El hombre tranquilo
The quiet man (1952) * USA
También popular como:
– “El hombre inmovil” (Hispanoamérica)
Duración: 129 min.
Música: Victor Young
Fotografía: Winston C. Hoch, Archie Stout
Guion: Frank S. Nugent (Historia: Maurice Walsh)
Dirección: John Ford
Intérpretes: John Wayne (Sean Thornton), Maureen O’Hara (Mary Kate Danaher), Barry Fitzgerald (Michaeleen “Óg” Flynn), Victor McLaglen (Will Danaher “El Rojo), Ward Bond (Padre Peter Lonergan), Mildred Natwick (Viuda Sarah Tillane), Francis Ford (Dan Tobin), Arthur Shields (Reverendo Cyril Playfair), Eileen Crowe (Elizabeth Playfair), Charles FitzSimons (Hugh Forbes), James Fitzsimons (Padre Paul).
Era un día de primavera cuando el tren entró, como de práctica, con tres horas de retardo, en la estación de Castletown, donde él se bajó.
No tenía aspecto de turista estadounidense, ya que no llevaba cámara de imágenes, no una caña de pescar.
El viajero pregunta al jefe de estación por el sendero de Innisfree, población que le dicen está a unos 8 kilómetros, intentando de explicarle entre este, el conductor del tren y numerosas personas más la preferible forma de llegar, aunque no se aclaran entre ellos.
Hace aparición entonces súbitamente un hombre que coge sus maletas y le dice que si quiere proceder a Innisfree debe seguirle hasta su carruaje, al que sube su equipaje, preguntándose entre tanto la multitud en la estación por qué alguien querría proceder a Innisfree.
También Michaeleen, el cochero, le pregunta de dónde es, respondiéndole el viajero que de Pittsburgh, bajándose en el transcurso de un instante antes de llegar al pueblo para ver desde el puente una vieja cabaña en las afueras de la población mientras recuerda a su madre contándole de niño cómo era Innisfree y sus aventuras de niño.
Michaeleen le dice que la vivienda no vale la pena, ya que es únicamente una humilde choza, preguntándole a quién le forma parte en ese instante, diciéndole que a la viuda Tillane, preguntándole si piensa que se la venderá, diciéndole Michaeleen que lo duda, aunque él afirma que lo logrará, preguntándole el cochero por qué un yanqui de Pittsburgh iba a querer adquirir esa casa, respondiéndole: “Te diré por qué Michaeleen Oge Flynn, el pequeño Michael Flynn que solía limpiar mi nariz cuando yo era un niño. Porque soy Sean Thornton y nací en esa cabaña”.
Al notar de quién se habla, Michaeleen le pregunta con qué los alimentan en Pittsburgh para ser tan enorme, señalando que con acero y lingotes de acero candente.
Se topan entonces con Peter Lonergan, el narrador de la historia, al que Michaeleen le muestra a su parroquiano, que ten en cuenta que conoció a su familia, recordando que su abuelo murió en Australia, y a sus padres, preguntándole por su madre, que Sean le cuenta murió en América cuando él tenía solo 12 años, diciéndole el sacerdote que la recordará en la misa del día siguiente.
Mientras el párroco y Flynn hablan se quita, observando que se aproxima un rebaño precaución por una pelirroja a la que no puede evadir quedarse viendo, observando cómo también ella lo mira a él, al verse los dos atraídos entre sí.
Cuando vuelve Flynn le pregunta si ella es verdadera, a eso que Flynn le responde que es solo un espejismo, no logrando él apartar su mirada de ella.
Cuando al final llegan a la población, paran en el bar de Pat Cohan.
A la mañana siguiente, a primera hora Sean acude a misa de la misma forma que prometió al padre Lonergan, donde regresa a conocer a la pastora que vio el día previo, a la que se dirige ofreciéndole agua bendita, que ella toma de su mano, marchándose rápidamente tras ello.
Flynn le regala y le dice que eso es atrevido y pecador y es solo un privilegio guardado a los novios después de las amonestaciones, debiendo descuidarse de ella, de Mary Kate Danaher, más allá de que no está casada, ya que es una pelirroja, con todas las secuelas, que tiene muy mal carácter y además no tiene dote.
Lonergan ten en cuenta que la viuda Tillane era la mujer más rica de Innisfree, aunque era reconocida por todos y muy generosa con los pobres, yendo Sean acompañado por Flynn a verla para intentar comprarle la vivienda.
Él le ten en cuenta que desde que se fueron a América su madre le hablaba de Innisfree y de Blanca Mañana, la vivienda de los Thornton a lo largo de 7 generaciones, y desde ese momento soñó con ese lugar como algo parecido al paraíso, y cuando decidió volver lo logró con un solo propósito.
Llega entonces Will Danaher que protesta, dado que le han informado de que el yanqui quiere robarle Blanca Mañana, algo que no está dispuesto a aceptar, dado que esas tierras lindan con las suyas y él le hizo una aceptable oferta.
La viuda le dice que aún no vendió esas tierras, riendo Danaher dando por seguro que sabía que era mentira, ya que sería como crear una valla entre las tierras de ella y las suyas cuando están tan cerca de un entendimiento.
La viuda, al notar que estuvo hablando eso en la taberna enfrente de todos, dando a comprender que próximamente se casarán, monta en cólera y escoge vender el lote a Thornton por 600 libras, frente lo que Danaher le dice que él le da 610, recordando Thornton que él le había brindado 700, contra ofertando Danaher 710, frente lo que Sean da 1.000, realizando que Danaher se marche enojado dando por seguro que se acordará de él.
Los trabajadores de Danaher hablan del forastero mientras comen, algunos recordando que sus padres lo conocieron, aunque entonces llega Danaher de mal humor y tras llamarlos gorrones les pide que vayan al campo, y que coman menos y trabajen más, ordenando a uno de ellos que añada a su lista el nombre de Sean Thornton y le ponga una cruz, comprendiendo su hermana que el yanqui consiguió adquirir Blanca Mañana, por lo cual alaba el gusto de la viuda Tillane y le dice a su hermano que Thornton tiene más derecho a esa finca que él, ocasionando su furia y dando por seguro que se arrepentirá hasta el día de su muerte.
Thornton se dirige a la taberna, donde pide una cerveza negra, señalando que está dispuesto a invitarles a todos, aunque la multitud recibe fríamente la invitación hasta que les cuenta que su padre era Michael Thornton, señalando el adulto mayor Dan Tobin que conoció a su abuelo Sean, por lo cual permite su invitación de la misma manera que los demás, que tras ofrecer empiezan a cantar una vieja canción irlandesa que habla de Jack Dugan, un jóven que con 16 años salió a las colonias en Australia donde luchó.
Al costado Michaeleen habla con integrantes del IRA a los que les cuenta que Thornton es un tipo relajado y pacífico que volvió a Irlanda para descuidarse de sus inconvenientes, dando por seguro que es un millonario como todos los yanquis y un tipo excéntrico, mostrándoles su saco de reposar, algo que ninguno de ellos había visto antes.
Mientras cantan llega Danaher que ve cómo Tobin le otorga a Thornton la bienvenida en nombre de los hombres de Innisfree, algo que Danaher considera ridículo, señalando que él es un hombre de Innisfree y no va a ofrecer por alguien que está dispuesto a abonar 1000 libras por un lote que no vale 200, señalando el músico que él ofreció 700, realizando que su ayudante lo apunte también en la lista negra.
Tobin le ten en cuenta que Thornton tiene más derecho que él a esas tierras, ya que fueron las de su familia, y además él tiene ya demasiadas tierras.
Sean se expone comprensivo y dice que Danaher tiene fundamentos para estar irritado, aunque este niega estarlo, diciéndole que van a ser vecinos, aunque Danaher le dice que ni se le ocurra poner un pie en sus tierras y que se aleje de su hermana Mary Kate.
Sean le afea su práctica de comentar de las mujeres en el bar, aunque Danaher dice que lo realiza porque él se tomó algunas libertades con ella, a eso que Sean señala que solo le dio los buenos días, diciendo Danaher que pensaba de todos modos en buenas noches, asegurándole Thornton que miente, sintiéndose Danaher indignado de que le llamen mentiroso, pidiéndole a su nuevo vecino que se defienda, aunque este afirma que no piensa luchar, limitándose cuando aquel se arroja hacia él a cubrirle la cabeza con un trapo impidiéndole ver y que le pegue, lo que le enoja aún más, disponiéndose a golpearle otra vez cuando llega el padre Lonergan que le recrimina su actitud, pidiendo a Flynn que lo lleve a casa.
Thornton escoge ofrecer por zanjada la pelea tendiéndole la mano que Danaher repudia hasta que Lonergan reitera que que se la dé o será nombrado en el sermón del domingo, aceptando al final cuando le dice que le dé un apretón fuerte, intentando de destrozarle la mano, más allá de que se ve asombrado tolerando también él el apretón, tras el cual Sean afirma que no le agradan los hombres que dan la mano floja, ganándose inmediatamente el aprecio de sus paisanos, que brindan con él y siguen cantando pacíficamente.
Va tras ello a hacerse cargo de la vieja casa, que se queda viendo desde lejos, indicándole Michaeleen que puede si lo quiere proceder a reposar a la suya, dado que se avecina una fuerte tormenta, aunque él afirma que le alcanza con su saco de reposar.
Pero cuando entra en la vivienda mira que alguien ha encendido la chimenea y ha barrido, y aunque no la puede ver adivina que fué Mary Kate, que se oculta.
Tira entonces una piedra contra un cristal asustándola y haciéndola salir de su refugio para intentar escapar, aunque él consigue agarrar su brazo cuando ya se encontraba en la calle y la atrae con fuerza hacia sí y la besa con mucha pasión mientras los azota el viento.
Ella no tiene una reacción hasta algo más tarde y trata de ofrecerle una fuerte bofetada que él consigue evadir parando su mano.
Cuando ella le echa en cara su descaro él le afirma que hay cosas difíciles de sobrepasar, como la visión de una muchacha por el campo mientras el sol se refleja en su pelo, o arrodillada en la iglesia como una santa, y más que nada que una desconocida haya limpiado su casa.
Ella le dice que hubiera hecho lo mismo algún buen católico, dándole él las gracias mientras ella abre la puerta para marcharse, aunque antes de salir es ella quien lo besa.
En breve Sean repara los daños de su cabaña y la pinta, pasando por allí mientras lo realiza el reverendo Playfair y su mujer Elizabeth, que alaban su gusto por cómo arregló su casa, regalándole una planta.
Mientras hablan el reverendo le dice que el apellido Thornton le resulta muy familiar, aunque él afirma es muy corriente.
Llega entonces un carro cargado con muebles, y entre ellos una colosal cama, la más grande que encontró, asegura, quedándose admirados todos los vecinos, incluida Mary Kate a su paso.
Antes de que vuelva a su casa se aproxima a ella Michaeleen, muy arreglado y le pregunta por qué va así, pidiéndole él que escuche lo que debe leerle, ya que actúa como casamentero, yendo en nombre de Sean.
Michaeleen está muy borracho y solamente se le sabe, invitándolo ella a ingresar y dándole una copa para que siga, señalando que si ella está en concordancia él hablará con su hermano, diciéndole que Sean mencionó que le tenía sin precaución la dote.
Mary Kate se alegra al escucharlo, aunque después asegura que todo lo de el irá con ella y que no puede tenerla en tan poca cosa al negar sus cosas.
Mary Kate toca tras ello una canción y canta feliz diciéndole a Michaeleen que puede mencionarle a Thornton que le va el asunto.
Sean, de gala y con un ramo de rosas acude a casa de la muchacha con Michaeleen, corriendo ella cuando se pudo ver a comunicar a su hermano de que tienen visita, aunque él sigue cenando sin desplazarse.
Les abre ella, diciéndole Michaeleen que van a comentar con su hermano, frente el que les transporta, aunque al observarlos, Danaher afirma que aunque fuera el último hombre sobre la tierra no le concedería la mano de su hermana, tras lo que los echa de casa.
Sean le dice a ella que lo que cuenta es lo que diga ella y que van a casarse, aunque ella sube otra vez a su habitación desconsolada, mientras Michaeleen le enseña a Sean que sin el consentimiento del hermano no habrá boda.
Lonergan cuenta cómo, al no comprender esas anticuadas prácticas, fallido y deprimido, Sean se ocupa de cabalgar por las tierras de Innisfree montando un caballo medio salvaje, a toda agilidad, y cuando se cruza con Mary Kate, que va en bicicleta, se limitan a darse los buenos días.
Temiendo que les acabe ocurriendo algo, y utilizando la convocatoria del certamen de carreras de Innisfree, el reverendo Playfair y su mujer, Michaeleen y nuestro padre Lonergan idean un plan para empujarlos.
Antes de la carrera se les pide a todas las damas que coloquen sus sombreros sobre unas picas ubicadas en la misión, aunque Mary Kate se niega a poner el de el
Michaeleen comienza a ordenar la puja, cuando llega Danaher y le dice que si se entera de que está tramando algo para que el yanqui se case con la viuda, acabará con él, ya que no puede comprender que un día vaya a por su hermana y al otro a por la viuda, asegurándole Michaeleen que si le hubiera contratado a él como intermediario ya habría conseguido a la viuda años atrás, aunque le dice que no es aún bastante tarde y que si la viuda no se decidió es porque ninguna mujer se metería en una vivienda donde ya hay otra mujer, y que si se hubiera librado de Mary la viuda ya se habría decidido.
Cuando las mujeres empiezan a prestar sus sombreros Danaher le pide a su hermana que ponga el de el, más allá de que se niega a llevarlo a cabo hasta que ve que la viuda Tillane lo pone.
Los 6 competidores empiezan una carrera accidentada y apasionante que gana Sean, que coge el sombrero de la viuda, observando cómo todos los jinetes coge uno de los sombreros, quedando solo sin agarrar el de Mary Kate.
El reverendo Playfair acude a felicitar a Thornton al que le dice que cabalga como un tornado, cayendo entonces en la cuenta de por qué le sonaba su apellido, ya que hablamos de “Tornado Thornton”, aunque este le pide que no diga nada.
Como ganador, Thornton da su sombrero a la viuda, que le distribución la copa de campeón y un ramo, dándole esta un beso frente los celosos ojos de Danaher, que le pregunta a Michaeleen si sigue en pie su oferta, pidiéndole 350 libras.
Poco tiempo después todos los convecinos esperan en la puerta de Danaher, acudiendo Sean elegantemente ataviado.
Leídas las amonestaciones, Will Danaher facilita que Sean corteje a su hermana, “bajo las condiciones comunes”, debiendo Flynn asumir la compromiso de vigilarlos mientras pasean y hablan, debiendo subir la pareja cada uno en un lado del carro, sin que Sean entienda por qué tienen que vigilarlos, dando por seguro que él en América hacía sonar el claxon de su coche y las chicas acudían, asegurándole Mary Kate que ella no dejará que la llamen a bocinazos.
Flynn afirma a lo largo de el recorrido que jamás vio a una pareja tan discreta
Tras un rato paseando Flynn les facilita que caminen en el transcurso de un kilómetro juntos para que se vayan acostumbrando a su compañía, seguidos por Flynn, aunque tampoco a lo largo de el recorrido junto al río hablan, limitándose a caminar juntos.
Al final él le dice que transporta un sombrero precioso, ocasionando la furia de ella al acordarse que a lo largo de la carrera el de el fue el único que se quedó sin agarrar, tras lo que le dice después que tiene un carácter muy difícil y que es preferible que lo sepa, ya que los Danaher son peleones, a eso que Sean le responde que a él se lo suceden otras cosas que preferiría llevar a cabo con una Danaher.
Ven entonces un tándem con una vivienda y antes de que Michaeleen logre reaccionar van corriendo y se suben al mismo pedaleando a toda agilidad mientras el casamentero trata inútilmente de seguirlos, renunciando a ello cuando su caballo, al llegar al bar se para, como tiene por práctica, no logrando Flynn evadir la tentación.
La pareja por su lado se aleja por los caminos comarcales, echando ella a correr cuando se bajan, seguida por Sean, que ve cómo ella se descalza para atravesar un arroyo.
Ella al final se quita el sombrero, realizando él lo propio con el de el, que lanza como una pelota de béisbol adjuntado con los guantes, caminando después juntos hasta el cementerio, donde él afirma no esperaba terminar con una chica a la que está próximo de besar, diciéndole ella que aún queda bastante para los besos, ya que terminan de empezar su noviazgo y hasta al cabo de un mes no podrán pasear solos, al otro se celebrará la fiesta de la trilla y al siguiente…
Ella se calla, observando que les queda bastante tiempo y piensa que quizá no deban aguardar tanto, abrazándose a él exactamente en el instante en que comienza a bajar una fuerte tormenta de la que se refugian bajo unos arcos, cediéndole él su chaqueta.
Allí abrazados y empapados observan la lluvia, volviendo a besarse otra vez.
Tras un corto cortejo sucedió la boda en la misma iglesia donde fueron bautizados, habiendo tras ello una simple celebración donde los hombres cantan tras felicitar a los recién en matrimonio, ofreciendo los “conspiradores” por el éxito de su complot.
Ofrecen un brindis, aunque Michaeleen les dice que la tradición pide que no se brinde hasta que se otorgue la dote de la novia, disponiéndose todos a contemplarla, echando Will las 350 libras sobre la mesa, un collar y los muebles, tras lo que ofrecen un brindis por una extendida vida feliz.
Tras el brindis Danaher pide la palabra para llevar a cabo un aviso. Señala que tras ofrecer en matrimonio a su hermana, esta abandonará la vivienda, y una vivienda no es nada sin una mujer, por lo cual ofrece un nuevo brindis por sí mismo, señalando que también va a casarse, faltando solo que Sarah diga la palabra de rigor.
Pero esta lo llama caradura y le afirma que no posee derecho alguno a tal desatino.
Will no sabe nada, ya que le dijeron que ella aceptaría su proposición cuando se casara su hermana, comprendiendo que le mintieron y que Sean consiguió con mentiras y engaños su matrimonio, dando por seguro que hay algo que no tendrá, que es la dote, que tira al suelo.
Mary Kate se agacha para recogerla, pidiéndole Sean que la deje, no queriendo ella, y mientras trata de levantarla Danaher lo pilla desprevenido y le propina un puñetazo noqueándolo.
Mientras está en el suelo, Thornton recuerda su último combate que acabó con su contrincante muerto.
Mary Kate le atiende, pero cuando se está recuperando se levanta rápidamente. El reverendo le pide tranquilidad temiendo que se lance contra Danaher, aunque él se restringe a coger a Mary Kate con la que se marcha.
Pero una vez en el hogar ella
Ya en el hogar ella ten en cuenta que desde niña soñó con poder gozar de sus muebles, sus porcelanas y sus adornos cuando se casara, diciéndole él que no sabía que eso le importara tanto y que son demasiadas lágrimas por unos muebles y unos cachivaches.
Al escucharlo ella sale afuera y le dice que es una vivienda hermosa, diciendo él que por medio de ella, pero cuando trata de tocarla ella no se lo facilita y le dice que llevará el anillo, cocinará y labrará la tierra, pero que hasta que no tenga su dote no se considerará casada, ya que se siente como una criada sin nada de lo de el y que hasta que no consiga su dote no la conseguirá a ella y no volverá a mirarle a la cara, ya que hay 300 años de sueños contentos en esos muebles.
Se encierra tras ello en la habitación, aunque él abre la puerta de una patada, diciéndole que entre ellos no habrá puertas ni cerrojos, excepto los que ella ponga en su mezquino corazón, tras lo que la besa, pareciendo ella aceptar la situación cuando la coge en brazos y la lanza sobre la cama, que se rompe, aunque en lugar de acostarse con ella se marcha dejándola allí.
Por la mañana se despierta en su saco de reposar cuando escucha cómo fuera ríen los hombres del pueblo que están fuera, pidiéndole ella que no la avergüence, por lo cual almacena su saco para que no lo vean.
Los hombres llegan cantando y con el auto cargado con los muebles de Mary Kate, señalando que persuadieron a Danaher para que cambiaran de iniciativa, introduciéndolos en la vivienda, tras lo que señalan que lo único que no lograron hallar es convencerle de que les diera su dinero, asegurando Sean que puede quedarse con él, aunque ella no lo comprende y se pregunta con qué clase de hombre se casó.
Con su espineta Mary Kate canta y se ve feliz al haber logrado el lugar de vida que deseaba, mientras fuera Sean cava y planta rosas.
Ella se extraña y le dice que no planta nabos, coles ni patatas, diciendo él “ni hijos”, diciendo ella entonces que las flores realzarán su hermosa casa.
Ella le dice que requieren un arado, una azada y un caballo, diciendo él que quizá un tractor, aunque ella dice que un caballo tiene más virtudes y le ofrece proceder a adquirir a Castletown y les dará tiempo a regresar antes de la cena.
Mientras ella se enlista escucha una bocina y sale corriendo recordándole él que había dicho que ella no correría frente una bocina, observando que tiene un bonito carro tirado por un caballo, diciéndole él que es para ella.
Llegan a la localidad con ella feliz manejando su carro, topándose allí con Will que está invitando a todos a una ronda de cerveza tras haber vendido las ovejas, diciéndole ella a Sean que es un óptimo instante para pedirle su dinero.
Él reitera que que no se casó con ella por su dote y que no se rebajará frente él, diciéndole ella que si a él le otorga vergüenza soliciar su dinero a ella le otorga vergüenza haberse casado con él, preguntándole él si los Danaher solo opínan en dinero, observando cómo ella llega a amenazarle con el látigo antes de marcharse dejándole a él allí por lo cual debe regresar andando a su casa muy enfadado.
Por el sendero Mary Kate se topa con el reverendo Lonergan pescando, intentando de pescar a Arthur, el rey de los salmones, con el que mantiene una pelea recurrente.
Ella le dice que tiene algo muy considerable que contarle sobre su marido y sobre ella, confesándole en gaélico todo, agregado dado que él duerme en un saco.
Él se enoja al escucharla y le dice que en Irlanda un hombre debe reposar con su mujer.
Justo en ese instante Arthur pica, empleándose el párroco intensamenta para intentar ponerlo en la red, accediendo en el río, aunque el salmón escapa tras romper el sedal.
Al llegar al pueblo, Sean entra en el bar, donde los hombres beben y cantan, rechazando él la copa que le proponen, dirigiéndose a Danaher al que le dice que quiere comentar en privado con él, aunque él le dice que puede decir lo que desee, ya que están entre amigos, diciéndole que ya sabe a qué fué y que quiere oír pedírselo, dando por seguro que lo va a dejar sin dientes, diciéndole uno de los presentes que pesa 10 kilos más que él y que no sería justo, dando por seguro que podría llevarlo a cabo con un puño en el bolsillo.
Thornton, que no quiere meterse en inconvenientes opta por marcharse dando un manotazo a los puños de Danaher.
Fallido, acude a comentar con el reverendo Playfair, dado que es el único frente quien puede sincerarse, al ser el único que sabe por qué no quiere luchar.
Él reverendo le cuenta que colecciona novedades deportivas, encontrándose entre ellas el aviso de retirada de “Trooper Thorn” donde aseguraba que no volvería a luchar más allá de que la desaparición de su contrincante se debió a un incidente.
Thornton ten en cuenta que el muerto, Tony Gardello era un hombre casado y tenía dos hijos y una bonita casa y peleaba con limpieza, en tanto que él salió a matarle por culpa del maldito dinero.
Y en este momento todos, incluida Mary Kate creen que le tiene miedo a Danaher, lo que le regresa loco, ya que para él la dote no es considerable, diciéndole el reverendo que para ella si lo es, ya que es algo más que dinero.
Él dice que no vale la pena pelear por esto, preguntándole el reverendo si tampoco por su mujer, dando por seguro que no peleará salvo que esté tan furioso como para matar, planteándose que quizá ella no le quiere lo bastante, diciéndole el espiritual que cuando llegue el instante oportuno tendrá una respuesta y espera verlo, contándole que posiblemente se tenga que marchar, ya que llega el obispo al día siguiente para su visita anual y tiene pocos feligreses.
El reverendo le cuenta que él también boxeó en su juventud, mostrándole una fotografía cuando fue campeón de los rápidos, y le dice que no debe menospreciar a Danaher, ya que, aunque torpe tiene una derecha tremenda y una mandíbula de granito”.
El reverendo le da una copa, pero después se la quita, ya que, le dice, desde ese instante debe entrenar.
Cuando vuelve a casa encuentra a Mary Kate en oposición al fuego, entregándole un palo, aunque él lo lanza al fuego, observando cómo ella se apresura a encenderle el cigarrillo que llevó a su boca, preguntándole si ha cenado, asegurando no tener hambre, diciéndole ella que la bebida produce ese efecto, asegurándole él no haber bebido ni solo una copa.
Le cuenta que habló con el reverendo, contándole ella que también habló con el padre Lonergan, acercándose a él y admitiendo que la abrace y se recueste sobre él mientras fuma, observando cómo por vez primera ella tiene un gesto cariñoso con él.
Por fin duermen juntos, levantándose él feliz a la mañana siguiente mientras la llama para que le prepare su té, no encontrándola en el hogar, por lo cual se asoma afuera, encontrando a Michaeleen, que le dice que llevó a su mujer a la estación de madrugada porque le mencionó que le quería, y no puedo vivir con un hombre del que se avergüenza.
Thornton le pide a Flynn que le ensille el caballo, pero este le dice que no quiere asistirle a que le cause más vergüenza a su mujer.
Mary Kate espera en la estación inquieta y al final se sube al tren cuando este se ve ya dispuesto a partir con 4 horas y media de retardo gracias a que el maquinista fue a conocer un partido del mejor conjunto de Irlanda según él, algo que le discute el jefe de estación, disponiéndose a dirimir a puñetazos sus diferencias cuando llega Thornton y comienza a buscar a su mujer tras cada puerta hasta que la encuentra acurrucada. La saca a rastras del vagón y la ordena a acompañarlo mientras todos, incluidos los trabajadores del tren los siguen presintiendo que se avecina pelea.
También es testigo de la escena el reverendo Playfair que había ido a la estación a agarrar al obispo.
Llega la novedad de que la está forzando a volver tirando de ella al bar, organizándose todos para informarse por dónde llegarán, presintiendo que será un día histórico para Innisfree, tanto que Cohan dice que la bebida corre por cuenta de la vivienda.
Thornton arrastra a su mujer sin importarle que pierda un zapato, arrastrándola cuando se cae, siendo seguido por una comitiva cada vez más grande que se les une desde todas partes, entregándole una mujer una vara para que le pegue a su mujer.
Llegan así hasta las tierras de Danaher, que se encontraba con sus trabajadores recogiendo el heno, diciéndole al llegar que le debe todavía 350 libras y le pide que se las otorgue.
Al notar entre los ayudantes a los integrantes del IRA, Danaher pregunta si su organización está también metido en eso, lo que ellos niegan.
Danaher le afirma que no le pagará jamás, frente lo que Sean responde que entonces rompen su contrato y le devuelve a su hermana arrojándola a sus pies, ya que si no hay dote no hay boda, recordándole que esas son sus prácticas, no las de él.
Danaher opta entonces por tirarle su dinero al suelo y le pide que lo recoja, asegurándole que si regresa a exhibir sus narices por allí se las aplastará.
Thornton recopila de hecho el dinero el dinero y, restablecido su orgullo, Mary Kate se dirige a la caldera de la trilladora cuya puerta abre, arrojando Sean a esta los billetes, tras lo que, cogidos del brazo avanzan orgulloso entre la multitud hasta que, al pasar con Danaher este trata de golpearlo, aunque él lo esquiva y lo golpea a su vez.
Mary Kate no se ve interesada ya en la pelea y le dice a Sean que se va a casa, ya que debe prepararle la cena, continuando orgullosa entre sus convecinos mientras Sean la mira sonriente, utilizando Danaher que está distraído para golpearlo, comenzando tras ello una extendida pelea entre los dos cuñados.
Los golpes van y vienen hasta terminar enfrentándose todos entre todos mientras la novedad llega hasta los pueblos cercanos
Observando que la pelea se ha extendido entre los ayudantes Michaeleen dispara al aire y les ten en cuenta que es una pelea privada y tienen que respetar las reglas del marqués de Queensberry y los no competidores tienen que mantenerse en lote neutral.
Desde lejos el obispo y el reverendo Playfair observan la pelea, apostando entre ellos, lo mismo que sucede entre la mujer del último y la viuda Tillane que espera que gane Danaher.
La pelea transporta a los contendientes durante distintos sitios, acabando Thornton en el río, y siempre que cae alguno de ellos al suelo alguien les lanza un cubo de agua
Los policías llaman para soliciar refuerzos, pero su superior lo que les dice es que apuesten 5 libras en su nombre por Danaher.
Flynn es el solicitado de anotar todas las apuestas, no dando abasto a apuntarlas.
Entretanto, Dan Tobin recibe los últimos sacramentos en su lecho de muerte del joven sacerdote, padre Paul cuando se escucha el ruido de la pelea, frente lo que Tobin se viste y sale para contemplar la pelea, mientras el padre Paul corre hasta el río para comunicar a Lonergan de lo que está ocurriendo, pidiéndole su auxilio para parar la pelea, olvidando lo considerable que es para él la pesca de Arthur para correr hacia el sitio donde está teniendo el combate, quedándose apartado mientras sigue la evolución de este sin tomar en cuenta la petición del otro sacerdote de que intervenga para separarlos.
Llegan peleando hasta el bar de Cohan, decidiendo hacer una parada para beber, lo que además permitirá que entretanto llegue el autobús del pueblo cercano.
En el bar Danaher afirma que habría viajado kilómetros por una pelea así, y le dice que le está cogiendo cariño y que su viuda, su hermana, no tuvo tan mal gusto.
Tras beber, se empeñan los dos en invitarse el uno al otro más allá de que ha dicho Cohan que invitaba él, acabando opinando por quién paga, lanzándole Danaher la cerveza a su cuñado la cara, por lo cual este le otorga un puñetazo que le hace atravesar la puerta de la taberna.
Cuando acaba la pelea, la señora Playfair le confiesa a su marido que apostó y perdió tres libras con la viuda Tillane, y que sabe que eso no está bien, aunque entonces ve cómo sale de casa el obispo que le distribución a su marido un cheque por 30 libras.
Es ya de noche y Sean y Will vuelven a casa abrazados y borrachos, arrastrándose y cantando juntos la canción clásico sobre el jóven que estuvo en las colonias, viéndolos llegar Mary Kate, que tiene la mesa lista, diciéndole Sean que ha invitado a cenar a su hermano.
Tras ese episodio volvió a reinar la tranquilidad en Innisfree.
Al día siguiente, y liderados por el padre Lonergan, se reúnen todos los vecinos del pueblo a la salida, pidiéndoles el sacerdote que cuando pase el reverendo Playfair con el obispo le vitoreen todos como si fueran protestantes, ya que es un óptimo hombre, tapándose él mismo el alzacuellos con un pañuelo para gritar con ellos, observando de hecho el obispo cómo todos aclaman a su pastor.
Tras estos avanza un carro, el del casamentero Michaeleen que transporta a Danaher y a la viuda Tillane, que inician así su romance, también aclamados por todos.
Frente a su casa, Sean y Mary Kate despiden también al reverendo y observan el cortejo de Will y Sarah cuando ella le susurra a él algo al oído, tras lo que van corriendo hacia la vivienda.
Calificación: 4