Bahía Blanca
Autor:
Martín Kohan
Género:
Ficción y Literatura / Novelas
Año de publicación: 2012
Idioma: Español
/ Idioma Original: Español
Resumen:
«…Por todo eso la elegí: por eso elegí Bahía Blanca. Si en algún instante estuve ahí, fue de paso, en sendero hacia otra sección, y de hecho no lo recuerdo; lo recurrente en esos casos es bordear la ciudad sin entrar ni detenerse en ella, lo que vale decir esquivarla, evitarla como se evitan en la mayoría de las situaciones los escollos, las ciénagas, las espinas, los vidrios rotos, los problemas.
Algún otra ciudad de las localidades probables, y acaso también de las localidades inviábles, las que por costosas o por remotas me resultaban inaccesibles, me habría servido menos.
Cualquiera de esas localidades, por una cosa o por otra, habría tenido siempre alguna relación con algo y habría también criterio algo para mí, y consecuentemente habría desencadenado alguna forma de continuidad. Bahía Blanca, en cambio, que era nada, o mejor que nada, una pura negatividad, me aseguran un corte perfecto: lo que yo más buscaba y quería, el corte más nítido y más limpio; sugerir vuelta el papel, como dicen por lo común, de una vez y para siempre».
Hay una seducción aparente en las muchas localidades de las que se dicen cosas buenas. Pero no puede ni lejanamente compararse con la atracción de una ciudad de la que siempre o la mayoria de las ocasiones se dicen cosas adversas. Por eso Bahía Blanca, la puerta de ingreso a la Patagonia en el sur de la provincia de Buenos Aires, es la personaje primordial de esta novela. Porque una ciudad así cargada de negatividad se vuelve un espacio ideal para alguien que necesita olvidar, anular, suprimir, denegar. Y es eso lo que le pasa a Mario Novoa, el héroe o antihéroe de esta historia.
Porque su crónica de amor (Bahía Blanca es una historia de amor) llegó a ese punto terrible en el que lo atormentado y lo impasible se unen y trabajan a la vez. Cuando eso pasa, no hay otra opción más que el olvido. Pero el olvido requiere tanto esfuerzo y tanta dedicación, tanto tiempo y tanto esmero, como nuestra memoria. Y no hay menos épica en una cosa que en la otra. Sin duda, nos hallamos frente la conveniente novela de un infaltante constructor argentino.