Resumen de la película El caso Fritz Bauer

 

 

El caso Fritz Bauer

 

Der staat gegen Fritz Bauer (2015) * Alemania
También popular como:
“Agenda secreta” (Argentina)

Duración: 105 Min.

Música: Christoph M. Kaiser, Julian Maas

Fotografía: Jens Harant

Guion: Lars Kraume, Olivier Guez

Dirección: Lars Kraume

Intérpretes: Burghart Klaußner (Fritz Bauer), Ronald Zehrfeld (Karl Angermann), Sebastian Blomberg (Ulrich Kreidler), Jörg Schüttauf (Paul Gebhardt), Michael Schenk (Adolf Eichmann), Lilith Stangenberg (Victoria), Laura Tonke (Fräulein Schütt), Götz Schubert (Georg-August Zinn), Cornelia Gröschel (Charlotte Angermann), Paulus Manker (Friedrich Morlach), Tilo Werner (Isser Harel), Dani Levy (Chaim Cohn).

Fritz Bauer dice en una entrevista concedida a la televisión alemana que Alemania está orgullosa de su milagro económico y de ser la patria de Goethe o Beethoven, pero también es la patria de Hitler, de Eichmann y de sus simpatizantes y afirma que las novedosas generaciones están preparadas ya para conocer toda la realidad sobre la historia que sus padres superaron.

Frankfort, finales de los años 50, el asistente de Bauer acude a su casa con la adquisición, observando antes de marcharse y tras mencionarle que tendrá listo el coche al día siguiente a las 9, cómo sale agua abajo de la puerta del baño, por lo cual corre hasta este, observando que se quedó sin sentido dentro de la bañera, por lo cual llama a una ambulancia.

La policía inspecciona en su casa, diciendo que suponen que el general se tomó una mezcla de alcohol y somníferos, aunque solo faltan unos cuantos estos, por lo cual no se ve un intento de suicidio.

El policía a cargo de la investigación llama desde su hogar a Paul Gebhardt, de la Oficina Federal de Investigación Criminal, el BKA, el cual llama a su vez al Fiscal Superior, Ulrich Kreidler, al que le comunica del intento de suicidio de su superior y le pregunta si podrán posibilitarse un Fiscal general así, diciéndole que con algo de presión su puesto quedaría vacante.

Buenos Aires, Argentina.

Un hombre entrevista a un ex prominente cargo nazi al que preguntan sobre el inconveniente judío, señalando este que si hubieran acabado con los 10,3 millones de judíos podría estar satisfechos de haber cumplido con su deber y haber acabado con su enemigo, lamentando ser culpable de que su plan de eliminación del enemigo no fuera más allá, detallando que podría y debería haber hecho bastante más.

El Fiscal recibe próximamente el alta, diciéndole a su asistente cuando le va a agarrar que no quiere comentar de lo ocurrido, aunque le proporciona las gracias, observando cómo llega para recogerle el presidente Zinn en persona, diciéndole mientras van en su coche que corren comentarios de que intentó suicidarse, contándole él que hace tiempo que no puede reposar sin pastillas, y le dice que tiene una pistola y que si se hubiera amado suicidar por el momento no habría comentarios.

De regreso a su trabajo está con Kreidler, que se congratula de verle bien, aunque le dice que le ve pálido y que le vendría bien tomar el aire, invitándole a su casa quinta, preguntándole si le agrada la caza, respondiendo Bauer que sí, pero no la de animales.

De vuelta a su despacho mira que le desapareció un expediente, diciéndole su asesora que no ha entrado nadie, pidiendo que reúna a todos los amos de sección de la fiscalía, a los que, una vez reunidos les pregunta por las búsquedas de Bohrmann, Mengele y Eichmann.

Protesta de que en los 12 años posteriores a la guerra no ocurrió nada, quejándose de que desaparezca de su cajón más allá de estar cerrado con llave el expediente del caso Schneider, que trabaja apaciblemente para Mercedes Benz, lamentando que sus propios hombres sean sus contrincantes.

Cuando los demás se marchan, sin comprender que los reuniera a última hora de un viernes para algo tan trivial, se queda solo uno de los fiscales, Karl Angermann, que le dice a Bauer que es él quien tiene el expediente de Schneider porque él le pidió que valorara las pruebas contra este y que no ha dicho nada a lo largo de la reunión para no ponerlo en prueba, señalando Bauer que eso le transforma en una extraña excepción.

De vuelta a casa encuentra una carta en el suelo donde le dicen “Muérete, judío”.

Llama tras ello a su hermana, que vive en Copenhague para mencionarle que quizás logre proceder a festejar su cumpleaños, diciéndole que si quiere puede invitar también a su ex mujer para volver a estar todos juntos.

En Argentina una muchacha pareja, Silvia y Nick se bañan en la playa, tras lo que Nick la transporta en su moto hasta su casa, donde los padres la esperan muy serios.

Bauer se enlista para proceder a Copenhague, parando antes en su oficina, donde su asesora le distribución una carta, que mira remite Lothar Hermann, desde Buenos Aires y donde le solicita su asistencia para parar a un hombre, Adolf Eichmann, que dice vive en las afueras de Buenos Aires, y de cuyo hijo más grande se ha enamorado su hija, señalando que Eichmann fue responsable del transporte de una cantidad enorme de judíos de toda Europa a campos de concentración, y tras leer que se encontraba tras su caso decidió escribirle.

Tras recibir la carta, Bauer escoge anular su vuelo yendo a conocer al Primer Ministro a Wiesbaden, informándole de las noticias sobre Eichmann, señalando que el expediente de investigación se realizó en 1945, dando por seguro que quiere llevarlo a juicio en Alemania, aunque no sabe cómo llevarlo a cabo y se siente impotente debido a que todas las indagaciones están atascadas más allá de que creyó que habían vencido y podían llevar a cabo justicia, señalando que la multitud quiere la reconciliación y olvidarlo todo en lugar de un chalet y un coche.

Pero Eichmann es primordial, ya que fue el organizador de la solución final y habría muchísima gente que temblaría si lo llevaran a juicio, por lo cual no encuentra colaboración debido a que no hay ninguna oficina de investigación que no esté relacionada con los nazis, asi sea policía, servicio misterio, oficina federal o la oficina federal de protección de la constitución, no logrando no tener la Interpol, que manifiesta no puede formar parte si hablamos de crímenes políticos.

El Primer Ministro le dice que para eso tiene a sus fiscales, quejándose él de que no puede confiar en ellos, ya que le desaparecen expedientes en su despacho.

El político le pide que trabaje, ya que piensa que en unos cuantos años Alemania podrá confrontar a su pasado, aunque él le dice que si no cogen a Eichmann no tendrá fuerzas para soportar ni unos cuantos años, por lo cual le comunica que se pondrá en contacto con el intelecto israelí, lo que el Primer Ministro le dice es alta traición, por lo cual no podrá salir a la luz, dando por seguro que por eso solo lo sabrán ellos dos.

Gebhardt recibe la visita de Kreidler, su segundo, al que le dice que ve que su jefe se ha recuperado lo que le hace tener miedo por sus amigos en el extranjero, habiendo pasado por él la petición que logró a la Interpol, lo que le hace dudar que tiene alguna pista, diciéndole Kreidler que puede estar relajado, ya que Bauer está completamente aislado y no puede llevar a cabo nada, aunque Gebhardt le dice que no debe subestimarle.

Gebhardt tiene conocimiento de que a Bauer le pillaron en Dinamarca numerosas ocasiones por temas de prostitución masculina, por lo cual suponen que si lo pillan con algún hombre estará acabado, debiendo estar alerta para sorprenderlo.

Angermann le pide consejo sobre un joven estudiante de medicina que tras ser acusado de homosexualidad fue culpado a dos años y medio de cárcel, perdiendo además su permiso de estudiante y al que han vuelto a pillar, no sabiendo qué pena debe soliciar por masturbación recíproca, diciéndole Bauer que debe soliciar 6 meses de cárcel, lo que Angermann no cree justo, ya que es por un agravante que introdujeron las leyes nazis, dándole Bauer la referencia para otro caso semejante.

Bauer viaja de Frankfort a Partís y de allí a Jerusalén, en Israel, donde es recogido en su hotel por dos militares que le llevan con los ojos vendados hasta un espacio en medio del desierto donde es recibido por Isser Harel, lo que le llama la atención.

Este le señala que están en un callejón sin salida en sus indagaciones del caso, comprobando que investigaron a su mujer, Vera Leibi, que creen se volvió a casarse tras la guerra, y no tienen la seguridad de que se intente Eichmann más allá de que Silvia Hermann vio que Nick llamaba papá a un hombre de la edad aproximada del nazi.

Bauer les dice que ellos interrogaron a la madre de Vera que les mencionó que su hija volvió a casarse y se llevó a sus tres hijos a América, sin detallar si a Norteamérica o Sudamérica, no habiendo vuelto a tener novedades de ella, aunque él está convencido de que no se volvió a casar.

Si investigaron la pista argentina, disponiendo de un recibo de la luz, a nombre de dos personas, Klement y Dagoto, pero Harel no piensa que tras esos nombres se encuentre Eichmann, ya que este robó a muchas de las familias más ricas de Europa, y no piensa que haya estado viviendo a lo largo de 12 años en una vivienda miserable.

En el rastreo realizado por los israelíes confirmaron que el nazi estuvo con Nasser en el Cairo y que viajaba muchas veces entre África y Suiza antes de instalarse en Kiel, pero no investigaron si podía ocultarse como Klement o Dagoto, señalando Harel que les ayudarán con el Mossad si lo de la carta es verdadera, aunque para eso requieren de otra fuente sin dependencia que se lo confirme.

Entretanto, en Alemania Angermann pide una condena de 5 marcos, para el estudiante homosexual, basándose para eso en la Sentencia de la que le habló Bauer, más allá de que el juez ignora la petición del fiscal y le impone una lástima de 5 meses y que no logre tener relación con hombres de menos de 21 años.

A la salida de la salón una amiga de Johan Kraus le proporciona las gracias por su valentía, dándole una tarjeta del club, Kokett, donde trabajo.

A su regreso Angermann habla con Bauer, que le dice que al fiscal superior Kreidler su petición de pena le pareció escandalosa.

Bauer le cita el domingo en su casa para comentar confidencialmente.

Una vez allí empiezan comentando de Angermann, que le cuenta que transporta dos años casado y que aún no tienen hijos.

Bauer le exhibe la carta de Hermann y le confiesa que habló con el Mossad, mostrándole tras ello una revista derechista, “El sendero” que se publica en Buenos Aires donde redacta un tal Klaus Eichmann que denuncia que los judíos chantajean para conseguir asistencia para Israel en Bonn y quiere entender si el creador es Adolf Eichmann, ya que si lo comprueban lo secuestrarán y lo sentarán frente un tribunal.

Angermann le advierte que lo que hizo es alta traición, diciéndole Bauer que los servicios misterios y la CIA conocen el paradero de esa gente y si lo denuncian frente ellos les avisarán y huirán, algo que no cree Angermann que ocurra, ya que Adenauer quiere reconciliarse con el estado judío y quizá para eso le vendría bien un desarrollo sensacionalista como el de Eichmann.

Pero Bauer no opina lo mismo, ya que Eichmann podría ofrecer varios nombres, agregado el del Secretario de Estado Globcke, que controla la cancillería, el Servicio Misterio y el partido Demócrata Católico y si Globcke cae, todo el gobierno de Adenauer peligra creando un inconveniente a USA, y por eso nadie le quiere en los tribunales.

Angermann le dice que se lo debe reflexionar, diciéndole Bauer ala verle vacilante que se ha equivocado al confiar en él, a eso que Angermann le dice tener miedo que parezca que actúa como un hombre vengativo, “un judío vengativo” apostilla Bauer, señalando Angermann que creía que podrían ser amigos.

Bauer acude tras la reunión a una charla con alumnos que será retransmitida.

Angermann, por su lado tiene en su casa una fiesta con invitados, por lo cual repudia a su mujer cuando se le insinúa, diciéndole que ha discutido y no está bien y que además los invitados llegarán próximamente, sugiriéndole su mujer que les pregunte a quienes tienen hijos en la fiscalía cómo se tienen.

Más tarde, a lo largo de la fiesta Angermann deja a sus invitados para ver la entrevista, uniéndosele también su suegro, aunque este es crítico.

Bauer habla de que lo destacado es la amabilidad de la multitud y dice que ese mismo día desairó a un individuo y siente no poder ser justo y bueno siempre.

Tras ello Karl va a buscar su agenda sin escuchar a su mujer que le reclama para que baje con los invitados, encontrando por último una tarjeta.

Le exhibe esa tarjeta al día siguiente a Bauer, al que le enseña que hablamos de Friedrich Morlach, un periodista amigo de el e sin dependencia que puede empujarlos en sus indagaciones, y que trabaja para el servicio misterio, aunque también para la Stasi, indicándole que es insobornable.

Bauer le dice que si trabaja para la Stasi irán a la cárcel, y si trabaja para el servicio misterio avisará a Eichmann, indicándole Angermann que si les proporciona una confirmación tendrán su segunda fuente, por lo cual escoge arriesgarse.

De regreso a la oficina todo el planeta le felicita por su brillante intervención en televisión, observando que el Primer Ministro le ha enviado un ramo de flores animándole a continuar así.

Pero después en su despacho, y entre el correo recibido ve un sobre donde entre una pequeña cruz gamada le envían una bala.

Angermann se reúne con Morlach en un descampado y le pide que averigüe si tras Klaus Eichmann se oculta Adolf Eichmann, diciéndole este que averiguarlo es únicamente una cuestión de precio.

Junta toda la correo amenazante, que se duplicó los últimos días tras el software y se la llevan a Gebhardt, pidiéndole protección, aunque este le pide que le deje su arma, ya que es del mismo calibre que las balas que le enviaron, por lo cual, al notar su nula intención de cooperar en la investigación escoge despedirlo de su despacho y le pide que olvide el asunto, aunque antes de marcharse Gebhardt le dice en privado que está dispuesto a ayudar con él en lo que quiera, tras lo que le sugiere que una de sus fuentes informó de que vieron a Eichmann en Kuwait, y aunque su servicio no puede accionar respecto de crímenes políticos, le dice que si pide la extradición a Kuwait sí podrán ayudar.

Al escucharlo Bauer le dice a Angermann que tienen la posibilidad de olvidar ya el asunto Eichmann, ya que Gebhardt sabe que lo buscan, por lo cual suponen que Morlach se lo ha dicho, y si lo sabe Gebhardt, Eichmann habrá huido.

Tras tomar unas copas Angermann se pasa por Kokett, donde ve a Victoria, la mujer que le entregó la tarjeta, cantando, yendo él tras la actuación a su camerino, observando que la chica le recuerda y le dice que se ve muy infeliz, preguntándole si puede llevar a cabo algo para animarle, diciéndole que como es amigo no es requisito que pague, cuando se sienta sobre él y comienza a tocarle, le besa y le pregunta qué buscó allí tan tarde, diciendo él torpemente que no lo sabe, tras lo que se marcha sin llegar a más.

Una noche, y mientras duerme, recibe una llamada, debiendo salir en la mitad de la lluvia a comentar con Morlach, que le recibe en su coche, diciéndole este que el periodista no es el nombre que buscan y el apellido es únicamente una coincidencia.

Angermann le dice que sabe que reveló lo que buscaban, diciéndole Morlach que sería idiota si lo hubiera hecho antes de cobrar.

Le habla de Sassen, un periodista que trabajaba para Perón, y que tiene inconvenientes de dinero, que se ocupa de grabar entrevistas, mostrándole una de esas cintas.

Le cuenta que Eichmann quería cambiar su lugar en la historia y por eso le pidió a Sassen que le escribiera sus memorias, disponiendo de centenares de cintas que cree causarán una enorme sensación, aunque como está económicamente mal decidió vender algunas.

Al día siguiente Angermann y Bauer escuchan la cinta donde Eichmann se afirma responsable de transportar a los judíos, aunque afirma que él no mató a nadie, siendo como quienes cargan las bombas en los aviones, pero no las lanzan.

Se pregunta Bauer por qué Gebhardt le habló de Eichmann, si solo ellos dos, el Primer Ministro y Morlach están alerta de sus indagaciones.

Deciden conocer a Schneider, cuyo expediente estudió Angermann y que trabaja en Stuttgart Untertürkheim sede primordial de Mercedes Benz, ya que creen que varios nazis trabajan en el extranjero para esa marca.

Le reportan de que le han investigado por su actividad en el grupo de intervención del servicio misterio, pidiéndole su colaboración y preguntándole si sabe si trabajan para Mercedes Benz en Argentina Dagoto o Klement.

De regreso al coche le dice a Angermann de que ya tienen la segunda fuente, ya que le informó que quien trabaja para ellos es Richardo Klement.

Angermann vuelve a Kokett y regresa a conocer a Victoria en su camerino, en esta ocasión con una botella y unas copas y le dice que le gustaría pagarle, ya que no quiere favores, observando cuando la muchacha se tumba, que su ropa interior no puede disimular su pene, acercándose él y besándola antes de acostarse.

De regreso a su casa le transporta flores a su mujer y se explicación con el trabajo por haber llegado tarde, confesándole su mujer en ese instante que está embarazada.

Bauer se dispone a viajar a París cuando le comentan que tiene una petición de Schüler, de la central de la administración de justicia en relación con una orden de detención contra Eichmann, decidiendo recibirlo inmediatamente.

Schüler le enseña que un policía privado israelí les atormenta todo el tiempo porque está en contacto con un tal Hermann, en Argentina que les dice que sabe que Eichmann se oculta en aquel país, diciéndole Bauer que saben por fuentes fiables que Eichmann está en Kuwait y no en Argentina, aunque le pide que no difunda la información ni siga investigando, ya que en tal caso desaparecería de Kuwait.

Tras la reunión le pide a Angermann que convoque una rueda de prensa para cuando regrese de su viaje, ya que en ella piensa decir lo mismo.

Kreidler Comunica a Gebhardt del acercamiento de Schüler con Bauer y de que le informó de que estaban intentando encontrar a Eichmann en Kuwait y recomienda que alguien del servicio misterio investigue a Bauer pretextando estar preocupados por las amenazas de muerte recibidas por este.

Sendero del campo de aviación, Angermann le cuenta a Bauer que será padre y le dice que piensa que no será un óptimo padre.

Le dice que sabe que a lo largo de su exilio él tuvo inconvenientes con la brigada danesa contra el vicio. Bauer le dice que piensa que los dos tienen intereses semejantes.

Angermann le confiesa entonces que ha popular a “una chica fácil”, diciéndole Bauer que debe entender que eso es punible y que si lo encuentran una vez puede decir que no sabía que la señora no era una señora, pero si reincide no.

Bauer le enseña que él y su mujer viven separados y son un matrimonio feliz y piensa que puede ser un óptimo padre, aunque no debe volver a conocer a la joven.

En París dos hombres del servicio misterio siguen a Bauer, llamando Gebhardt a Kreidler para informarle que de todos modos se dirige a Israel y si tienen la posibilidad de mostrar que se reúne con los servicios misterios de aquel país podrían acusarlo de alta traición.

Una vez en Israel es recibido en el ministerio de Justicia en Jerusalén por Chaim Cohm, “Herman”, su homólogo israelí, y por Harel, al que ya vio la vez previo y por Zvi Aharoni, también alemán, pero del otro Fráncfort.

Bauer les comunica de sus descubrimientos, diciéndoles que Eichmann se hace llamar Klement, lamentando el tiempo perdido.

Zvi le dice que será él quien dirija la investigación y la operación.

No les proporciona el nombre de su segunda fuente, pero les dice que si no actúan inmediatamente hablará con las autoridades alemanas.

Bauer les dice que cuando le tengan hará una petición de extradición a Israel para que comparezca en Fráncfort, ya que quiere combatir a los alemanes con su pasado.

A su regreso a Alemania Bauer proporciona la rueda de prensa prometida comunicando que están investigando el paradero de Eichmann en Kuwait.

Cerca de San Fernando, en Buenos Aires, el verdadero Eichmann vuelve apaciblemente en autobús a su casa leyendo esa información cuando unos hombres que simulaban tener inconvenientes con el coche le interceptan y le suben al mismo.

Bauer recibe una llamada donde le reportan de que le tienen.

La novedad de la detención de Eichmann por Israel llega a todas partes de todo el mundo, ofreciendo Angermann y Bauer en un bar, por el éxito de la operación.

En esos instantes Bauer recuerda con amargura que en su instante no ha podido soportar y se sometió a la presión de los nazis.

Tras ello Angermann se quita su anillo de casado y vuelve a Kokett, donde mira cómo los gays tienen un pequeño espacio de independencia.

Una vez en el camerino, Victoria le cuenta que Johan es el cariño de su historia y le besa, oyendo que llaman a la puerta donde hace aparición Gebhardt, diciéndole Victoria que le prometieron que Johan saldría antes si colaboraba, mientras Gebhardt le exhibe numerosas imágenes en las que hace aparición acostándose con Victoria, diciéndole que su familia no posee por qué darse cuenta, pero quiere a cambio que le dialogue de Bauer, preguntándole si se encontraba este detrás de la detención de Eichmann.

Le proporciona una semana para inculpar a Bauer por alta traición por haber cooperado con un servicio misterio extranjero o será él quien vaya a la cárcel.

En su siguiente reunión con Bauer este le pregunta si va todo bien, ya que no le vió en toda la semana, diciendo él que tenía compromisos personales.

Le pide que le acompañe a conocer a Zinn, que ha negociado la extradición de Eichmann con Israel.

Pero una vez con él le pregunta qué decidió el gobierno federal, diciéndoles que no van a enseñar ninguna petición de extradición y será procesado en Israel, ya que aunque Cohm le prometió ayudar el asunto es más complejo, ya que este es solo un jurista, y hubo reuniones entre Adenauer y el presidente israelí, muy entusiasmado en adquirir armas alemanas y no desean conformar una crisis de gobierno que a nadie le atrae y por eso los norteamericanos harán lo que sea exacto para asegurar a Adenauer.

Bauer le ten en cuenta que le advirtió que si no conseguía a Eichmann no tendría fuerzas para seguir, aunque Zinn le dice que lo consiguió y que esa es su victoria, diciendo él que no, que es la de Israel, que la suya sería que declarara en Alemania los nombres de todos los nazis que continúan en la administración alemana.

De regreso, en el coche, le dice a Angermann que va a dimitir, intentando de convencerle este de lo opuesto, ya que hay bastante trabajo y opciones por enfrente.

Recuerda la situacion de Hesse, comandante en Auswitch en que enumera nombres de la escuadra de defensa y sus víctimas, hechos comprobados por el comandante del campo, señalando que podrían llevarlos a los juzgados, pero protesta de que siempre hallen alguna forma de pararlos.

Al parar por enfrente de una comisaría Angermann pide que pare el coche, y tras entregarle un sobre a Bauer le pide que no tire la toalla, dirigiéndose él a la comisaría mientras Bauer mira que en el sobre están las fotografías de Karl con el travesti.

Bauer sale tras Karl y entra en la comisaría, donde mira cómo lo llevan detenido.

De regreso a su despacho Bauer hace llamar al fiscal superior Kreidler que es quien llevará en persona la situacion Angermann, al que le dice que debe tomar en cuenta que este confesó voluntariamente, aunque Kreidler le dice que tienen que tratar el tema de un fiscal con particular mimo.

Bauer le dice que no va a tomar partido y le pide que se imparcial y que realice su trabajo, aunque le advierte que él también hará el de el y que no volverá a impedírselo nadie.

 

En 1962 Adolf Eichmann fue ahorcado en Jerusalén.

En 1963 Bauer consiguió que Alemania se enfrentara a su pasado en el desarrollo de Auschwitz.

Hasta 10 años después de fallecer no se hicieron públicos sus méritos en la detención de Eichmann.

Calificación: 3