Macbeth
Autor:
William Shakespeare
Género:
Clásicos Universales / Teatro / Ficción y Literatura
Idioma: Español
Resumen:
Macbeth es adjuntado con Hamlet, la catástrofe más profunda que se haya escrito jamás. Es la verdad del hombre avaro y su destino.
Según cuentan los biógrafos, fue estrenada frente la corte de Jaime I en 1606, con fundamento de la visita del Rey de Dinamarca Cristian IV.
La obra dividida en cinco actos empieza con el presagio de las brujas que nombran a Macbeth señor de Glamis, de Caudor y futuro rey.
Cumpliéndose el vaticinio de las brujas, permite su destino. No obstante, su espíritu enviciado no puede parar su ambición y empieza a proyectar la desaparición del rey.
Adelantarse al destino, vender el alma a las brujas, que por ese momento eran perseguidas por los reyes de Inglaterra y castigadas ferozmente, era aceptar un destino trágico.
La desaparición, el asesinato del rey premeditado por Macbeth se transporta a cabo en su casa. Y la desaparición deberá ser silenciada con la desaparición.
La razón actualizada queda obnubilada por el presagio de las brujas, que pasan a controlar el alma del personaje.
Los reales individuos de la obra son las brujas. Ellas dominan y marcan el ritmo de la catástrofe. Son las causantes de detallar los núcleos narrativos de la obra.
Macbeth es la más vehemente, la más concentrada y, quizá, la más tremenda catástrofe de Shakespeare, asegura uno de los superiores investigadores de su teatro. Adjuntado con Romeo y Julieta, Otelo, Rey Lear y Hamlet esta parte constituye uno de los monumentos imperecederos de la dramaturgia de siempre.
Es una catástrofe sombría, cargada de presagios y alucinaciones, de crímenes y conjuros, un texto donde se unen indisolublemente el enfrentamiento moral y la magia del lenguaje.
«Macbeth, como dice su consorte, quiere ser grande, tiene ambición, pero sin la perversidad que debe acompañarla: su naturaleza está bastante nutrida por la leche de la conmiseración humana para ir por un elemento hasta su objeto. Ansía a toda costa lo grande, y lo quiere santamente, pero aunque le repugna jugar con virtud, quiere ganar inclusive sin tener razón.»