La Guerra del Fin del Mundo
Es una novela escrita en 1981 por el novelista peruano Mario Vargas Llosa. Es una novela del conflicto de la Guerra de Canudos a objetivos del siglo XIX en Brasil, así como lo fue La Iliada para los griegos y Troyanos. Sigue leyendo nuestro articulo para que sepas sobre él.
Resumen de La Guerra del Fin del Mundo
La Guerra del Fin del Mundo tiene que ver con el ocaso económico -después de la sequía y el desenlace de la esclavitud- en la provincia de Bahía en el noreste de Brasil, los pobres del interior son atraídos por la figura carismática y las sencillos enseñanzas religiosas de Antonio Conselheiro, el asesor.
Este predica que el objetivo de todo el mundo es inminente y el caos político que circunda el colapso del Imperio de Brasil y su reemplazo por una república es obra del diablo.
Al tomar una fazenda en un área afectada por el ocaso económico en Canudos, los seguidores del asesor edifican una enorme localidad y derrotan expediciones militares repetidas y cada vez más enormes diseñadas para eliminarlas.
Mientras la crueldad del estado contra ellos incrementa, también se vuelven cada vez más violentos, inclusive apoderándose de las armas modernas desplegadas contra ellos.
En un combate final épico se envía a todo un ejército para extirpar a los Canudos e instiga una guerra terrible y despiadado con los pobres, en tanto que los políticos del viejo orden ven cómo su mundo se elimina en la conflagración. Otra novela que puede gustar en este sentido es La Guerra y la Paz de León Tolstoi.
Resumen por capítulos de La Guerra del Fin del Mundo
Esta obra de Mario Vargas Llosa La Guerra del Fin del Mundo esta dividida en 4 partes, cada parte tiene una introducción al tema, más adelante están los capítulos que están demarcados por números romanos.
La sección primera tiene siete capítulos y esta parte culmina con el derrotamiento del Más grande Febronio de Brito. La segunda parte tiene siete capítulos también, y en ellos se narra todos las acciones preliminares para llegar a Bahía que logró el Coronel Moreira César, como participa el gobierno Federal de Brasil.
La parte tres trata de como es derrotado Moreira y comprende siete capítulos, y la ultima parte tiene que ver con como es destruida Canudos con el progreso del ejercito y tiene solo seis capítulos. Cada parte tiene diversos cambios de niveles, que tienen la posibilidad de incitar al lector a ir de una sección a otra con enorme simplicidad. Otro libro de este creador es Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa.
Argumento de la Guerra del Fin del Mundo
Con escasas de las astutas florituras narrativas que distinguen la mayoría de su ficción, Vargas Llosa da en este momento una enorme novela histórica muy centrada en una rebelión de 1890 en el estado de Bahía, Brasil, por seguidores (llamados yagunás) de una figura religiosa apocalíptica, apodado «El Consejero», en el pequeño pueblo de Canudos.
Y aunque parte importante de esta novela La Guerra del Fin del Mundo es increíblemente monótona y plana, las situaciones asombrosamente castigadoras e que no paran de guerra y matanza traen a casa la lección del libro de manera bastante vívida: la disparidad que puede aparecer horriblemente de algún pequeño fanatismo y base de poder.
Los seguidores del asesor en Canudos son campesinos pobres y marginados de la sociedad: bandidos, perosonas del circo, fracasados, prostitutas, pero su santidad el asesor los armoniza, los une como un enorme grupo.
Cuando los gobernantes del gobierno republicano de Brasil, no obstante, descubren de que el dinero por el momento no se utiliza en Canudos, tontamente sospechan que hablamos de un complot monárquico que sencillamente usa a la multitud de Canudos como peones; además, esta miopía, que ignora completamente la base religiosa del mismo ensayo católico allí, se ve agravada por la predominación histérica de un considerable editor de periódicos.
Indudablemente, entonces, Canudos será arrollado, pero no sin resistencia: uno, después dos asaltos masivos y sangrientos del gobierno fallan. Luego, un tercero tiene éxito, y ya que sucede después de la desaparición natural del Asesor, transporta a una decisión terrible de los rebeldes a sacrificar a sus propios inocentes, mujeres y niños y ancianos, en vez de permitirles combatir las depredaciones de los soldados que están atacando con tanto éxito.
Lo que por último se sacrifica, se asesina, entonces, es la cualidad espiritual de Canudos; la extremidad lo transforma en ideología, y más muerte. Pero esta conclusión vigorosa, lamentablemente, es muy larga; en sus primeros centenares de páginas, la novela es comunmente rígida, aburrida en el diálogo, exactamente descriptiva pero con poco aura de atmósfera y escena.
Resumiendo, entonces: una extraña combinación de cartón y horror con pasión, con recompensas sombrías y ricas para esos leyentes dispuestos a hojear los primeros y pesados capítulos del libro. Si deseas leer otro libro de Vargas Llosa te sugerimos El Pez en el Agua.
Personajes de la Guerra del Fin del Mundo
Los principales Individuos del libro La Guerra del Fin del Mundo son el Beatito Antônio Conselheiro, El asesor. Su nombre era Antonio Vicente Mendes Maciel, aparentemente era un mestizo, sin instrucción pero no analfabeto.
Con su voz causaba impresión en quienes lo oían, tanto así que han comenzado a seguirlo ciegamente que hasta darían su historia por él.
El León de Natuba (Felício), se ve mitad hombre y mitad animal, se encontraba lleno de pelos y caminaba a 4 patas. sabia leer y escribir. El asesor le auxilia la vida de ser linchado por en teoría haber provocado un hechizo a la hija del hojalatero, desde ese instante siguió al asesor.
João Abade (João Satán) Fue criado por unos tíos. le gustaban las historias de caballeros medievales, sus tíos fueron asesinados y su historia cambio tanto que se convirtiera en un bandido. Fue uno de los individuos que dirige la defensa de Canudos.
El enano, Hombre pequeño que trabajaba en un circo sigue al asesor porque piensa que este le hará el milagro de crecer, contaba muchas historias de los caballeros andantes y es quien contribuye a Vilanova a escapar.
Barón de Cañabrava, representa a la multitud aristócrata, terrateniente muy educado. Fue un Embajador frente la corona británica, despreciaba a los campesinos. Hábil en la política, comete actos horribles en la novela. Su mujer se encontraba loca.
Pajeú, era un yagunzo o mestizo, tenia un aspecto que daba miedo, piel amarillenta, aspectos de indio, tenia una extendida cicatriz en la nariz y se encontraba enamorado de Jurema.
Moreira César, militar muy riguroso, su alias era el cortapescuezos, leal perseguidor de los delincuentes, su personaje en la novela es corto, pero por no continuar consejos hacen que su historia vaya hacia lo garrafal.
Rufino, fan del Barón, se caso con Jurema. No le importa para nada la pelea de los Yagunzos.
Galileo Gall, era su alias, parecía un soldado de la independencia, viajo por todo el planeta pregonando ideas de independencia. Fue encarcelado. Llega a Brasil por un barco que naufragó. Quería fallecer como un héroe, pero en el final muere a manos de Rufino por haber abusado a su mujer Yurama.
María Quadrado, una mujer algo loca, trabajo de domestica, al comprender al asesor ya tenia numerosos años realizando penitencia hasta era considerada hacedora de milagros.
Jurema, mujer de Rufino, al ser abusada por Galileo huye de su marido y se va con el escoses.
El periodista miope, un personaje extraño, no se conoce su nombre, dirige el periódico de la oposición y funge como historiador de los hechos de Canudos.
La Guerra del Fin del Mundo película
La Guerra del Fin del Mundo a nivel cinematográfico, se llamo Pajas de guerra es una película de Brasil de 1997, del género drama, apuntada por Sergio Rezende. Se basa en el episodio verídica famosa de la historia de Brasil, la Guerra de Canudos, en el que el ejército brasileño se enfrentó a los integrantes de un movimiento espiritual dirigido por Antonio Conselheiro, que duró desde 1896 hasta 1897 y terminó con la matanza de los insurgentes por las tropas federales.
La película fue presupuestada en 6 millones de dólares, y consumió 4 años de trabajo. la trama trata de una familia que está dividida cuando la hija más grande, Luisa, se niega a acompañar a sus padres en la peregrinación apuntada por Antonio Conselheiro.
Luisa huye y se regresa prostituta, pasando a vivir de manera sin dependencia. Su familia se va hacia a Belo Monte, a la región de Canudos, donde Antonio Conselheiro y sus leales buscan aguantar los asaltos de los soldados federales enviados para finalizar con todo el pueblo.
La situación del Nordeste brasileño, a finales del siglo XIX, era muy insuficiente. Hambre, sequía, pobreza, crueldad y abandono político afectaban a los nordestinos, primordialmente, a la población más carente. Toda esta situación, en grupo con el fanatismo espiritual, desencadenó un grave inconveniente popular.
El beato Asesor, hombre que pasó a ser popular después de la proclamación de la República, era quien lideraba este movimiento. Él creía que había sido enviado por Dios para terminar con las diferencias sociales y también con los errores republicanos, entre Ellos, estaban el matrimonio civil y el cobro de impuestos. Con estas ideas en cabeza, logró reunir a un enorme número de seguidores que creían que su líder verdaderamente podía liberarlos de la situación de extrema pobreza donde estaban.
Este es el registro del conflicto que enfrenta a los soldados de Presidente Prudente de Morais por los comentarios reunidos alrededor de Anthony Asesor. Luisa luchaba contra el pueblo de su padre, obligados a comer cualquier clase de animal que aparecía frente a él.
En la pelea, el marido de Luísa muere, entonces ella empieza a prostituirse para los soldados, hasta que uno de ellos se encanta por ella. Luisa se encanta también por el soldado. Después de que su madre fue asesinada, Luisa pelea con la gente de Canudos, en un instante particular termina matando a su nuevo apasionado. La película acaba con Luisa y su hermana rezando en la mitad de los restos de Canudos.
Mensaje de la obra La Guerra del Fin del Mundo
La vigorosa e inquietante novela histórica de Mario Vargas Llosa, «La Guerra del Fin del Mundo», fundamentada en los hechos de América del Sur a objetivos del siglo XIX, tiene un éxito brillante en traspasar y abrir el examen del concepto milenario de la milenaria mito.
Vargas Llosa, seis de cuyas novelas en este momento están accesibles en inglés, ha recibido numerosos premios de todo el mundo por su trabajo y se ha predeterminado a lo largo de algún tiempo como uno de los más importantes escritores de Sudamérica. Su ficción se distingue por su talento, su gusto por la ironía y su disposición a emprender las complejidades de la presencia con una visión que desdeña la falsa moralización o el rigor ideológico.
Vargas Llosa es peruano, pero «La Guerra del Fin del Mundo» está ambientada en el sertao, el sombrío y espinoso desierto del estado brasileño de Bahía, en el año 1897. Mientras se abre, un enorme cambio llegó a la colosal nación brasileña, acercándose al advenimiento del siglo XX, que todos sienten que debe formar parte a las Américas, está en el instante en llamas con la promesa sin límites del futuro y agobiado por el peso medieval de su pasado.
Colonialismo primitivo, esclavitud, la independencia personal en sí misma es una exclusiva vivencia para millones de negros de la nación, debido a que hace menos de 10 años que el último emperador abolió la esclavitud. La propia república es más joven que la emancipación, cuando Don Pedro II de Bragan, realizo su abdicación en 1889. La novedosa república enfrenta el futuro bajo el lema » Orden y avance ».
Mientras la última década del siglo llega a su fin, hace aparición en el sertao una figura enigmática, barbuda, delgada como un rayo, vestida con una túnica púrpura. Él habla de amor, paz y arrepentimiento. Él habla de muerte y juicio, cielo e infierno.
El extraño se denomina Antonio Conselheiro y es popular por sus fieles como el Asesor; eso es todo lo que el lector sabrá de sus orígenes o identidad. En un primer examen, su doctrina se ve reaccionaria y ultraortodoxa, más católica que el Papa, o por lo menos más conservadora que inclusive la jerarquía no iluminada del Brasil hace poco republicano.
Como el más pobre de los marginados del sertao, los bandidos, asesinos, enfermos y deformados, los esclavos rebeldes fugitivos, caen en números cada vez superiores bajo el influjo de su intensa fuerza espiritual, él predica su mensaje de salvación milenaria.
La república, le dice a los campesinos y bandidos, los cangaceiros del sertao, no es un vehículo de independencia sino una abominación nacida de la unión de la masonería y el protestantismo. Sus creaciones – el matrimonio civil, la separación de la iglesia y el estado, el sistema métrico – no son medidas de avance, sino los gadgets satánicos del Anticristo, la Enorme Can.
Un censo nacional propuesto, con sus cuestiones que se relacionan con la raza y la religión, no es un intento de adelanto del conocimiento, sino un esquema diabólico por el cual los negros de Brasil serán perseguidos y subordinados, sus buenos católicos serán ejecutados.
Al inicio, los pocos misioneros que sirven al sertao le aceptan al Asesor sus púlpitos, pero muy próximamente la iglesia lo condena, y solo un sacerdote de la parroquia desacreditado y excéntrico sirve como capellán de su cada vez más numerosa banda.
Los discípulos del Asesor reparan en el remoto rancho abandonado de Canudos, retando al gobierno nacional, que está mejorando una expedición militar contra ellos.
¿Por qué esta condena por la iglesia de un enemigo tan ardiente del estado secular? Porque la iglesia es inteligente y su memoria eterna. Ella conoce a este hombre, sabe que él no trae paz sino espada y que la espada, esgrimida durante los siglos por los montanistas de Frigia, por los anabaptistas de Munster, por el ejército de Cromwell, siempre y sin excepción se enfrenta al lugar de la cual ella en este momento es parte.
Ella ve -y aquí Mario Vargas Llosa brillantemente elucida el Milenio como el mito central de la historia misma- que el soldado de Cristo que golpea la cabeza desde los hombros de un rey Estuardo sirve en el mismo ejército que el soldado de la razón que más tarde cerrará La cabeza del rey borbón.
De hecho, como nos encontramos obligados a conocer, su ejército marchará a través del tiempo; sus fusilamientos matan a los Romanov en Siberia y obispos en la anarquista España visionaria y milenaria.De la misma manera que Brasil en los tiempos del siglo, «La Guerra del Fin del Mundo» mira hacia adelante y hacia atrás; las fuerzas actuadas son eternas y elementales.
Mario Vargas Llosa nos comunica que no tiene que ver con una multitud de ideologías oponentes que acosan al planeta, como en la Guerra de los Mundos de H.G. Wells; más bien es uno, siempre el mismo, llamándose con diferentes nombres, su héroe exponiendo mil caras, obsesionando siempre la paz de prelados, presidentes, secretarios en general y presidentes, amenazando sus provecho, palacios y sillas en nombre de la independencia, la igualdad y la vida más abundante.
Apoyando la regla del Mesías, el Cristo, la gente persiguen un propósito inalterable: la liberación final de la raza humana del mal, la solución de la pregunta directa más vieja de todo el mundo, la cuestión del padecimiento. Mil revoluciones en nombre de esa resolución.
De los varios individuos que toman su lugar en este cuento espectacular y inolvidable, uno de los más fuertes, porque se utiliza para remarcar el argumento de la novela, es un escocés que tomó el nombre de Galileo Gall.
Mientras los anticlericales liberales requieren la destrucción del asesor, Gall se aproxima al primordial periódico liberal de la región costera de Salvador con un aviso que pide una «manifestación pública en solidaridad con los idealistas de Canudos». Gall es un anarquista y un socialista, un veterano innovador que luchó en 1870 con los comuneros de París.
De la misma manera que las autoridades eclesiásticas, descubre rápidamente lo que los autodenominados jacobinos de Río y Salvador no pueden: la doctrina revolucionaria implícita en las enseñanzas del asesor.
Un positivista racional, el escocés se nombró a sí mismo por dos rebeldes científicos, el explicador del cosmos y Franz Joseph Gall, principal creador de la ciencia de la frenología. En cuanto a los principios científicos, hizo un voto de castidad en Roma.
Habiendo puesto el inicio al examen empírico, él piensa que el carácter humano puede leerse a través de la «palpación», sintiendo los bultos en la cabeza. Allí, en los altibajos del cráneo, las raíces de la motivación humana tienen la posibilidad de estar científicamente ciertas.
Como él piensa que » la racionalidad está grabada en la cabeza de cada hombre », él asegura que » no existe el azar en la historia, que por muy fortuito que parezca su curso, siempre hay una racionalidad escondida debajo ».
Siguiendo sus principios racionalistas, Gall se implica en un juego de provocación e intriga doblemente teñida que lo transporta al corazón de la oscuridad espinosa del sertao y más allá, a un paisaje dentro de su propia alma y un destino más allá del más extenso elenco de sus imaginaciones.
Se arroja ejército tras ejército contra los yaguncos, los guerrilleros nacidos dos ocasiones del Asesor, y su fortaleza de Canudos. Cada uno está con el desastre. Todo el país entra en pánico y el gobierno nacional en Río entra en la crisis que lo hará caer.
Dentro de la textura densa de la novela, una veintena de individuos vívidamente dibujados se ven atrapados en el torbellino de una tormenta histórica que se desplaza menos como un desarrollo humano comprensible que como un conjunto de hormigas de fuego carnívoras del sertao. Así pasa tambien en el libro La Casa de los Espiritus.
La Guerra del Fin del Mundo se libra sin cuartel. Vidas, amores y ambiciones son barridos. Brasil, creyéndose políticamente única y aguardando más que nada evadir el período de juntas y caudillismo que ve subvirtiendo el avance de los estados hispanoparlantes con los que comparte el conjunto de naciones, está encerrado en patrones de gobierno que siguen siendo de ella hasta nuestros días. Su brillante futuro seguirá siendo un sueño lejano mientras pase otro siglo.
El trabajo de Mario Vargas Llosa es de tal alcance, su manejo de las considerables cuestiones tan seguro e intelectualmente apasionante, que uno duda en culparlo. La novela es extendida y puede ser más corta, como es la situacion de varios libros ambiciosos. Su elección de situaciones cortas y anticlimáticas, algunos destellos después del enorme final explosivo, podría ser más considerada. Pero estos son asuntos pequeños. La traducción de Helen R. Lane se lee rápidamente y se ve libre de torpeza.
Es difícil leer un libro como este, intentando los sistemas míticos que conforman nuestras creencias y nuestra historia, sin la necesidad de reexaminar varios de los principios que nos han guiado a través de sus laberintos. «La conciencia no condiciona la realidad», nos ha dicho Marx con su sentido común; «Más bien, la verdad condiciona la conciencia».
Incontrovertible, y no obstante, nuestro mundo de hoy está tan lleno de intrincados escritos antiguos y una sombra cae a través de esa línea entre los dos que fue tan clara para él hace más de 100 años.
El siglo que pasó fué uno en el que muchas facturas vencidas de la historia se han anunciado para el pago. Ha sido nuestro destino a lo largo de las últimas ocho décadas más o menos presenciar la promulgación de una diversidad de sistemas míticos e ideológicos.
Parte importante de la especulación romántica del siglo XIX se convirtió en la historia política y militar del siglo XX. Con más continuidad de lo que hubiésemos amado, tuvimos que acordarse la reformulación de Santayana de la sabiduría vieja, que «aquellos que no tienen la posibilidad de acordarse el pasado están condenados a repetirlo».
La enigmática epifanía de Stephen Dedalus -historia como pesadilla- fué la vivencia de millones incalculables de nuestros contemporáneos cercanos. Más bien un sentimiento deslumbrante cuando Joyce lo escribió, se convirtió en una perogrullada.
En estrecha colaboración con la patología de la historia, como escritor del «tercer mundo» en una era de convulsiones, Mario Vargas Llosa tiene la temeridad de cuestionar la singularidad del mito innovador.
Implícitamente, al conceder a la revolución su lugar entre los dramas rituales de la historia, cuestiona su función salvífica. Asume la posición del escepticismo liberal, que no debe malinterpretarse con el pesimismo.Esto, como el del innovador, es una visión histórica clásico y una visión honorable.
Lejos de ser una posición de desesperación, es de fe y promesa, más promesa de la que varios de nosotros somos capaces.
Según con el dictamen de Santayana, afirma que la aptitud del hombre para aguantar es proporcional a su visión histórica.
En una época donde, como pasajeros polares, nos movemos por terrenos peligrosos, amenazados por un sueño que tiene dentro no solo monstruos sino el abismo, la claridad de visión y la fe en la razón implícitas en la extraordinaria invocación del pasado del Señor Mario Vargas Llosa tienen la posibilidad de representar nuestra más segura promesa de un despertar.
Critica de la Guerra del Fin del Mundo
En esta obra de La Guerra del Fin del Mundo se ve que tiene una conformación muy complicada, que tiene dentro la sustitución del tipo de narrador y se constituyen historias diferentes que se complementan entre si. El escritor no deja ninguna linea suelta de la trama, en donde todo tienen una significación de hecho el nombre del lugar de los hechos.
Es una novela muy descriptiva, y que por ser tan extensa algunas veces puede provocar en el lector somnolencia al leerla.