A lo largo de décadas, tal vez siglos, el erotismo (o bien la pornografía, que tanto da) ha sido patrimonio exclusivo del hombre, en el campo creativo y fuera del mismo. La mujer continuaba recluída al riguroso papel de objeto, sin más ni más estrellato que el que le proporcionaba su belleza, apartada al rol pasivo que ha sido, desgraciadamente y con contadas salvedades, signo de la humanidad desde sus albores. Mas esa posposición ha encontrado firme oposición en tiempos recientes. Numerosas artistas han decidido adentrarse sin recato en las lindes de la sexualidad para dar la vida a obras que recogen su personal visión, su sensibilidad más íntima y también intransferible. Es el caso de las 5 autoras de esta antología de relatos eróticos, finalistas de la cuarta edición del Premio Válgame, un premio que da voz a este género en tantas ocasiones menospreciado, cuando no de manera directa censurado y condenado. El lector tiene ahora el privilegio de conocer de primera mano un planeta de sensaciones, pulsiones, deseo, que conforman un cuadro hasta el momento nuevo, vedado al escrutinio público, mas consubstancial a la vida misma.