándole que pasó dos años aprendiendo en un internado donde aprendió de la naturaleza humana y algo de todo, incluida anatomía y el Código Penal.
Ella se aproxima a él y le acaricia la cara, y cuando ve que lo va a besar le dice que acuérdese que son primos, aunque al final se rinde y se acuestan.
En el penal el Alcaide entra en una de las celdas y le dice al preso, Marín, que está en ella, que fue una lástima que no lo soltaran con la amnistía, diciéndole Marín que él no es un fácil robagallinas y tiene delitos de sangre.
El Alcaide le dice que le va a dejar salir una semana, dando por seguro que nadie se enterará, puesto que está en la celda de castigo. Y le dejará salir para que se ocupe del “Querubín”, no entendiendo Marín por qué, ya el jóven no logró daño a nadie, asegurándole el Alcaide que lo va a llevar a cabo y tiene miedo de que lo mate a él.
Pero Marín le dice que ese chico no le hizo nada y que cuando aniquila a alguien es por una aceptable razón. Diciéndole el Alcaide que esa buena razón es que podrá pasar una semana fuera con todas las mujeres que desee.
Llaman a la puerta de la habitación de Vergara, mostrándose Ángel, que le cuenta que a él también le soltaron el día previo y le transporta una carta de recomendación del Enano Lira, aunque Nicolás no quiere escucharlo.
Ángel le habla de un enorme golpe diseñado por el Enano, que esperaba fuera su jubilación antes de que le cayera la perpetua, queriendo el Enano una tercera parte, asegurándole que podrían hallar hasta 1.200 millones de pesos, aunque Nicolás le afirma que no quiere volver a la cárcel y que lo único que quiere es ver a su mujer y a su hijo.
Nicolás va a la puerta de un colegio y llama a un niño que sale, Pablito, observando al arrimarse a él cómo un guardaespaldas se arroja sobre él, debiendo explicarle que es su padre.
El hombre les llevará en un coche de lujo hasta su casa, explicándole su hijo que el coche es del tío Sergio, que es el novio de su madre.
Cuando llegan a casa, una enorme mansión ve a Teresa aguardando nerviosa, echándole en cara que fuese al colegio sin comunicar, diciéndole él que no tenía medio de ofrecer con ellos de otra forma.
Se muestra entonces Sergio Mendoza, su pareja, que lo saluda afectuosamente y le hace pasar, observando una vez dentro cómo alaba a Pinochet y su capacidad para engañar a los ingleses haciéndose el enfermo para regresar caminando sin inconvenientes.
Le dice también que la vida está muy difícil, y que él tuvo en la cárcel cama y comida garantizadas y del dinero virtual, aunque ni Nicolás ni Teresa le escuchan.
Él piensa en lo atractiva que está ella y en lo imbécil que fue al reflexionar que podía tener una última ocasión, tras haber soñado a lo largo de un largo tiempo con volver a verla.
Ella piensa que por qué fué si sabía lo que se iba a hallar y se pregunta qué esperaba, ya que jamás creció ni crecerá jugando a policías y ladrones, mientras él se pregunta si quería eliminar su historia o solo asegurar al cachorro.
Cuando vuelve al hotel le espera de nuevo Angel que insiste con el golpe del Enano y le cuenta su idea: parar un ascensor antes del piso 22, salir por el techo y ver un pequeño muro muy fino que proporciona al despacho de Cantero.
Pero Nicolás ni lo escucha y le pide que se marche mientras se acuesta.
Al irse, Ángel ve a una mujer sacando dinero desde su coche de un cajero y se aproxima, asustándose la mujer cuando se pudo ver, por lo cual se marcha sin llevar la tarjeta, utilizando él para sacar dinero antes de que ella regrese a buscarla.
Va después hasta el hipódromo donde visita a Milton, un caballo que el solicitado de su precaución le dice van a echar del hipódromo por malo.
Ángel le cuenta que él lo crio de potrillo y se ve recordarle, diciéndole el solicitado que si le proporciona 100.000 pesos podrá llevárselo y él contará que se escapó por un barranco.
Ángel va con su caballo a casa de la profesora de danza, observando a Victoria bailando desde la ventana.
La profesora le cuenta que Victoria no posee familia. Que secuestraron a su padre y a su madre y los asesinaron a lo largo de la dictadura y el baile es un homenaje a sus padres, sobre un poema de Gabriela Mistral.
Le cuenta que a lo largo de semanas estuvo observando las clases desde un árbol tras escaparse de un orfanato, durmiendo en las escaleras del metro, asegurándole que podría bailar en un teatro, pero afirma que no sucederá, ya que allí solo bailan los cisnes, no las ratas, como todas sus alumnas que ella acoge para que no estén en las calles.
Le dice que es una chica frágil y si no puede cuidarla debe apartarse de ella.
Ángel la espera subido en el árbol desde el que la profesora le mencionó que ella les observaba, y la sube a su caballo llevándola hasta el teatro.
Allí le preguntan a una muchacha si es bailarina y le pregunta cómo consiguió ingresar, contándole que fue a la escuela municipal y después la cogieron.
Ángel la transporta hasta la escuela municipal y le dice a la recepcionista que quiere llevar a cabo una prueba de admisión, para lo que tienen que completar una aprobación.
Transporta después a Victoria hasta la playa, ya que la chica dice que jamás vió el mar, saliendo la muchacha al llegar corriendo hacia el agua donde entra tras descalzarse.
La transporta después hasta un poblado horrible donde visitan a los padres de Ángel, con los que cenan, echándole su madre en cara que no los visitara en dos años, diciendo que volvió porque tiene una aceptable novedad, diciéndole que se va a casar con Victoria.
Más allá de ello su madre no deja que duerman juntos puesto que no están en matrimonio.
Pero mientras duerme en el granero Victoria se levanta y va a reposar con él, asegurándole él que está muy contento de haberla popular y que ha dicho lo de la boda para impresionar a sus padres y que le dejaran reposar con ella.
Le cuenta que estuvo en la cárcel y que tiene planeado un golpe que le haría rico, lo cual a ella no se ve importarle, y que tras ello huirán por la cordillera, superricos.
Le dice también que él piensa que ella es un cisne que hundió su cuello en el agua y no sabe cómo sacarla.
Tras salir de prisión, Marín va a conocer a una mujer, a la que llama la Viuda, a la que le pide que le deje esconderse allí un tiempo con precaución para que nadie vea que tiene escondido al asesino de su marido.
Nicolás se despierta de repente observando que está a su lado Monasterio, muy borracho que le dice que su sueño se realizó humo y que estuvo postergando el instante de contárselo desde que llegó.
Le cuenta que logró unas inversiones como el boliche de enfrente y el hotel y el dinero se realizó humo, ya que la multitud no va a los clubs y elige los pubs.
Le dice que si el bar y el hotel los compró con su dinero son suyos, diciéndole Monasterio que teóricamente sí, pero que todo está hipotecado.
Ángel y Victoria se aproximan hasta la Cordillera y habla con Tito, que les enseña la ruta por la que acostumbran escapar los contrabandistas, diciéndoles que siguiéndola tienen el 50% de opciones de escapar o de que les maten, aunque afirma que si él les guía sus opciones de llegar a Argentina incrementan hasta el 100%.
Nicolás regresa a conocer a Teresa, encontrándose con que están festejando el cumpleaños de Pablito con una fiesta, siendo recibido entusiastamente por Sergio, diciendo que fue para llevarle un obsequio a Pablito, ignorando que tuvieran una fiesta y observando que ella en este momento se ve avergonzarse de él.
Se aproxima a Pablito que está jugando a la consola con sus amigos y le distribución su obsequio, un maletín de cuero.
Después reconoce frente Teresa que Pablito está ya muy grande y no sabe cómo hablarle, diciéndole ella que tampoco él sabe cómo hablarle y quiere pedirle algo, diciéndole que quiere cambiarse su apellido, algo que a Nicolás no le entra en la cabeza, ya que es su hijo, señalando ella que siempre que debe decir que se apellida Vergara Grey todos le preguntan si tiene algo que ver con el popular ladrón.
Llama a su hijo y le enseña que la clave de su maletín es la fecha de su cumpleaños que no debe contarle a nadie, diciéndole Teresa que solo a él se le puede suceder regalarle un maletín con código misterio.
Cuando van, Sergio, completamente borracho, canta “My way” e reitera que pedirle a Nicolás, ya también borracho que cante una de Gardel, cantando este “El día que me desees” muy bajito, sintiéndose Teresa muy incómoda cuando se pudo ver.
Por la mañana sale otra vez Ángel a su acercamiento, pidiendo él que le invite a un café a cuenta de los 1.200 millones, y mientras se lo toma el jóven le enseña el plan que el Enano le contaba constantemente dibujando en la tierra el chato.
El dinero, le cuenta, forma parte al General Cantero, el que fuera jefe de los servicios misterios de Pinochet, habiendo juntado su dinero con los servicios de seguridad en los que tiene haciendo un trabajo a muchas personas que trabajaba con él en la dictadura.
Pero Nicolás le dice que si le llega a salir bien lo leerá con gusto en el periódico, aunque Ángel le afirma que sin él el plan es inviable, diciéndole que muchas personas es dependiente de él, ellos dos, el Enano y Victoria, que en ese instante se asoma a la cristalera del bar, pidiéndole Nicolás al verla que le dialogue de ella.
Ángel le cuenta que Victoria es la preferible bailarina de Chile aunque todavía no se sepa y que tiene unos ojos hermosos y unos labios y dientes muy lindos.
Se proporciona cuenta de que está fuera esperándolo, entregándole él algo de dinero, abrazándose con bastante cariño, contándole después a Nicolás que le dio dinero para lograr proceder a la escuela municipal donde quiere entrar.
Nicolás le dice que no cometa el error de perder a la mujer que quiere por un estúpido robo, aunque ángel reitera que hacerle una pregunta por el plan que cifra en 1.610.000 dólares, explicándole Nicolás que por cada 100.000 dólares le echarían un año de prisión, lo que serían 16 años.
Piensa además que tal fortuna debe estar custodiada por hombres bien armados, y con suerte solo tendría que matar a uno, preguntándole si ha matado a alguien en algún momento a eso que le responde que no, diciéndole que matar a alguien le supondría 10 años más de prisión, por lo cual, ya que tiene 20 años, saldría a los 46.
Ángel le ten en cuenta que a él jamás lo sorprendieron con el cuerpo del delito y por esto le cayeron solo 10 años, no entendiendo el jóven que antes le dijera que le pareció un plan espectacular, diciendo él que es espectacular para el contexto chileno, respondiendo el chico que en Chile están antes de que Nicolás le dé con la puerta en las narices.
Pero cuando la abre a la mañana siguiente lo encuentra allí esperándolo, diciéndole Nicolás que lo que debe llevar a cabo es buscarse un trabajo corriente para lograr sostener a su bailarina y para dar de comer su espíritu empresarial.
Ángel le afirma que no piensa trabajar barriendo las hojas de la cuneta por 500 pesos diarios, diciéndole Nicolás que eso no posee nada de malo.
Nicolás le enseña que tras el robo Ángel Santiago pasaría inadvertido, pero que toda la policía del país estaría detrás de él, aunque Ángel le afirma que nadie los denunciará, ya que ese dinero no pasó ninguna fiscalización y es dinero negro, pero él reitera que que cuando vean la caja fuerte los hombres de Cantero no pensarán en Ángel, sino en él,
Sin importar todo al día siguiente Ángel regresa a despertarle con el desayuno en una bandeja y le cuenta que el día previo estuvo donde acostumbran almorzar los responsables de recomponer los ascensores del edificio de Cantero y como cuando cambian de turno algunos dejan en la taquilla el traje con la credencial robó numerosos, habiendo puesto en una de las credenciales una foto de Nicolás que bajó de Internet.
Transporta además una copia de las llaves de los ascensores que el Enano logró cuando trabajaba en esa compañía, una para abrirlos y otra para desactivarlos.
Pero más allá de todo Nicolás no le hace caso y busca trabajo como cerrajero en los avisos de los periódicos.
Entretanto Victoria hace su prueba para la escuela de danza y cuando le preguntan dónde estudió, responde Ángel que estudió en la Academia Paraíso, contándoles él que debe comentar él porque es muda, lo que ellos piensan anormal, señalando la directora que allí van a bailar las jóvenes de las superiores academias y ella con su inconveniente y su facha, ya que tiene las medias rotas, no encaja.
Ángel trata de explicarles la razón por la que se quedó muda, aunque la directora dice que no le atrae, mientras Victoria comienza a acordarse.
Se encontraba en su casa cuando comenzaron a llamar y los soldados se llevaron a sus padres.
Él quiere sensibilizarlos y que la ayuden, aunque ellos le comentan que no están allí para arreglar los inconvenientes del país, sino para ofrecer la posibilidad de bailar a la multitud, señalando que no saben si la historia real.
Al escuchar a los integrantes del jurado comentando todos a la vez, Victoria sale corriendo, derriba la mesa tras la que estaban y sube al caballo alejándose.
Sin entender qué llevar a cabo, Ángel se lo cuenta a Nicolás, arrepentido de haberla convencido de proceder a la prueba, diciéndole Nicolás, que la culpa fue del jurado, no de él, pero él dice que la ilusionó contándole que si hubieran dado el golpe le hubiera comprado un teatro para ella sola.
Le cuenta que cuando salió del penal solo pensaba en ofrecer el golpe, pero que en este momento se proporciona cuenta de que sin Victoria el dinero no le se utiliza para nada, diciéndole Nicolás que le ayudará a buscarla.
Marín llama al Alcaide para mencionarle que el jóven está con Vergara Grey, lo que cree supone que están mejorando algo grande, lo que a Santoro no se ve importarle, por lo cual le ten en cuenta que su tiempo se agota a eso que el recluso le contesta que le está pidiendo que mate la gallina de los huevos de oro, insistiendo el Alcaide en que no le importa el dinero, sino socorrer su historia y que él debería reflexionar lo mismo ya que le afirma que jamás podría utilizar ese dinero, respondiendo Marín que puede terminar con él cualquier ocasión, pero antes tienen que elegir las condiciones.
Nicolás y Ángel van a casa de la profesora de danza, diciéndoles esta cuando le cuentan lo ocurrido que indudablemente habrá ido a cualquier sitio donde logre suicidarse, recordando Ángel las lesiones de sus muñecas.
La buscan angustiados, ayudados por Wilson, encontrando el caballo a la puerta del cine X junto al que la conoció.
Ángel entra a la salón, acercándosele una puta a la que le dice que fué a buscar a su hermana, a eso que le responde que allí solo encontrará putillas, encontrando al final a Victoria haciéndole una felación a un hombre, por lo cual indignado la saca de la salón arrastrándola, dando por seguro que por el momento no la quiere, escapando la muchacha corriendo entre los coches seguida por Nicolás, hasta el parque, aunque él termina agotado y sin poder continuar, mostrándose entonces Ángel a caballo llegando hasta el estanque en que ella se metió sin importarle que esté nevando, rescatándola Ángel que la coge mientras le pide perdón, tras lo que la llevan al hospital.
Llega con mucha fiebre y no tiene una reacción a ningún régimen, contándoles el médico que a lo largo de el delirio estuvo llamando a sus padres.
Ángel le pide a Nicolás que se quede con ella, ya que él debe llevar a cabo algo.
Sigue con su caballo al autobús en que va el Alcaide, para abordarlo y atraparlo con su propia bufanda cuando se baja, para recordarle, cuando lo tiene en el suelo a su merced que aquella noche debieron llevarle en ambulancia al hospital.
Santoro trata de convencerlo de que no lleve a cabo algo que logre arruinar toda la vida que le queda por enfrente, a eso que Ángel le responde que no fué a matarlo. Que cambió de proyectos y va a ocultar de su historia para toda la vida, tras lo que le golpea antes de marcharse, diciéndole que solo fué a devolverle la bufanda.
Cabalga después sin rumbo hasta un espacio desde el que ve la localidad, perdido.
Va después hasta el hipódromo, donde encuentra al dueño del caballo al que se lo devuelve diciéndole que lo encontró en el barranco.
Le pide después prestado su teléfono al hombre y llama a Nicolás al que le pregunta por Victoria. Él le pasa el teléfono y ella intenta comentar, llorando Ángel al escuchar sus torpes intentos de llevarlo a cabo, aunque también ríe feliz.
Nicolás le cuenta que está realmente bien, contándole poco después el médico que le darán el alta el día siguiente aunque no está bien ni de cabeza ni de corazón y que tienen que levantarle el ánimo y devolverle las ganas de vivir.
Santoro va a casa de la viuda preguntando por Marín, aunque ella le niega que esté allí, pidiéndole que le diga de su parte que hay contraorden y que el trabajo se suspendió y que vuelva rápidamente.
Ángel, armado con una pistola acude al teatro cuando está próximo de cerrar y coge por sorpresa a la directora, aunque él mismo está próximo de ser asombrado por un guardia de seguridad al que neutraliza Marín, que se encontraba siguiéndolo.
Por su lado Nicolás acude al períodico más considerable de Santiago y habla con el redactor jefe, que le ofrece divulgar sus memorias en capítulos, lo que este permite, preguntándole tras ello si tienen a alguien que escriba de ballet, asegurándole tener al mejor crítico de ballet de Chile, Esteban Copetta.
Acude con este al teatro, donde una orquesta callejera llevada por Wilson trata de afinar.
Poco después sale Victoria al ámbito mientras la orquesta toca, estando en los asientos la directora de la escuela y uno de sus instructores a eso que Ángel apunta con su arma, estando además la profesora de danza, Copetta y escondido, Marín, observándola todos fascinados, mientras Nicolás tiene como función iluminarla.
Poco después, y solo en la redacción, Copetta redacta ser testigo de la fusión más impecable de poesía y danza que jamás ha podido ver, comentando de Victoria Ponce, alguien a quien jamás nadie había visto y a lo destacado no verán, ya que puede terminar en la cárcel por haber entrado clandestinamente y con crueldad en el teatro Municipal.
Esa noche Victoria y Ángel hacen el cariño mientras en el bar Princesas, y al son de una música lenta Nicolás y Marín bailan con dos prostitutas.
Tras acostarse con la suya, Nicolás se tiñe las cejas y la barba de blanco, yendo después a buscar a Ángel, que deja a victoria en la cama para irse con él.
Vestidos con los monos de la compañía encargada de los ascensores acuden a un bar, oyendo en televisión la novedad de que una banda asaltó el Teatro Municipal tomando como rehenes a sus trabajadores, investigándose el hecho por si se tratara de un acto terrorista.
Poco después acuden al mismo bar Cantero y su guardaespaldas, utilizando ellos la posibilidad para ir hasta su portal sin que el conserje les ponga pegas al ir con el traje de la compañía encargada del cuidado, extrañándole solo que lleven una escalera, indicándole que es para comprobar la polea.
Mientras suben, Nicolás le dice que si escucha tiros no se asome, aunque él dice que no lo dejará solo, explicándole Nicolás que si eso pasara lo vería en la mitad de un charco de sangre y acabarán también con él sin que él le logre decir nada, ya que para entonces le habrán cortado la lengua.
Se preguntan qué harán con el dinero, diciendo Ángel que proteger de Victoria, de su hijo y de su campo, diciendo Nicolás que él aún no sabe qué hará, pero que abrió una cuenta a nombre de su hijo.
Al llegar arriban observan el muro del que habló el Enano, que comienza a excavar y que cae fácilmente, como aquel ha dicho, aunque tras este hay un mueble que debe mover para entrar al salón.
Desde allí ve la cordillera, y al volverse un colosal cuadro de Pinochet que aparta, observando tras este la caja.
Mientras Nicolás actúa Ángel reza en el ascensor.
Cuando poco después llega Cantero al ascensor y ven que no trabaja corren él y su guardaespaldas por la escalera, asustados, mientras Ángel ve que cae una bolsa llena de dinero sobre él.
Cantero no llegó a su piso cuando ellos llegan abajo y cogen el taxi de Wilson, con el que huyen, contentos.
Tras cambiarse de ropa dejan a Ángel en el hipódromo, sin percatarse de que les sigue un coche.
Ángel apuesta 300.000 pesos a Milton, estando las apuestas 90 a 1, dinero que pierde, ofreciéndole tras ello a Don Charly, el dueño de Milton un millón por su caballo, aunque este le afirma que por el momento no vale tanto.
Entretanto Wilson le distribución a la mujer del Enano Lira dos bolsas repletas de dinero de parte de su marido.
Nicolás acude a casa de la profesora de danza y le distribución otro enorme fajo de billetes de parte de Ángel para que logre continuar con su escuela y recopila a Victoria, a la que la profesora le proporciona la dirección de un hombre que puede asistirle en Argentina.
De repente, en el hipódromo, Ángel repara en Marín, el “Negro” y va a saludarlo y lo abraza, utilizando este el instante para clavarle la navaja y terminar con él.
Wilson deja a Nicolás y a Victoria con Tito, ya subidos a caballo y preparados para atravesar la cordillera.
Al llegar la noche paran para aguardar a Ángel antes de atravesar la frontera, descansando en una cueva donde encienden fuego, asegurando Tito que Ángel sabrá llegar hasta ellos, ya que vivió en esa región, contándoles Tito que le apresaron por una chiquillada, ya que tenía solo 17 años y lo cogieron con el caballo de un ricachón aunque solo se encontraba jugando, ya que se habían criado juntos y jamás quiso robarlo.
Por la mañana Victoria mira el horizonte, aunque Tito les dice que no tienen la posibilidad de arriesgarse más y tienen que irse.
Un cóndor para con Victoria antes de retomar el vuelo, oyendo tras ello el trote de un caballo.
Victoria consigue comentar y decir “Ángel”.
Calificación: 2