Fran no puede comer cereales

Fran debe comenzar a quedarse al comedor porque su papá comenzó en un trabajo nuevo y por el momento no lo puede agarrar en el cole a la misma hora que antes. Los abuelos se van de vacaciones, así que por el momento no le queda otra opción.
A Fran le proporciona bastante miedo quedarse en el comedor del colegio, porque es celiaco. Eso supone que es intolerante al gluten. El gluten es una sustancia que está en las harinas de los cereales. Por esto no puede comer productos que tengan gluten y que no sea específico para ellos. No puede comer los macarrones con tomate, los yogures con cereales, chocolates y muchas otras cosas… que agradan bastante a los niños. Esto provoca que varios niños se rían de él porque en los cumpleaños no merienda lo mismo que los demás y lo tratan de diferente. Por eso le proporciona miedo ir al comedor.
El papá de Fran habló con la directora del colegio y con su tutora para que todos los cuidadores del comedor y la cocina lo tuvieran presente. Fran pasó la mañana muy nervioso y solamente escuchó lo que explicó la profesora en las clases de mates y lengua. Además, cuanto más nervioso se ponía más sensación de hambre tenía y eso que había llevado su bocadillo de pan sin gluten y su trozo de queso. Su mejor amigo, Carlos, no se quedaba al comedor, pero le decía que estuviera relajado que además era una suerte poder quedarse después de comer una hora a divertirse en el patio con varios niños que se quedaban y que seguramente hacia amigos nuevos y las profes lo atendían con cariño.
Cuando llegó la hora de pasar al comedor Fran se quedó asombrado. Una educadora lo sentó en una mesa, le presentó y además le mencionó que no se preocupara que también había otros niños que tenían intolerancia al gluten. El otro niño que también tenía dieta particular le saludo y después mientras llegaba la comida ya comenzaron en la mesa a comentar de otras cosas entre todos.
Cuando llegó la comida, todo se encontraba bien, era parecido a eso que comida que tenía en el hogar. Cuando le trajeron el segundo plato otra educadora vino a comentar con él para ver cómo estaba y Fran le mencionó que ya más relajado que había tenido bastante miedo de que lo miraran como un bicho extraño, de que la comida le sentará mal o que no le tengan la posibilidad de traer diferente comida. La educadora le tranquilizó y le mencionó que hace unos años los niños que tenían esta contrariedad era más difícil porque no se hacía mucha comida sin gluten pero que en este momento podían comer de todo porque ya se tenía presente y había varios supermercados que tenían comida diferente y muy rica.
Fran se sintió relajado, se lo paso realmente bien en el recreo del comedor y cuando vino su papá a buscarlo ya le mencionó que se encontraba contento de reiterar al día siguiente.

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