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Cinco Horas con Mario
Sigue muy de cerca Cinco horas con Mario, otra sustancial obra literaria redactada bajo la pluma del constructor español Miguel Delibes. El texto se posiciona dentro de las 100 superiores proyectos literarias escritas en español, según la revista «El Mundo». Cabe denominar que La sombra del cipres es alargada también fue redactada por él.
Resumen de Cinco horas con Mario
La historia de Cinco horas con Mario está centrada en Carmen, una viuda que recién perdió a su marido, de nombre Mario. El inmenso amor que sostuvo la mujer por su difunto marido, la llevó a continuar estando horas enteras contemplando el cadáver del occiso. Carmen esperó pacientemente hasta que todos los invitados al funeral se marcharan, para así estar a solas con el féretro de Mario.
Cinco horas con Mario está compuesta por capítulos que son catalogados como monólogos, cuya participación de Carmen es importante en cada instante que platica con Mario en la salón velatoria. La viuda forma parte a una casta habitual que le permite vivir decentemente, entre la clase media-alta. La mujer resalta durante la novela que su fallecido marido fue un periodista habitual por su sapiencia y colosal sabiduría en el momento de tratar algún asunto.
Más allá de que Carmen amó en vida a Mario, manifiesta en el relato que en muchas oportunidades estuvieron en conflicto con varios puntos de vista, ya que ella en todo instante expresó su insatisfacción en el matrimonio. También puedes abarcar estas insatisfacciones de los individuos primordiales de La guerra y la paz, que lograron exceder para encontrar ser contentos.
A lo riguroso de Cinco horas con Mario se puede ver un colosal números de alusiones bíblicas, puesto que el marido de Carmen fue un con pasión conocedor de los panoramas bíblicos. Siempre que Carmen se dirigió a la urna que depositaba los restos de su marido, siempre logró una sucesión de reproches por su falta de carácter y carencia de superación personal en la vida. Es común para la multitud pudiente el sentirse insatisfechos como la situacion de la personaje escencial.
Una de las quejas más reiteradas que verbalizó Carmen fue el poco reconocimiento que ella tuvo como mujer de Mario. En ningún instante, el marido supo ver todo lo que su mujer decía o hacía para agradarle. El matrimonio entre ellos significó una degradación para el estatus recurrente en el que Carmen se encontraba habituada. El cariño en este matrimonio no fue recíproco, porque Mario no quiso a Carmen con la misma intensidad que ella a él.
Carmen vendría siendo la representación de la España en el contexto recurrente en la década de los 60, como exhibe a la simultaneidad en relación a la publicación de Cinco horas con Mario en 1966.
La salón velatoria es el primer ámbito reflejado en Cinco horas con Mario de Miguel Delibes. El ámbito no puede ser más desolador, puesto que todos los reconocidos de Carmen y Mario se apersonaron en el sitio para prestar confortables expresiones de aliento y resignación. Del mismo modo, puedes recorrer el sendero de la desaparición que ejerce la personaje escencial de Verónika escoge fallecer, de Paulo Coelho.
Otro aspecto a poner énfasis en la personalidad de Carmen, es su atención y leal precaución en todos los asuntos del lugar de vida y la familia. Es contraparte de Mario, quien no hace más grande caso a los inconvenientes a su alrededor, porque en Carmen tuvo siempre ese acompañamiento importante para arreglar toda clase de oportunidades engorrosas. Para constituir parte a una clase aristócrata, Carmen no estudió lo muy para ser una profesional, pero su sabiduría siempre fue más allá del conocimiento empírico.
Mario siempre se excedía en sus lecturas bíblicas, hecho que Carmen siempre reclamó por tomar como base muchas citas para hacerlas suyas; entonces, en uno de los monólogos de la obra, la viuda reclamó este accionar de Mario, por ser de su crónica una desdicha. Esta actitud de Carmen deja abarcar que es un sujeto alejada de los temas políticos y religiosos, en virtud del poco conocimiento obtenido en su porvenir académico.
El reclamo más airado de la mujer para su difunto marido fue no haberle comprado un carro último modelo. El sentido materialista es otro aspecto que define a Carmen en Cinco horas con Mario. Tener el vehículo más reciente y fuerte en la España de los 60 significaba un realce en escala recurrente. Carmen soñó con continuar siendo la mujer de sociedad en su etapa de soltera, pero al instante de contraer nupcias con Mario, todos sus proyectos no se concretaron.
Mario complacía a su mujer lo más que ha podido a su alcance, para omitir su mal genio y discusiones estériles que no llegarían a nada. Él por su lado fue un hombre bonachón y fácil. El único medio que utilizó para moverse de un espacio a otro fue su leal bicicleta, la que Carmen siempre detestó por hacer de Mario un hombre miserable, sin serlo.
Ella siempre sospechó que Mario le fue infiel, por lo cual un nuevo reproche se hace presente en Cinco horas con Mario en uno de sus monólogos. Además, Carmen reconoce más adelante en la obra que ella fue la adúltera, al besarse con otro hombre en un carro último modelo, al ser la única opción para ella de sentirse comprendida por alguien de su misma casta habitual.
En el desenlace de la novela, en cada monólogo Carmen transmite un perdón por ser materialista e incomprensiva en varios instantes en que Mario la necesitaba. Admite que al no concordar con diferentes puntos de vista, fue un marido ejemplar que siempre quiso ofrecerle lo importante. En el fondo se afirma culpable por la indiferencia con que se manejó en su relación.
En medida que Carmen se va pronunciando, trata de enlodar su propia imagen como mujer semi-burguesa para enaltecer las características de Mario, que a fácil vista fueron superiores a las de ella. El único defecto en que más grande logró hincapié el personaje femenino, fue en el poco valor que otorgó a ella a posteriori de la boda. Sin embargo, la literatura exhibe historias de amor con otros matices, como la de Eleanor y Park.
Resumen por capítulos de Cinco horas con Mario
A continuación se presentarán los 10 monólogos más atrayentes de Cinco horas con Mario, cuya consideración de Carmen va en ascenso a través de los reclamos que tiene por hacer frente a la urna de su difunto marido. No obstante, si el género más placentero para algún lector es la catástrofe, es pertinente cubrir la crónica de Otelo.
Monólogo 1
En el primer monólogo o capítulo de Cinco horas con Mario, la mujer hace el primer reproche puntual, porque sospecha que Mario mantiene una relación clandestina con su cuñada. Explota los primeros minutos de estar a solas con el cuerpo para confesar que en reiteradas oportunidades lo perseguía para comprender si le era infiel con ella o algún otra mujer que robara la poca atención ofrecida.
La retahíla de reclamos continúa cuando la mujer manifiesta su inconformidad por los tiempos vividos a lo largo de el matrimonio, al prestar más grande atención a sus lecturas bíblicas que a ella y sus pretenciones. Del mismo modo, habla sobre su etapa más dura del embarazo, que simultáneamente coincidió en el intervalo en que más olvidada permaneció. Si la crónica de frustración de Carmen te llega al alma, muy más lo hará al cubrir la vida de Zeze en Mi planta de naranja lima.
La mujer tiene relación de su privacidad con Mario, al haber oportunidades en que alguna de ámbas partes no quería tener relaciones sexuales y el otro si. Para terminar el monólogo primero, la fémina sostiene su resentimiento cuando Mario muy escasas oportunidades atendía a sus hijos a lo largo de el día.
Monólogo 2
El segundo monólogo de Cinco horas con Mario el más grande reproche de Carmen para con Mario es su egoísmo, al no comprarle el auto último modelo que se encontraba recurrente en España para la época. Las escasas oportunidades en que ella leyó uno de los artículos de su marido, no comprendió su intención de los contenidos escritos, al conducir expresiones que estaban fuera de su argot y de su educación escencial.
Carmen hace alusión a los consejos de su padre, de dejar a Mario por ser un conformista e indolente frente las tendencias recientes en relación a la inclinación y sociedad española. En ese momento, ella extraña todas las comodidades que le ofrecía su padre y dejó atrás por continuar a su marido en su faceta de mujer abnegada que va tras el marido siempre.
A ella le fastidiaba que Mario saliera a pasear en su bicileta, en lugar de hallar el auto último modelo que anhelaba. Protesta aún más cuando su marido traslada a su hija hasta el colegio en la bicicleta, porque el instrumento no otorgaba distinción ni categoría según el estilo de vida que llevaban desde el matrimonio.
Monólogo 3
Carmen llegó a creer que todos los versos y contenidos escritos en prosa que escribió Mario estaban dirigidos a todas sus amantes. También tuvo la impresión que en diferentes reuniones entre Mario y sus amigos, el tema de conversación eran sus amantes, primordialmente cuando al llegar a la salón, los hombres modificaron de conversación de forma instantánea para disimular la existencia de la mujer.
La actitud parrandera de Mario fue otro fundamento que reclamar, a través de su conducta infantil siempre que se embriagaba en las fiestas. Mario fue más complaciente con las pretenciones de sus hijos que con su propia mujer, por esto lo tacha como intransigente y terco en varias cuestiones. Carmen enseña que en el sendero rechazó otras proposiciones de matrimonio, al estar enamorada de Mario, sin abarcar lo que vendría después.
Monólogo 4
El cuarto monólogo de Cinco horas con Mario está que se dedica al reproche del poco cariño que manifestó Mario hacia Carmen. Ella manifiesta que su marido fue más comprensivo con otras mujeres que con ella. Carmen como mujer ejemplar, siempre esperó a su marido en la cama para reposar, pero él llegaba a altas horas de la noche.
Así mismo esperó Penélope a Ulises hasta su retorno en Ítaca. Como medida de diversión y una solución para espantar a sus pretendientes, ejercía el acto de tejer (ver: La Odisea).
Monólogo 5
El quinto episodio de reclamos en Cinco horas con Mario se fundamentan en la molestia de Carmen, puesto que Mario jamás sostenía diálogos serias con ella, sino que se encontraba en otro mundo, aislado completamente de los inconvenientes familiares. Protesta del delay en relación a las prácticas de la sociedad española, en tanto que otros países se reinventaban para manifestarse como país aptitud.
La innovación tecnológica era para Carmen una religión, por esto reclama en su monólogo que Mario siempre tenía elementos de un riguroso tiempo atrás que jamás llegó a sustituir por otros más recientes. Las localidades distópicas en la mayoría de las situaciones proponen lo último en tecnología, en lugar de regirse a las normas de los mandatarios. Un caso de muestra de esto es El Colosal Hermano en 1984 de George Orwell.
Monólogo 6
Mario ayudaba a los pobres siempre que podía, pero Carmen veía con pésimos ojos este acto de amabilidad, porque además de regalar monedas, también había que enseñarles a rezar a los mendigos. Carmen quiere en este monólogo que sus hijos no sigan el ejemplo de Mario, sino que sean como ella, una mujer apta para recibir varios obsequios y ser atendida como debe ser.
Monólogo 7
Este capítulo de Cinco horas con Mario es de forma única político, porque Carmen manifiesta su gusto por la guerra. Se hace mención del padre de Mario, quien siempre llevó corbata negra en su indumentaria, como exhibe de respeto a la memoria de su mujer muerta. Carmen también protesta de sus hijos, al ser muy liberales y ayudar a fiestas los últimos días de la semana. En ese aspecto, los hijos de Carmen se asemejan a Mario.
Monólogo 8
En esta ocasión, Carmen critica a todas esas personas que emigran de España para trabajar en el exterior. Otra vez reprocha a Mario frente a su féretro por ser un borracho empedernido y que las escasas oportunidades que lo deseó sexualmente, siempre estuvo en pésimas condiciones para responder. Recuerda las oportunidades en que paseaba con sus hermanos en vehículos de deportes último modelo.
Monólogo 9
Carmen tiene relación de forma despectiva de todas las mujeres que vienen de Italia. Más allá que las critica duramente, en el fondo las comprende, porque varios hombres como Mario no tienen idea ver el interior de todas ellas.
Monólogo 10
El décimo monólogo es una recopilación de todas las quejas anteriores, primordialmente la carencia de un auto que jamás regaló. Habla sobre el tiempo en que Mario jamás le dedicó y la mala predominación que es (después de muerto) en la vida de sus dos hijos. Reitera sus supones de infidelidad, pero sin pruebas en mano que lo comprobaran.
Argumento de Cinco horas con Mario
Cinco horas con Mario narra una sucesión de vivencias de una mujer llamada Carmen, de 44 años de edad, quien hace poco quedó viuda de Mario. Toda la vivencia de Carmen es contada a través de sus monólogos, cuyos mensajes en la mayoría de las situaciones son de reproche, desprecio a su crónica de casada y al legado que dejó en sus dos hijos, que siguieron el ejemplo del padre.
La novela se sitúa en un ámbito fúnebre, en una salón velatoria donde reposan los restos de Mario, el marido de Carmen. Algunos familiares se excedieron en relación al llanto demostrado, hecho que llevaron a muy gente a sorprenderse por la efusividad con que se despidieron del difunto. En el velorio asistió la cuñada de Mario, lloró sobre su urna y salió, pero a Carmen no le gustó en lo absoluto su presencia.
Carmen no tuvo prueba alguna sobre una viable infidelidad de parte de Mario; además, ella si le fue infiel y lo confiesa en uno de sus monólogos, al besarse con otro hombre en un carro del año, como una vía de escape frente la indiferencia de su marido a lo largo de la vida de casada.
Cuando todos los ayudantes al velorio se retiraron, Carmen se aproxima al cadáver de Mario para hacerle una sucesión de reproches a lo largo de su etapa de casada con él. Antes que nada, expresa su resentimiento por ser un hombre conformista sin ambición alguna en la vida. Otra de sus quejas fue no haber tenido el auto último modelo que necesitaba para sostener su estatus recurrente.
Carmen no disfrutó a plenitud hacerse cargo de su lugar de vida y procuraba por todos sus medios que ninguno de sus hijos siguiera el ejemplo conformista de Mario, aunque no lo ha podido omitir, ya que heredaron el carácter de éste. Ella no contó con los suficientes estudios, por otro lado nació en cuna de oro y supuso sostener su estilo de vida en el matrimonio.
Ser desplazada en un background, no recibir el cariño ni las atenciones esperadas por Mario, hicieron de Carmen una mujer totalmente infeliz. No sólo reprochó todas las fracasos vividas en oposición al cuerpo inmóvil de su marido, sino también reconoció todos los fallos completados de su parte, como la infidelidad con el hombre del auto deportivo.
El embarazo para la personaje escencial de Cinco horas con Mario más allá de ser una bendición en su crónica, se convirtió en un martirio por el abandono de Mario. Carmen vivió sumida en la amargura cada mes de su gestación y más aún, sin tener un vehículo para moverse siempre que lo necesitaba. La frustración de ella fue más grande cuando sus dos hijos se parecen más a su padre.
Carmen más allá de la mala vida que llevó con Mario, en el fondo lo amó, aún teniendo la oportunidad de aceptar otras proposiciones de matrimonio, se afianzó en Mario por ser su salvoconducto de vivir cómodamente como se encontraba habituada. La desaparición fue el tema importante que condujo a Ernesto Sabato a escribir El Túnel cuyo personaje escencial fue con la aptitud de asesinar a sangre fría a su mujer.
Personajes de Cinco horas con Mario
-Carmen: Es el personaje femenino importante de Cinco horas con Mario. En las informaciónes establecidas en la narración, su atributo físico reconocido con muy continuidad son sus senos voluminosos. El hecho de quedar embarazada también perturbó a la mujer, porque su fachada más habitual por el sexo contrario se vería afectado por la maternidad.
El lector puede sospechar sobre las reacciones de Carmen y condenarla como la villana de la historia. Además, ella fue la única en estar al pendiente de algún aspecto de su casa y su matrimonio. La indiferencia de Mario la condujeron a hacerle una multitud de reproches que en vida no logró, ya que Mario no le prestaba la menor atención cuando tenía algo que decir.
El calvario para Carmen comenzó desde su luna de miel, porque Mario fue incapaz de tocarla, hasta el punto de ofrecerle la espalda. Algo semejante sucedió con la madre de Juan Preciado, el personaje escencial de Pedro Páramo al no consumar su noche de bodas. 5 horas transcurrieron para que Carmen descargara sobre el cuerpo de Mario todas las fracasos que vivió mientras permaneció casada con él.
-Mario: Es el marido fallecido de Carmen. Las informaciónes brindadas en Cinco horas con Mario reflejan a un hombre poco agraciado físicamente, por lo cual despertó suspicacias en otros pretendientes al interrogarse sobre cómo una mujer tan hermosa como Carmen, ha podido casarse con alguien como Mario. El más grande trabajo de este personaje fue escribir libros sobre los temas recurrentes de España, entre ellos, sobre su sociedad.
También fue con pasión de La Biblia y de allí tomó algunos versículos para escribir sus propios libros. Carmen poco comprendió las lecturas de Mario, a través de su poco nivel intelectual y cultural creado. Este personaje fue más idealista que ambicioso, por esto, tuvo numerosos roces con Carmen en vida. En el momento de su muerte se transforma en un depósito de reclamos que pesaron en la vida de la mujer.
Mario jamás pretendió que la obra literaria de su autoría llegará muy lejos, sino ser leída por él mismo. Carmen reprochó este conformismo, porque más allá de no cubrir sus escritos, sintió que ha podido llegar más lejos en ese rubro. El hombre dejó a cargo a su mujer de todas las ocupaciones del lugar de vida, en tanto que él se encargaba de llevar el soporte para su familia.
De personalidad alegre y descomplicada, así se desenvolvió Mario en vida. Nunca adquirió el auto que tanta falta le logró a Carmen, sino se transportaba a todos sus puntos de destino en una bicicleta lo muy grande para llevar y traer a todos sus hijos desde la escuela. Tampoco le dio más grande consideración a la religión, pero si procuraba llevar a cabo los preceptos establecidos por Dios a través del altruismo con su asiste para diferentes mendigos.
-Valentina: Es la favorable amiga de Carmen. Ella fue el paño de lágrimas y confidente de la personaje escencial en cada instante en que Mario la rechazaba por diferentes causas. Siempre que Carmen hace énfasis en Valentina, siempre tiene relación como un sujeto bondadosa que no defraudaría a nadie.
-Moyano: Bastante capaz e instruido en el planeta literario. Siempre aconseja a Mario a escribir para plasmar todos sus particulares. Su más grande aspecto es su barba prominente, la cual algunas oportunidades luce descuidada por parte del personaje. Forma parte del escuadrón parrandero con quien Mario asiste a las fiestas.
-Charo: Es una de las hermanas de Mario. Del mismo modo que él, tampoco tiene colosal hermosura ni colosal tamaño. Carmen siempre la denominó como una mujer gris, sin mundo y de escasas expresiones atrayentes.
-José: Otro hermano de Mario. En contraste con los otros, José si adquirió más hermosura y entonces, más grande fuerte con las mujeres. Sus ojos son de color amarillo, cuya presencia puede denotarse como felina. Carmen siempre resalta puntos positivos sobre este personaje, ya que es el más ambicioso de toda la familia de su marido.
Contexto histórico y literario de Cinco horas con Mario
La obra Cinco horas con Mario está contextualizada en la década de los 60 en España. En ese momento, dicho país se encontraba sumergido en una fuerte dictadura o recurrente también como la “época franquista”. Las mujeres que pertenecieron en esta etapa de la historia, no tuvieron muy consideración en relación a detallar juicios de valor o garantizar puntos de vista, sino ocuparse al lugar de vida, a los hijos y a sus esposos. El hombre se encargaba de trabajar, para llevar el pan a la boca de sus otros que corresponden.
En la mayoría de las situaciones, los hombres presentaron más grande conocimiento intelectual y literario, al ser quienes contaron con el más grande acompañamiento al instante de estudiar. Además, la mujer fue educada para ser útil a la familia y ocuparse a las ocupaciones hogareñas. Carmen en varios de sus reproches dejó fluir su egoísmo, pero en el fondo sólo pensaba en el confort de su familia y marido.
Así fue la vida de Carmen, el vivo reflejo de una sociedad española que escasas oportunidades se preocupaban de ellas mismas sin reflexionar en los demás. Por esto, Carmen al fallecer su marido, es que consigue disertar una sucesión de reclamos para dejar en independencia cargas.