Resumen de la película Fantasmas de Marte de John Carpenter

 

 

Fantasmas de Marte de John Carpenter

 

John Carpenter’s Ghosts of Mars (2001) * USA

Duración: 98 Min.

Música: John Carpenter

Fotografía: Gary B. Kibbe

Guion: Larry Sulkis, John Carpenter

Dirección: John Carpenter

Intérpretes: Natasha Henstridge (Teniente Melanie Ballard), Ice Cube (Desolation Williams), Jason Statham (Sargento Jericho Butler), Pam Grier (Comandante Helena Braddock), Clea DuVall (Bashira Kincaid), Joanna Cassidy (Arlene Whitlock), Liam Waite (Michael Descanso), Wanda De Jesus (Akooshay), Duane Davis (Uno), Lobo Sebastian (Dos), Rodney A. Grant (Tres), Robert Carradine (Rodale), Richard Cetrone (Big Daddy Mars), Rosemary Forsyth (Inquisidora), Peter Jason (McSimms), Doug McGrath (Benchley).

Marte. Año 2176. 640.000 terrícolas trabajan en aquel planeta que han terratransformado para hallar una atmósfera semejante a la de la Tierra, y donde la policía protege las leyes terrestres en una sociedad de tipo matriarcal.

Allí empiezan a correr comentarios de que algo que estuvo enterrado desde hace tiempo ha salido a la luz dejando tras de sí y mientras avanza, silencio y muerte.

En Chryse, primera localidad de Marte, las autoridades, representadas por el Matronazgo se reúnen preocupadas gracias a un nuevo hecho.

El día previo regresó un tren de mercancías que viene de las minas del sur con el piloto automático, pensando cuando llegó que tenía que ver con un tren fantasma hasta que se dieron cuenta que en el mismo había una superviviente, la teniente Melanie Ballar, segunda oficial de un grupo policial al que se le asignó la labor de escoltar a un preso desde la cárcel de la mina de Shining Canyon hasta Chryse.

La teniente apareció en uno de los compartimentos traseros, atada con unas esposas a una barra, siendo ingresada en un hospital donde confirmaron que su estado era bueno, con excepción de unos restos de tetramonocloruro en su organismo, una sustancia.

Ballar comparece frente el tribunal donde le preguntan por el resto del escuadrón, contándoles ella su viaje, desde que, sendero de Shining Canyon atravesaron una tormenta de arena, y decidió ella tomarse una de las pastillas de la sustancia que llevaba.

La Comandante al mando de la misión, Helena Braddock les cuenta ya en el tren que el preso al que tienen que mover es “Desolación” Williams, acusado de asesinato, dudando Ballar que la acusación prosperes, debido a que estuvo acusado tres ocasiones antes y siempre se libró alegando defensa propia, aunque Braddock le dice que en esa ocasión es todo diferente, ya que acabó con un numerosas personas.

Antes de marcharse la Comandante se le insinúa.

Tras llegar a las minas los policías bajan del tren, indicándoles los ferroviarios que volverán en 4 horas y los recogerán.

En las minas la atmósfera aún es diferente que la de tierra, por lo cual tienen que salir con sus respiradores, que son solo unas gafas, sorprendiéndose nada más bajar del tren de que no haya nadie por las calles más allá de que es viernes durante la noche.

Braddock les ordena a Ballar y al sargento Jericho Butler que acudan a prisión mientras sus compañeros van al centro de recreo para crear una cuenta.

Cuando llegan a la comisaría no encuentran a ningún agente, aunque, a través de los monitores observan que los presos están allí bien.

Al ingresar en un edificio donde ven luces parpadeando se dan cuenta restos de cuerpos, mucha sangre, alambres de espinos y tijeras, encontrando un brazo seccionado, tras lo que acuden al almacén de recursos donde están con otro de sus compañeros que les comunica de que el centro de recreo es un matadero, contándoles que cuando llegaron allí descubrieron a un montón de personas colgadas, no encontrando a nadie vivo, no consiguiendo tampoco entrar en contacto con el tren.

La comandante no se enseña que hubiera muchos homicidos con Williams encerrado, debido a que fue él el acusado de los primeros homicidos que dañaron a 6 ferroviarios y al solicitado de las nóminas, debido a que tenía las nóminas en su poder.

Por último Jericho consigue abrir la puerta de los calabozos y entrar a los mismos, encontrando entre los presos a una mujer que pidió voluntariamente que la encerraran dando por seguro que aquel es el único sitio seguro.

La mujer se identifica como Arlene Whitlock, explicándoles que era la oficial científica encargada de la explotación minera de Drucker’s Ridge, de la que salió una semana antes en un globo sonda modificado huyendo de la población donde había graves disturbios y que quedó destruida.

Al abrir una puerta se dan cuenta que tras ella se oculta una agente que se ve poseída.

Recorren tras ello la localidad la teniente y la comandante, conociendo encerrado en un vehículo a otro hombre que también se ve poseído y que dice que no puede combatir contra él porque lo tiene dentro, no logrando entenderlo, y observando cómo se degüella tras pedirles que no abran.

La comandante se aleja al notar unas sombras y Jericho, que se une a ellas le pide a Ballar que se vaya a la cárcel para hacerse cargo de los presos y de sus compañeros principiantes mientras él busca a la comandante, conociendo al llegar a la cárcel que Williams ha retenido a Bashira Kincaid, la policía novata como rehén, por lo cual Ballar le pide que la intercambie por ella, consiguiendo cuando este ingresa empezar una pelea, siendo golpeada por Williams duramente.

Cuando regresa en sí ve que Williams ha huido hacia el centro médico, al que acude ella con la intención de detenerlo, observando cuando llega allí restos humanos en frascos, estando numerosos enfermos como poseídos, uno de los cuales la agrede, debiendo rescatarla nuestro Williams, al que más adelante salva ella cuando lo atacan a él, tras lo que lo detiene y lo transporta de regreso a prisión más allá de que le salvó la vida.

Williams se protege asegurando no haber matado a nadie, ya que cuando llegó a las minas iba a llevar a cabo un transbordo encontrándose al ingresar en la estación los cadáveres y el dinero de las nóminas que se llevó, pero sin haber matado a nadie.

Cuando vuelve Jericho les cuenta que cuando buscó a la comandante vio a una mujer que llevaba una cabeza clavada en una estaca que clavó en la tierra con muchas otras cabezas, comprobando al arrimarse que tenía que ver con la cabeza de la comandante.

Él siguió a la asesina llegando hasta un espacio donde se reunió con centenares de personas, antiguos mineros pintados con extraños colores que se han autolesionado y llevan restos de cuerpos humanos, observando cómo decapitaban a otra persona.

La Teniente, que debe tomar el mando, escoge interrogar a la científica Whitlock intentando de comprender lo ocurrido, explicándoles ella que piensa que había algo semejante a esos pequeños microorganismos terrestres que cuando llueve viven en las charcas en el desierto, y que cuando se secan se quedan latentes bajo tierra hasta la siguiente época de lluvias, algún organismo latente que ha poseído a los terrícolas.

La agente poseída que hallaron antes trata de terminar con Whitlock, debiendo la teniente terminar con ella, enseñando la científica que al matar a la persona poseída, lo que tenía dentro está suelto, apoderándose de otro de los presos.

Llega Jericho llevando con él a tres personas que estaban escondidos en el cobertizo de la mina, en el que nuestro sargento se escondió de sus perseguidores, contándoles los refugiados que piensa que debe existir unos 200 monstruos que son gente que trabajaba en la mina, siendo ellos presentes de cómo llegó una clase de humo rojo, comenzando a caer tras ello varios al suelo como muertos, aunque volvieron en sí, empezando a andar confusos, empezando a matar a los que no habían sufrido la transformación, cortándoles la cabeza y arrancándoles la piel de la cara que usaban como máscaras, dedicándose tras ello a crear armas o a limarse los dientes.

Después de las explicaciones, de repente los hombres que trajo Jericho sacan sus armas y piden a los policías que liberen a Williams, más allá de que, una vez conseguido su propósito la teniente consigue despistarlos saliendo de la celda y cerrando la puerta, tras lo cual negocia su liberación, asegurándoles que les dejará salir si obedecen sus órdenes, pidiéndoles antes que nada que entreguen sus armas, tras lo cual los libera a ellos y a los demás presos a los que les dice que tienen que considerarse reclutados, ya que son todos necesarios para lograr salir vivos de allí, por lo cual les proporciona armas dejando solo encerrado al preso poseído, que empieza a automutilarse.

Teniendo escasez de munición y armas deciden elaborar granadas de mano metiendo detonadores en latas de comida, aunque mientras las organizan uno de los hombres de Williams se corta la mano al intentar abrir la lata estando drogado.

Una vez completados van hacia la estación mientras observan cómo sus contrincantes empiezan a llevar a cabo explotar inmuebles, empezando por las áreas de trabajo de la mina observando cómo los mineros locos terminan rodeándolos, decidiendo Williams atacarlos, empezando a disparar contra ellos hasta terminar enfrascados en una dura pelea cuerpo a cuerpo donde caen numerosos de ellos, algunos como resultado de los asaltos y otros, como el lugarteniente de Williams al ser poseído.

Vuelven hasta el edificio de la prisión, el más seguro, perdiendo otro de los policías, Michael Descanso, antes de poder ingresar una de sus manos, y después la cabeza.

Los sobrevivientes sellan la puerta de la prisión para evadir el asalto, mientras el edificio es cubierto por centenares de mineros.

La científica llegó a la conclusión de que es el viento el que transporta la infección y los infectados van siguiendo la vía del tren e infectando a todos los humanos, explicándoles que en Drucker’s Ridge hallaron un descubrimiento que les pareció científicamente importante, al conocer un túnel excavado en la roca que daba a un círculo con extrañas inscripciones, observando Whitlock al posar su mano en ellas que se abrió, saliendo de dentro una clase de polvo rojo que lo inundó todo, considerándose por esto responsable de haber liberado el mal.

Observan cómo fuera tratan de volar las instalaciones de la prisión, mientras ellos alcanzan entrar en contacto con el tren que les comunica que está ya cerca, más allá de que se retrasaron ya que hallaron la vía obstruida.

Jericho, que desde que iniciaron el viaje trató de seducir a la teniente transporta a esta hasta un cuarto solitario donde se besan, más allá de que se escuchan entonces unos tiros, observando al irse que Bashira, la novata, ha acabado con el preso poseído, quedando liberado al llevarlo a cabo el espíritu malvado que tenía dentro, que entra en Ballar, a la que sus compañeros sacan a la calle teniendo en cuenta que por el momento no es ella, aunque antes de abandonarla le dan una de sus pastillas aguardando que la sustancia descontrole al espíritu que se apoderó de ella.

Ballar sufre convulsiones, pero la sustancia hace su efecto, logrando despedir al espíritu de su interior, aunque de repente se ve fuera sola y desarmada, observando cómo se abalanza sobre ella uno de los mineros del que consigue liberarse, consiguiendo escalar hasta el patio de la prisión, desde donde trata de hallar que le abran, lo que hacen al notar que actúa de manera habitual, explicándoles una vez dentro que, como estuvo en la cabeza de los marcianos sabe que lo que quieren, que es terminar con algún invasor.

Por el monitor observan cómo los mineros poseídos han constituido un ariete para derribar la puerta, temiendo que logren pasar, ya que saben que por cada uno que maten habrá un espíritu libre intentando de colarse en uno de ellos, acordando dejar a quien resulte contaminado.

Enseguida comenzará la pelea cuando los marcianos escalan la pared posterior y alcanzan ingresar, empezando a terminar con los primeros por medio de sus armas y sus granadas, entablándose por último una dura pelea cuerpo a cuerpo, huyendo tras ello otra vez hacia la estación dentro de un jeep entre detonaciones, consiguiendo más allá de todo llegar al tren, aunque una vez en él Ballar ordena regresar, ya que piensa que, aunque consigan llegar a Chryse los perseguirán y tienen que detenerlos.

Se les sucede que podrán transformar la central nuclear en una pequeña bomba atómica, bajándose en esta la teniente, Jericho y Whitlock, que esperan terminar con ellos mientras el tren vuelve a la estación donde tratarán de sostener distraídos hasta que el jefe de los insurrectos revela a los de la central, por lo cual el tren debe regresar, enfrentándose Williams, Bashira y otro de los ferroviarios a los mineros, perdiendo Bashira la cabeza, siendo Whitlock poseída y Jericho atrapado, para fallecer también el ferroviario.

El tren parte otra vez, con Williams a los mandos del tren que debe partir a toda agilidad para distanciarse de la central para no ser damnificados por la onda expansiva.

Pero numerosos de los mineros consiguieron subir al tren, y tratan de colarse en él, saliendo Williams a por ellos.

Lanza para eso una granada en uno de los vagones, debiendo tras ello confrontar al líder de los insurgentes mientras en la cabina Ballar hace lo propio con otro.

Williams consigue desenganchar el vagón en que colocó la bomba justo unos segundos antes de que este vuele, con su atacante en él, mientras la teniente consigue también despedir al otro agresor, aunque este consiguió herirla antes.

Tiene lugar entonces la explosión nuclear.

Ballar se despierta tras haber perdido el saber, observando cómo Williams le cose la herida de la pierna, diciéndole ella, agradecida que cuando lean su reporte el tribunal le retirará los cargos. Observando como más allá de todo él la mujer, impidiéndole desplazarse mientras él se baja antes de llegar a la localidad, al no confiarse de la justicia, prometiéndole Ballar que lo encontrará.

Tras ser escuchada por el consejo, Ballar se quita a reposar, siendo despertada cuando le piden a todos los agentes que se preparen para batallar, debido a que se abrió una brecha en la seguridad.

Ballar se enlista para batallar cuando hace aparición Williams que le distribución un arma, dispuesto a pelear otra vez con ella, con la que forma un enorme conjunto.

Calificación: 3