El Lute II: Mañana seré libre
España (1988) *
Duración: 120 min.
Música: José Nieto
Fotografía: José Luis Alcaine
Guion: Vicente Aranda, Joaquim Jordà, Eleuterio Sánchez (Autobiografía de Eleuterio Sánchez)
Dirección: Vicente Aranda
Intérpretes: Imanol Arias (Eleuterio Sánchez / El Lute), Jorge Sanz (Raimundo / “El Toto”), Pastora Vega (Esperanza), Ángel Pardo (Sebastián / “El Lolo”), Blanca Apilánez (María), Silvia Rodríguez (Frasquita), Montserrat Tey (Emilia), Terele Pávez (Gitana), Antonio Iranzo (Padre de Frasquita).
Penal del Puerto de Santa María. A lo largo de la Noche Vieja de 1970 y mientras la mayoría de los presos cantan y bailan festejando el desenlace de año, Eleuterio y numerosos presos más abren un boquete por el que van hasta otra dependencia donde, con una pequeña lima tratan de serrar los barrotes aguardando abajo una furgoneta a la que Eleuterio lanza un pequeño cable que coge el conductor, atando al cabo del cable una soga que Eleuterio ata al resto de la reja no limada, y por la que se deslizará.
En el intento tira de forma involuntaria una teja, alertando el ruido de esta al caer a los guardias, más allá de lo cual, y aunque la furgoneta debe marcharse consigue escapar.
Un nutrido grupo de guardias patrulla los bosques cercanos intentando encontrar su rastro, sin ver que este está en la copa de uno de los árboles escondido.
En Dos Hermanas, Sevilla, un grupo de guardias civiles llama a la puerta de una casa que poco después registran totalmente mientras intimidan a sus pobladores, los hermanos del Lute, siendo detenido uno de ellos, Sebastián, “El Lolo”.
Pero la guardia civil es incapaz de encontrarlo.
Acude al cementerio y ubica unas flores, robadas de otro, en el nicho de su padre, saltando tras ello la valla del cementerio, esperándolo fuera sus dos hermanos, el “Toto” y el “Lolo”, que se niegan a dejarle marcharse solo, ya que según asegura el más grande, dejó de ser Sebastián para ser popular como el hermano del Lute, de lo que se siente orgulloso, afirmando que irá con él donde desee que vayan.
Un día de madrugada llegan al vecindario malagueño de Mangas Verdes toda la familia Sánchez, con sus enseres.
Una vez allí Eleuterio les comunica de que, desde ese instante tienen que actuar como si fueran payos para no llamar la atención, para lo cual les enseñará a leer y a escribir, advirtiéndoles que desde ese instante tienen que llamarlo “Mayo”.
Este comienza a leer “El Quijote” mientras ordena a toda la familia a estudiar de 5 a 8, llegando a romperles la radio para que no se dediquen a escuchar radionovelas.
En las afueras de Albacete se produce una reunión de mercheros a la que acude también Tomás “el Flaco”, donde los superiores cuestionan la decisión de Eleuterio de vivir como payos, aunque le afirman su acompañamiento.
Tras la reunión Tomás le evita de que la Chelo está en un bar de Valencia donde trabaja día y noche cuidada por un prominente cargo de la guardia civil y que abandonó a sus hijos que viven en Madrid de manera miserable en la chabola de sus abuelos.
Eleuterio se va con Lolo hasta Madrid, llegando de noche al poblado chabolista, yendo hasta la chabola de su suegro, con la intención de llevarse a sus hijos, lo que harán más allá de la oposición de la abuela que le dice que se los transporta para que vivan la mala vida como él, gritando y acusándolo de ladrón.
La novedad de la reaparición del Lute llega a los periódicos donde reportan que se llevó a sus dos hijos de 6 y 9 años a punta de pistola.
Ya reunida toda la familia, van un día a comer al campo, posando todos para el Toto, cuando por detrás de este se aproximan dos guardias civiles, pidiéndole el jóven a uno de los guardias que les tire él la foto para salir toda la familia junta.
Unos días después roba adjuntado con sus hermanos la caja fuerte de un banco en Antequera, abriéndola con un soplete, y observando que hay cantidad considerable de dólares.
Unos días después acuden a un banco en Cartama para cambiar marcos y dólares por pesetas, escribiendo el cajero en la orden de cambio que tiene enfrente al tipo que realizó el atraco, pidiendo que telefoneen a la guardia civil, de forma que, mientras le hacen firmar un formulario se muestran dos guardias, frente los que asegura que acompaña al embajador de la República de Venezuela, sacando tras ello su arma y sujetando a uno de los guardias antes de salir corriendo, y consiguiendo escapar, aunque alcanzado por un tiro.
Deambulando por el campo se topa con numerosos aldeanos, haciéndose pasar frente ellos por loco, consiguiendo de ese modo que le permitan seguir con su sendero más allá de ver que está herido, logrando llegar así hasta su casa.
La policía le pregunta al dueño de una frutería por el coche que está aparcado frente a su tienda, sospechando que es el de Eleuterio, afirmando el frutero que transporta allí numerosos días, aunque sin entender de quién era.
Promesa le tiñe el pelo antes de su siguiente salida, que hace, aunque herido todavía, hasta el coche, que trata de recobrar, aunque en relación comienza el motor una lluvia de balas llegadas desde todos los ángulos dejan el automóvil como un colador, más allá de lo cual ninguna lo consigue, y cuando asoma con su arma, los agentes aterrorizados se ocultan y consigue escapar pese al asedio.
Al conocerse descubierto, y que por el momento no estarán seguros en Málaga escoge marcharse solo, aunque sus hermanos se niegan a abandonarlo más allá de que él les hace ver que no tienen la posibilidad de ir juntas 9 personas sin llamar la atención, por lo cual eligen por dejar que las mujeres y los niños se queden.
En el sendero se topan con un control de rutas que deciden saltarse, decidiendo continuar por un sendero sin asfaltar, más allá de que, y cuando ya se creían seguro escuchan de repente un fuerte ruido, conociendo que hablamos de un helicóptero de la guardia civil que sigue sus pasos y controla sus movimientos, más allá de que alcanzan llegar hasta Alcalá de Guadaira, donde logran pasar desapercibidos para el helicóptero al dejar el coche bajo los árboles de la plaza, más allá de que para evadir que los atrapen deciden escapar, ocultándose en una construcción dejada desde donde tienen la posibilidad de divisarlo todo, observando que llegan al pueblo cientos de guardias civiles en furgonetas, a caballo, en moto o caminando, no logrando creerse Toto que todo ese despliegue sea por tres “mierdas” como ellos.
Esperan a que caiga la noche, bajando hasta el pueblo, que está tomado por las fuerzas del orden que revisan hasta el último rincón, más allá de que logran despistarlos escondidos en un coche, colándose después en una nave ya revisada, pasando al poco tiempo los guardias por el coche que abandonaron.
Ocultos en el alcantarillado logran burlar un cerco de 3.000 agentes, por lo cual un General reprende duramente al oficial solicitado de la operación prohibiendo más adelante acciones de ese tipo, pidiendo que en adelante actúen sobre seguro.
Algún tiempo después dos hombres les llevan comida y cartas de su familia mientras siguen viviendo en el alcantarillado en Sevilla.
En la carta de su hermana les dice que hace ya 15 días que la policía no hace aparición por el vecindario, contándole que en el transcurso de un tiempo estuvieron de traje, para más tarde ir de incógnito, llegando a ir disfrazados como obreros, ofreciéndose 300.000 pesetas de recompensa a quien reporte de su paradero.
Pero el Lolo se ve enloquecer deseando ver a María y a sus hijos, por lo cual Eleuterio escoge llevarlo a observarlos hasta Dos Hermanas, preguntándole a Promesa si les pegaron, a eso que ella responde que alguna bofetada, pero más que nada amenazas, y que se llevaron a los niños y los llevaron a un reformatorio, devolviendo solo a los de María.
Mientras María y Lolo se acuestan Eleuterio escoge que tienen que cambiar de vida y comenzar a vivir como los ricos.
Algún tiempo después, teñido de rubio y con barba y gafas y elegantemente vestido llega Eleuterio a una inmobiliaria de Granada donde firmará el contrato por la adquisición de un lindo piso con vistas a la alhambra, entregando el primer período en efectivo.
Agotado de que el Toto lleve putas a su casa con el riesgo que suponen, acude a una agencia matrimonial para buscarle una novia, aunque ve cómo su hermano la despide afirmando que no le agrada y que ya tiene una novia, que es de etnia gitana, lo cual no les gusta nada ni a Promesa ni a María, la mujer del Lolo.
Eleuterio va a conocer al padre de la muchacha para pedirle su mano, informándole el hombre de que su Emilia no puede sacarse el pañuelo porque no es virgen, ya que estuvo ya casada, aunque Eleuterio le afirma que a ellos eso no les importa, debido a que suponen que es buena y honrada, frente lo que el padre no posee ninguna objeción, aunque le dice que si no hay pañuelo no hay festejo, lo que le supondrá un enorme ahorro, por lo cual puede ofrecerle a él parte de ese dinero que se va a ahorrar.
Tras ver que hablamos de gente con dinero numerosos de los gitanos le proponen mujeres a Eleuterio, muchas de ellas con garantía de poder sacarse el pañuelo.
Arreglado el futuro sentimental de su hermano le otorga una sustancial proporción de dinero para que abra una mercería y logre ganarse así la vida, debido a que él ha planeado en marcharse al extranjero, aunque sus hermanos se niegan a dejarlo solo.
Nervioso, y necesitado de una mujer, escoge llevar a cabo caso a su hermano y soliciar la mano de Frasquita, la prima de Emilia que ya le ofrecieron en su día.
La chica, joven aun, permite ir con él, cuando este le pide permiso a su padre para enseñarle su casa, y le pregunta si le agrada o se casa porque se lo mandó su padre, asegurándole que la hará feliz y que no le faltará de nada y le enseñará a leer y a escribir, asegurándole ella que lo único que teme es que él se harte.
Llegado el instante de la boda Eleuterio está con que para ella llegaron centenares de gitanos desde toda España, lo cual le incomoda.
Promesa será la encargada por la familia del novio de ayudar a la ceremonia del pañuelo, mientras los hombres esperan fuera, exponiendo al final el pañuelo manchado de sangre a su prometido y a su padre.
La fiesta continúa acorde a sus prácticas, hasta que cansado de tanta ceremonia Eleuterio escoge marcharse llevándose a la muchacha para disgusto de la familia de la chica, debido a que, según la ley gitana, sin novio no hay fiesta, teniendo en cuenta el padre de Frasquita que lo realizado por Eleuterio es un insulto.
Y a lo largo de la fiesta una mujer afirma comprender a Promesa porque estuvo con ella en la cárcel de Málaga, donde era muy popular por ser la hermana del Lute.
Eleuterio se acuesta, después de una extendida espera con su mujer, aunque poco después irrumpen los gitanos en su casa dispuestos a seguir con la fiesta, colándose todos en su casa, siendo subidos los dos novios hombros y vitoreados, mientras los músicos tocan.
La fiesta continúa hasta altas horas, debiendo echar a los borrachos, temiendo Promesa que la existencia de los gitanos acabe atrayendo la guardia civil, contándole a su hermano lo de que la reconoció una gitana.
Unos días después, al pasar junto al emplazamiento gitano, ven cómo la guardia civil echa a los gitanos de donde estaban, frente la indignación de Emilia y de Frasquita, que ve cómo “Manuel” no hace nada.
Días después una vecina les dice que estuvo la guardia civil preguntando por ellos, decidiendo recogerlo todo y marcharse hacia Barcelona, no entendiendo nada Frasquita, por lo cual Manuel le debe confesar que mató a un hombre en una reyerta y que es por eso por lo cual tienen que marcharse.
Antes regresa a teñirse el pelo, en esta ocasión de moreno, aunque mientras se marchan se les cae la matrícula, siendo vistos por unos guardias civiles que dan el anuncio de que hay un coche circulando sin matrícula.
Tienen que parar gracias a la avería de uno de sus coches, decidiendo explotar el parón para cambiar la matrícula por una de Murcia.
Ven cómo se muestran entonces dos policías motorizados y huyen todos en el coche que aun trabaja, debiendo sortear a los guardias que disparan contra ellos, pese a eso que alcanzan escapar y llegar hasta el pueblo más cercano, donde les dice tienen que mezclarse con la multitud, debiendo las mujeres y niños coger un taxi hasta Sevilla, mientras él tratará de llegar a Barcelona, y desde allí a Francia, debiendo ir por caminos de noche y andando, más allá de lo cual Frasquita escoge irse con él.
Promesa obedece a su hermano y se va con Mará y los niños a buscar un taxi en el pueblo, encontrándose con que el taxista, en lugar de llevarlas hasta Sevilla las transporta hasta el cuartelillo.
El general al mando de la guardia civil recibe la novedad de la reaparición del Lute, pidiendo una operación discreta sin despliegues sensacionales por la sierra.
En ella, Eleuterio, sus hermanos y las gitanas tienen que subsistir ocultos debiendo beber el agua del radiador del coche, hasta que escoge volver sobre sus pasos e ir en dirección a Sevilla.
Los guardias interrogan a Promesa tras inyectarle un suero, pero ella les afirma que su hermano se dirige a Australia.
Encarcelada, recibe la visita de su primo Tomás, que le transporta algunas cosas y le dice que tiene un recado del general Prieto para Eleuterio, asegurándole que desean pactar con él permitiéndole viajar al extranjero, frente lo que Promesa tiene una reacción golpeándolo e insultándolo por traidor.
Eleuterio y su familia viven entretanto escondidos en el alcantarillado mientras en la prensa regresa a hablarse del Lute y de su boda junto al Genil.
Dos mercheros les reportan de que Promesa y María continúan detenidas en Valencia y los niños en un orfelinato y les cuentan lo de la carta de Tomás.
Cansado de estar ocurrido escoge salir al aire libre, acudiendo con Frasquita a adquirir un espejo para su habitación, siendo atendidos en la tienda por una mujer que habla con él, reaccionando Frasquita ferozmente, abofeteándolo por estar coqueteando.
Poco después, la mujer habla con su marido, que es guardia civil y le cuenta que vió al Lute en persona, aunque él no se se ve creérselo.
Lolo, por su lado, atormentado por tener a su mujer en la cárcel y cansado de no llevar a cabo nada, escoge marcharse.
Toto comunica a Eleuterio de la marcha de su hermano, que salió tras coger su arma, por lo cual sale a buscarlo para intentar hacerle ingresar en razón, cuando de repente se ve cercado por un montón de policías disfrazados que lo detienen, frente lo que el Lolo saca su arma, acabando herido al recibir un balazo en la mejilla.
El jefe de la Brigada de Investigación Criminal lo visita en la cárcel, adjuntado con otro policía al que Eleuterio se niega a saludar acusándolo de torturador, informándole este que lo llevan al penal de Cartagena, que llaman la “caja fuerte”.
Una colosal comitiva acompaña al detenido desde Sevilla, hasta Cartagena, adonde es movido el 16/06/1973.
Tras la desaparición de Franco, Eleuterio fue amnistiado llevando desde ese momento una vida habitual.
Calificación: 3