Tras Zorras y Malas, llega Libres, la última entrega de la trilogía que ha reinventado la novela erótica.
Solo en el momento en que nos confundimos muy frecuentemente, cuando experimentamos con nuestro placer hasta no dejar ningún rincón por descubrir, solo entonces podemos fluir. Las 3 chicas deciden cumplir la última fantasía de Emily -un viaje a Cap d’Agde, la capital del nudismo y el swinging – antes que Diana tome una enorme resolución y Alicia se atreva a encarar su relación poliamorosa con Ricardo y Leo. Por el hecho de que la libertad tiene consecuencias y en ocasiones implica dejar marchar; pues el poder del sexo es el inicio de la expansión personal; pues querer a quien es libre puede ser bastante difícil, mas también es considerablemente más real.
Nos miramos a los ojos en ese instante. Ese puto instante. Estamos presentes, siendo humanos, naturales. Siendo unión. Colapsando los ritmos del cosmos. Vibrando tan alto que prácticamente no toco el suelo. Y el deseo se encarna cabalgando encima de su cuerpo. Chillamos, gemimos, sudamos. De esta manera es el sexo, un arma de revolución masiva de emociones y sentimientos. Y ese es el sitio donde me encuentro libre.
Somos zorras, malas, libres. Mas sobre todo somos nuestras.