Resumen del libro El día que se perdió la cordura: Argumento y Personajes

«El día que se perdió la cordura» es un libro correspondiente a la categoría de suspenso, que le ofrece al lector una vivencia única, donde el secreto sigue a lo largo de todo el avance del argumento, con individuos atrayentes y profundos que atrapan la atención a lo largo de toda la siniestra historia que tiene dentro elementos de crueldad, disparidad y terror que los llevará al límite de la disparidad.

 

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  • 1 En relación al libro
  • 2 Resumen
    • 2.1 Características de la obra
    • 2.2 Impresiones finales
  • 3 Personajes
  • 4 Oraciones de «El día que se perdió la cordura»
  • 5 Resumen por capítulos de «El día que se perdió la cordura»

Acerca del libro

«El día que se perdió la cordura» es un libro de suspenso que tiene todos los elementos que son indispensable en una aceptable historia que te dejará absorto por el secreto que envuelve un espeluznante descubrimiento, el de un hombre que serenamente deambula por las calles con una sonrisa en la cara y el cuerpo desnudo cubierto de sangre seca, con la cabeza decapitada de una mujer entre las manos.

Esa descripción basta para despertar la curiosidad lectora de quien quiere gozar de una historia entretenida e intrigante, donde combatir al culpable de este repudiable hecho se hace cada vez más escabroso, tanto por el aspecto psicológico del presunto culpable como porque en la mitad de la investigación, nos debemos sumergir en datos de historias pasadas que abrirán viejas cicatrices que con el tiempo se vuelven feroces signos de crueldad y muerte.

En esta novela de suspenso el argumento primordial es la cordura del ser humano, desde la visión del creador hay una delgada línea que divide la disparidad del estado de lucidez que es habitual en algún persona. Sin embargo es un límite que puede cruzarse fácilmente, lo más aterrador sobre esto es que la mayoría de las ocasiones nuestro dueño de la cabeza no se otorga cuenta cuando sus pensamientos pasan de ser meras fantasías, para transformarse en acciones que hieren y cambian vidas de forma absurda y mortal.

«El día que se perdió la locura» nos ofrece la oportunidad de embarcarnos en un viaje que exhibe dos historias que se relacionan para llegar a un final traumático y despreciable, donde un individuo deja que su cabeza alucine en un mundo donde se transforma en juez, jurado y verdugo en ocasiones que desembocan en venganza, sangre y muerte, todo ello bajo la errada convicción de que actúa de forma precisa y justa.

 

Resumen

«El día que se perdió la cordura» es un trabajo literario del género de suspenso, donde el argumento se lleva a cabo ámbito a un hecho que llama la atención la calma de una localidad, cuando en el día de navidad sucede algo tan macabro como asombroso.

Un hombre hace aparición de repente caminando completamente desnudo, con rastros de sangre en el cuerpo y además con una cabeza decapitada en la mano. De esta escena, lo que más impresiona es que este hombre se expone imperturbable, no se ve tener miedo, ni preocupación por lo cual termina de llevar a cabo, de hecho en su semblante se puede ver la satisfacción y superioridad al notar cómo todos se horrorizan cuando miran con detenimiento lo que pasa.

La policía participa y le apresa inmediatamente, pero gracias a la actitud del hombre y las características en las cuales se han generado los hechos, es llevado directo a una celda del hospital psiquiátrico de la región, en espera de que sea evaluado por expertos para conseguir algunas respuestas.

Para empezar la evaluación psiquiátrica, la situacion es asignado al doctor Jenkins, quien tiene extensa vivencia en esta clase de enfermos mentales que tienen la posibilidad de haber intervenido de una u otra forma en casos criminales; su propósito siempre es el mismo: ingresar en la cabeza retorcida de la persona para hallar el por qué de sus acciones.

Para ofrecerle acompañamiento en su evaluación y poder tener un perfil configurado a la verdad del caso, es asignada la agente Hyden del FBI, quien tiene vivencia intentando con personas psicóticas y muy peligrosas, a las cuales logró encerrar para toda la vida.

 

La situacion se torna profundo desde el comienzo, primero por la presión insuperable de la prensa, quien a toda costa quiere la primicia sobre las indagaciones, ellos desean entender los adelantos y pormenores de las pesquisas preliminares, también son los noteros de este hecho quienes le colocan el alias de «Decapitador» para poder vender la información al momento.

Cuando todo se encontraba dispuesto para empezar con la investigación, un giro de la trama provoca que después de un siniestro descubrimiento el doctor Jenkins tenga que combatir el más oscuro capítulo en su historia, puesto que en una enigmática caja que recibe en su consultorio está la cabeza de su propia hija.

Gracias a este suceso, una furia indescriptible se apropia del doctor, lo cual le nubla el juicio y le otorga paso a un mal asfixiante, cuando se siente ese tipo de desesperación no hay cabida para el razonamiento y el profesionalismo.

No obstante, es por la llegada de esta enigmática caja al centro psiquiátrico que se desata el horrible halo de desgracia sobre todos los comprometidos, ocasionando sea exactamente la agente Hyden quien deba ser la encargada de llevar la investigación en la situacion, esto es justo lo que el asesino ha premeditado, lo que le divierte es poner de manifiesto su aptitud de manipulación, sin importar tener que arrebatarle la vida a un inocente para conseguirlo.

En el libro se reta al lector a considerar sus conceptos sobre la cordura y la disparidad, cuando se cruza la línea que los divide y cómo entender diferenciar la verdad de las alucinaciones fantasiosas que se desarrollan a forma de explicación para un accionar muy lejano a la normalidad.

 

Hay hechos fortuitos que sucedieron hace un largo tiempo, 17 años para ser precisos, que son los que se relacionan de manera directa con los hechos de hoy, esos hechos son la semilla que se planta en un pasado raro, para cosechar la maldad y el desenfreno sangriento del presente.

Así empieza el tenebroso viaje que nos llevará a retroceder y seguir en el tiempo para agrupar todas las piezas de este fantástico puzzles de intrigas, miedo y disparidad, donde la mala suerte provoca que un día alguno, una familia habitual, se cruce con un ser perturbado, repudiable y enajenado, que marcará el antes y después de su completa vida.

En el libro se hace énfasis en el poder de la manipulación a través de la forma en que un hombre transporta a cabo sus malintencionadas fantasías, convirtiendo a personas normales y corrientes en fachada, en títeres de sus deseos de crueldad y muerte.

Características de la obra

A lo largo de el avance de la historia, el argumento de «El día que se perdió la cordura» se va tejiendo con maestría, captando la atención del lector de forma instantánea, realizando que nos adentremos en la cabeza perturbada de un psicópata perverso, detallista y tolerante, que elaboró todo un plan con sincronía y ocasión, para realizar su rastro de disparidad vengativa y eficazmente mortal.

«El día que se perdió la cordura» está clasificada dentro del género de suspenso, donde se usan los elementos literarios necesarios para hacer un sentimiento de indecisión y ansiedad por las ocasiones que están pasando en la trama, en ella los individuos están metidos en acciones que desencadenan giros que tienen la posibilidad de cambiar la visión del lector tal es así que logre verse distorsionada por  la percepción de la verdad de los individuos.

 

El estilo de la narrativa del creador es inigualable, a propósito de esto es importante nombrar que el libro «El día que se perdió la cordura» está lleno de referencias literarias de autores reconocidos, así como Gabriel García Márquez, Auster, Orwell y Stephen King.

También podemos encontrar en este libro especificaciones impresionantes que ubican al lector dentro de la trama, produciendo un ámbito de suspenso y revelaciones de datos inquietantes que te hacen dudar de las probables causas que logre tener un individuo para atreverse a bajar toda su maldad contra otro ser humano.

En este libro podemos encontrar plasmados elementos de sentimientos fuertes y arraigados en todos nosotros, en más grande o menor nivel, que nos llevan a hacer acciones según nuestros conceptos y premisas de vida, así como el odio, el cariño, el rencor, el aislamiento, la sensación de ansiedad y de frustración, la carencia de valores y la aptitud de aceptar y perdonar.

En relación a su ficha técnica «El día que se perdió la cordura» es el primer libro de Javier Castillo, quien tiene como profesión asesor financiero, pero es un con pasión por la escritura. Publicó su primer trabajo literario en el año 2014, al principio en una interfaz electrónica para después hacerla  en físico.

 

Al final fue en el año 2017 que la Editorial Suma, la cual está unida al Grupo Santillana, se encargó de publicar el libro de forma comercial, el cual tiene una alta calidad narrativa y encaja especial en la categoría de suspenso contemporáneo, en sus 456 páginas de acción continua.

La situacion tiene una densa dificultad que se asimila poco a poco y  el argumento está expuesto de forma especial puesto que el lector se pasea por distintos años y sitios distantes, para ofrecer una visión global de lo que está pasando y por qué.

Desde el comienzo del libro se se refiere al pasado en una historia que de forma retrospectiva nos comenta cómo comenzaron a hilarse los hechos, conociendo los vínculos de los individuos, para sugerir una explicación de «El día que se perdió la cordura«, ya que el pasado tiene un papel primordial en los hechos que suceden en la trama.

El creador quería asegurarse de que el lector siguiera el orden de los hechos precisamente como los presentó, para eso colocó notas al inicio de cada capítulo que nos dicen el año en que suceden los hechos y el sitio donde se desarrollan, puesto que al ser una novela lineal, tiene saltos en el tiempo y sin esta precaución que tomó el creador, el lector podría sentirse un poco perdido.

El libro muestra muchas historias que se intercalan y fusionan en un solo y aterrador relato, lo cual revela la capacidad del creador en fusionar hechos que cuadran muy bien. Otra característica sustancial es que los capítulos son cortos, con una retórica fácil de comprender, el creador usa un lenguaje conciso y brillante, lo cual es completamente primordial si se quiere argumentar una trama complicada.

 

El libro expone un argumento atrayente en el cual hay que solucionar un caso criminal donde se tienen elementos limitados, puesto que el presunto sospechoso no posee el mínimo interés en cooperar, no se inmuta, no responde a las cuestiones que le hace el psiquiatra asignado al caso, de hecho la sonrisa y los aires de superioridad que tiene este sujeto le dan una muy mala espina al Doctor y a la agente del FBI experto en perfiles psicológicos.

Impresiones finales

Al leer «El día que se perdió la locura» estamos con una historia que mantiene en vilo a los que leen hasta finalizar el libro, con cada capítulo se siente la ansiedad de hallar al culpable y las causas por las que actuó de la forma en que lo logró.

Ya hacia el desenlace el creador recorta la agilidad de los hechos, como si pretendiera que su audiencia encontrara algo de sosiego entre tanta tensión argumental, este respiro le otorga al lector la posibilidad de pensar sobre sus probables teorías para solucionar el difícil caso, predecir el desenlace nos produce satisfacción interna y en el fondo queremos tener la razón.

Tenemos la posibilidad de deducir entonces que la novela de suspenso «El día en que se perdió la cordura» nos deleita con su lectura entretenida, fácil de comprender, con capítulos cortos que nos dan la posibilidad de abarcar verdaderamente lo que pasa, puesto que hablamos de un relato con un prominente nivel de indecisión y características psicológicas que resultan muy atrayentes.

La historia está comunicada de una forma muy original y generalmente todos los giros del argumento se cierran completamente, excepto la que abre el sendero a la segunda parte de la saga.

 

En esta obra de Javier Castillo se observan dos tipos de figura narrativa, cuando se está construyendo la historia el creador se sostiene en tres voces primordiales que nos van contando la trama; al principio el argumento empieza con el relato en primera persona de los individuos primordiales Jacob y Steven, que nos entregan su propia visión de lo que pasa, esta versión de los narradores personajes principales es un punto sustancial para comprender los hechos de la historia.

También hay un narrador omnisciente que va conociendo los hechos frente los ojos del lector durante toda la historia, este criterio es requisito para lograr relacionar los hechos del pasado con los del presente, sin complicarnos mucho; el creador quiere que la atención del lector se centre en el análisis del relato y los pensamientos que se generen de lo que va pasando, este estilo de escritura contribuye agilidad a la lectura, que lejos de ser pesada con muchos datos y cambios de tiempo, se hace más entretenida.

«El día que se perdió la cordura» muestra un argumento absorbente, donde explora los límites del ser humano para combatir los sentimientos profundos que dirigen sus vidas, llegando a hacer actos reprochables e incomprensibles solamente en nombre del amor.

Debido al éxito de la novela y después de que las diferentes editoriales de renombre mostraran su interés en la publicación, se llevó a cabo un emprendimiento para hacer una película, la cual también le otorgó excelentes críticas tanto al argumento como al avance de los individuos.

 

El creador deja un final abierto que otorga cabida a muchas suposiciones y a una continuidad de la historia, puesto que la intrincada trama puede crear historias posteriores, de hecho, el desenlace de este relato le otorga paso a la segunda novela del creador, que es la segunda parte de este libro y tiene por nombre «El día que se perdió el amor«. Los fanáticos de esta historia esperan con ansias que sea siendo una trilogía.

Personajes 

El creador logró delinear los individuos a la perfección, valiéndose de las utilidades que brinda al lector para comprender el pasado de todos ellos. Son esas acciones que se realizaron hace años, las que en este momento desarrollan un presente angustiante y retorcido, que desata todo un mar de hechos sangrientos donde se involucran la gente conectadas desde el pasado que combaten un futuro sombrío y decadente.

Al inicio de la obra, los individuos de «El día que se perdió la cordura»están detrás de un velo de secreto, pero de a poco, mientras se va construyendo el argumento, se van conociendo datos y conexiones que nos hacen comprender bastante de la trama presentada por el creador. Comencemos por detallar varios de los individuos más destacables.

Jacob Frost, quien es un ser capaz, introvertido, sarcástico, egocéntrico, con una cabeza que ha cruzado el umbral de la disparidad para no volver jamás. Es este hombre el que hace aparición caminando serenamente con su cuerpo desnudo cubierto de sangre seca, con una cabeza cercenada entre sus manos.

 

Su historia cobra notoriedad infame cuando hace aparición en la calle, más allá de las situaciones y de la furia que está por desatar, tiene un carácter sosegado, lo internan en el hospital psiquiátrico por causas obvias. Dentro de la trama de la novela se nos darán los datos de su difícil niñez, la cual dio como resultado a un adulto complejo y desquiciado.

Es este hombre el actor primordial de esta historia y es al que mejor llegamos a comprender, debido al empeño del conjunto que inspecciona el delito para abrir la cabeza de este psicópata, quien en su retorcida visión de la verdad, reitera que que es verdaderamente justa su forma de seguir.

Es el desafío de voluntades entre Jacob y el Doctor Jenkins el que le pone el toque magnífico a la novela, uno intentando de mostrar su superioridad y el otro analizando movimientos, opciones y pensamientos para develar qué provoca que un hombre haga los terribles actos de crueldad de los cuales es responsable.

Un caso de muestra de este combate está en la siguiente frase:

“Ya me dijeron que en 12 horas de interrogatorios no has hablado completamente nada. No para soliciar agua. La policía baraja dos hipótesis: una, que eres mudo y que no puedes hablar… Y dos, eres más listo de lo que aparentas, y deseas jugar con todo el departamento de policía.”

El Doctor Jenkins es el director del Hospital Psiquiátrico donde llevan al «Decapitador» después de que lo encuentran vagando por la calle, como no posee documentos y nadie lo reconoce, la prensa le colocó ese nombre, con efecto sensacionalista.

 

El doctor Jesse Jenkins es un psiquiatra capaz, listo, serio, con una capacidad increíble para meterse en los pensamientos de personas perturbadas, de desequilibrados y enajenados a los cuales examina y toma de ellos la información que requiere para cerrar casos difíciles que involucren enfermos mentales.

Cuando la policía encuentra a Jacob, las autoridades solo suponen que el único con la capacidad de conseguir información de este hombre que no dijo ni una palabra a lo largo de días, es el doctor Jenkins.

En el libro también es sustancial la referencia a la familia del doctor Jenkins, de a poco nos vamos enterando sobre datos de su pasado que son importantes en el presente del psiquiatra, como entre otras cosas, la ex mujer llamada Laura, quien salió de su historia de repente, poco después de que nació la hija de los dos, ella desapareció sin dejar rastro.

También es sustancial la relación que hay con la hija, llamada Claudia, quien tiene 17 años y vive alejada de su padre, con una tía en otro estado.

Para asistirlo con la resolución del caso, la experta del FBI Stella Hyden es asignada adjuntado con el doctor Jenkins y tratan de torcer la personalidad de Jacob, ella quiere hacerle el perfil psicológico para ofrecerle cierre al caso, pero con el lapso del tiempo, ella y el doctor dejan de ser investigadores para complementarse como actores en esta difícil situación.

 

Como una historia en retrospectiva se nos muestra la familia Maslow, quienes hace 17 años organizaron pasar un tiempo de vacaciones en un área adinerado de Salt Lake. En fachada es una típica familia adinerada, con dos hijas, una pequeña y traviesa hija menor, que tiene solamente 7 años, y la hija más grande, quien con sus 17 años tiene una mala actitud y todo le incomoda.

El padre de la familia se denomina Steven Maslow, y adjuntado con su mujer de nombre Karen, cuidan y desean a sus hijas Amanda y Carla; al padre le cuesta exhibir aprecio pero lo intenta a su modo y la madre siempre está intentando de educar a sus hijas de la preferible forma, siendo cercana, las trata más bien como una amiga.

De esta familia el padre se luce por ser un hombre que trabaja bastante, siempre está enfocado en sus asuntos, es malhumorado y mantiene una especialidad rigurosa en el hogar; su hija más grande Amanda, es un poco rebelde, se aburre próximamente de la situación y le otorga un toque sarcástico a todo cuando puede. Un día le suceden cosas escalofriantes que dejarán huella dentro suyo y la marcarán para toda la vida.

 

Frases de «El día que se perdió la cordura»

En este capítulo incluimos una selección de las superiores oraciones extraídas de la historia:

  • “Todos y todos nosotros guardamos dos mitades, dos extremos que nos impulsan hacia un lado o hacia otro. Que tenemos la posibilidad de amar con todas nuestras fuerzas algo, pero siempre nos queda una sección oscura aguardando despertar.”
  • «Es muy distinto lo que un individuo quiere, a eso que un individuo requiere, a eso que un individuo dice que quiere.«
  • «Dos caras de una misma moneda, al final de cuenta como todo el planeta, pero llevado a sus más extremas secuelas.»
  • “Podemos amar con todas nuestras fuerzas algo, pero siempre nos queda una sección oscura aguardando despertar.”
  • “Moriré aquí dentro y ellos seguirán con su espiral de destrucción: quebrantando sueños, destrozando vidas, aireando ilusiones, desgranando futuros, descartando pretensiones y, más que nada, dilapidando amores.”
  • “Ten un concepto, alguno, y siempre habrá un conjunto de individuos que se la crean, por muy infundada que esté.”
  • «No hay retrato más desgarrador en el planeta que el de una vida aplastada por un alma corrompida»
  • «Lo que sé es que el hecho de soñar un nombre y escribirlo en una nota, no alcanzan argumentos como para asesinar sin piedad».
  • «Se abrazaron en el transcurso de un rato en silencio, sabiendo que las expresiones no estas significaban bastante más que las que podrían decir, y deseando en que aquel instante durase para siempre».
  • «A ocasiones el destino quiere jugar con nosotros, en ocasiones el destino quiere reírse de nosotros, pero en ocasiones, el destino nos reta para que nos demos cuenta de que existe».

 

Resumen por capítulos de «El día que se perdió la cordura»

«El día que se perdió la locura» es una novela de suspenso que nos muestra su argumento en una composición de capítulos titulados con la fecha y el sitio donde suceden los hechos; así el creador se afirma de que el lector sepa verdaderamente dónde se sitúa la acción y en qué fecha, puesto que sin ello sería un poco pesado entender en qué parte del pasado o del presente de los personajes principales están enmarcados los hechos.

Introducción

24 de Diciembre del 2013. Boston

Al mediodía del 24 de Diciembre, sendero por la calle, habitual y sin prisa, con la cara desencajada y la mirada perdida. Es como si estuviera en una película horrenda que va en cámara lenta, todos fijan su mirada en mí, me hace felicidad que se queden observando con sus caras de sorpresa y pavor.

Así empieza la crónica de un desequilibrado ser que goza cada aspecto de su macabro seguir, donde la vida humana poco importa, desde su disparidad y afán de notoriedad.

 

Un hombre perturbado

26 de Diciembre. Boston

El sujeto que caminó por la calle con la cabeza decapitada de una muchacha ya está en el hospital psiquiátrico, después de que en su arresto los policías no lograran que dijera una palabra, eligieron que una evaluación psicológica sería correcta en esta situación.

El prisionero se mantuvo relajado, sentado en la oscuridad, todavía no pronounció palabra, no para soliciar agua o comida, a estas alturas cualquier cosa puede pasar.

El director del hospital, llega para hacerle una entrevista, pregunta a los custodios si vino alguien a conocer al prisionero particular o si ha pedido algo, consiguiendo una respuesta negativa a ámbas cuestiones.

Resultaba inquietante el conjunto de noteros que esperaba afuera, todos querían entender quién era el «Decapitador», a quién había matado y por qué.

El doctor Jenkins antes a la llegada del prisionero habló con su personal, les advierte sobre las secuelas que tendrían si se atrevían a comentar con la prensa sobre algún aspecto del caso, les logró énfasis en que no podían ceder frente sobornos ya que les saldría muy caro.

 

El doctor empieza a establecer conversación con el asesino, le habla de lo popular que se volvió, de lo intrigado que está en su caso y de que sabe que todo es un plan para hacerlos suponer que tienen el control cuando en verdad es él quien sabe lo que de todos modos pasa.

Jenkins le quiere intentar creer que está de su parte, que si colabora podrán entenderse y se resolverá el problema, a eso que el prisionero solo lo mira y le sonríe.

Un verano diferente

13 de Junio de 1996. Salt Lake.

El pueblo de Salt Lake era el destino favorito de muchas familias para pasar las vacaciones de verano, sus bellísimos panoramas de playa lo hacían un hermoso lugar de esparcimiento para familias de casta social pudiente.

Para gozar de su clima interesante y su pintoresco encanto llega una familia habitual, un padre que trabaja sin descanso, una cariñosa madre y dos hijas adorables, se disponen a pasar un verano relajado, alejándose un poco del ajetreo períodico.

Steven Maslow y su familia habían llegado para pasar unos días de relajación, Amanda con sus 17 años era hermosa, obstinada y malhumorada; no quería estar en Salt Lake a lo largo de las vacaciones, quería irse cuanto antes.

 

Carla era la más pequeña, con sus 7 años era todo un torbellino de acción continua, dominada por su madre de nombre Karen, quien disfrutaba de proteger a su familia y de la vida tranquila.

Al llegar a la vivienda después de un extenso viaje se han quedado observando la fachada y los alrededores, cuando se disponían a ingresar con sus maletas pasó algo imprevisto que en ese instante no tuvo consideración alguna, debajo de una de las lápidas de la entrada había un papel, amarillento y doblado numerosas ocasiones, la niña lo guardó en su bolsillo.

Llega Stella

26 de Diciembre del 2013. Boston.

Ya eran más de 150 los medios de comunicación que esperaban afuera de las instalaciones del hospital psiquiátrico, ávidos de alguna novedad. Hasta entonces adentro el doctor seguía en sus intentos por estar comunicado con el enigmático hombre, el cual seguía con su sonrisa en la cara, en ese instante llega una agente asignada por el FBI para contribuir con el perfil psicológico del prisionero.

«Soy Estella Hyden, perfiladora del FBI». Después ella empieza a saber qué es lo que descubrió el doctor del tolerante en cuestión y le enseña la urgencia de llegar al fondo del caso.

Al inicio del relato, Stella se expone muy segura de sí misma, llega sin ningún tipo de temor, su trabajo radica en llevar a cabo un perfil psicológico de un sujeto en un centro psiquiátrico, nada más; tiene vivencia realizando lo mismo constantemente, sin embargo, en esta ocasión será completamente diferente.

 

La razón es que este hombre «decapitador» logrará revolver la cabeza de la agente Hyden de un método insospechado, el cual la llevará a recobrar memorias perdidas sobre un pasado en el que había ocultado varias cosas que después van a la luz.

Un bosque mortal

25 de Diciembre de 2013. Quebec, Canadá.

En una región boscosa del Parque Nacional de la Maurice, donde lo agreste del lote provocaba que los excursionistas se perdieran sin remedio, sucedió algo inquietante, justo antes del atardecer el espeso silencio del bosque se vio interrumpido por un grito alucinante.

Muy adentro en el bosque, a una distancia destacable del centro psiquiátrico de Boston, se podía ver la temible silueta de un individuo, encapuchada y empuñando una afilada hacha, caminando entre los árboles.

Un nombre en un papel

13 de Junio de 1996. Salt Lake.

Ya instalados en la vivienda de verano, Amanda y su hermanita jugueteaban por la colosal casa, a través de los ventanales se podían divisar las viviendas contiguas, para la joven este paisaje era increíblemente poco entretenido.

 

Súbitamente recordó la extraña nota que se había encontrado en la entrada y que discretamente había guardado en sus bolsillos, al abrirla no podía creer lo que veían sus ojos, en el papel amarillenta y sucia se podía leer: «Amanda Maslow, junio de 1996»

Tratando desviar la atención de la madre para que no se diera cuenta de la nota, Amanda decidió examinar la vivienda con su hermanita y fue la pequeña quien encontró un frasco con un contenido nauseabundo, era un gato en estado de descomposición, cubierto de centenares de gusanos.

La cabeza en una caja

26 de Diciembre 2013. Boston.

El doctor Jenkins y la agente Hyden estan destinados al despacho, mientras caminan el psiquiatra no deja de suponer en la sonrisa confiada de El Decapitador, quería conocer si se encontraba intentando con un enfermo mental o con un asesino frío y despiadado.

Jenkins le dice a la agente lo habitual que se volvió la situacion, puesto que hay muchos de cartas y packs en la oficina de personas que de algún modo se sentían similares.

Mientras hablaba, Jenkins le otorga el reporte a la agente para que se documente sobre la investigación preliminar, pero le llama la atención un pack que procede de Canadá, lo toma y cuando lo abre, otorga un grito de espanto.

 

Dentro de la caja había una bolsa de plástico con una cabeza de mujer dentro de ella, y una nota redactada en un papel avejentado que decía: «Claudia Jenkins, diciembre 2013«. Al leer el nombre la agente se imagino lo malo, el doctor solamente ha podido llegar a decir, «es mi hija».

Una vuelta por el sitio

13 de Junio de 1996. Salt Lake.

La madre trata de negociar con su hija joven para ver si consigue que cambie su accionar, aunque sea por unos días. Así que le dice a Amanda que si se comporta de buena forma, la dejará pasar el verano en New York así como ella quiere.

La chica ingresa y va con su padre a caminar por los alrededores, intentando a toda costa de ser una familia habitual y estrechar lazos, es ahora mismo cuando por primera oportunidad se cruzan dos de los individuos más importantes en esta historia, Amanda y Jacob.

En esta salida del padre con su hija, descubren de que en este lugar las cosas no son lo que parecen y los dos están próximo de comenzar a bajar por la escalera en espiral que les conducirá de forma ineludible hacia un futuro de disparidad y miedo.

Una sentencia de muerte

23 de Diciembre del 2013. Boston.

Un irreconocible habla consigo mismo, mirándose en el espejo, se siente satisfecho por su palidez y sus marcadas costillas, se había estado mejorando para un cambio físico radical y sentía que lo había logrado.

 

En su conversación interna se nota a fácil vista lo desequilibrado que está; tiene unos elementos impresionantes dispuestos ordenadamente sobre una mesa: cuerdas, unas imágenes, cintas, sacos  y un hacha.

Este hombre tiene una conciencia cargada de muerte, la culpa y el arrepentimiento no lo dejan pacificamente ni por un segundo, sus pensamientos lo torturan, tanto o más que a las inocentes mujeres a las que ha ejecutado a sangre fría.

Un pensamiento le quedó fijo en la cabeza, como un propósito de vida, de lo cual jamás podría ni quería escapar: «Voy a cambiar el planeta, moveré el cielo, y esperaré una eternidad para recobrar su recuerdo, su sonrisa. Más que nada para recobrar la cordura….»

Alguien me mira

14 de Junio de 1996. Salt Lake.

Amanda no podía dejar de suponer en la nota que había encontrado, estando sola en el auto sintió que su corazón se detenía por completo; a la distancia podía ver la extraña figura de un irreconocible, que parecía estar inmóvil mirándola.

La chica continúa su recorrido por la localidad con su padre, desean adquirir pizza y otras cosas para gozar sus vacaciones, pero la chica está preocupada, la asustó bastante que aquel hombre la estuviese observando y se encontraba el secreto de la nota, era bastante para los nervios de la joven.

 

Amanda y su padre al final se deciden a adquirir vinos, el ligado los atiende con buen gusto pero está absorto al notar a la joven, tiene una trivial conversación con Steven, mientras no le quita los ojos de encima a su hija.

Al ingresar a la gasolinera, una anciana se dirigió a Steven saludándolo por su nombre, este asombrado le pregunta cómo sabe su nombre, a eso que la anciana le responde que él y su familia son bien populares en la localidad, como si se tratara de celebridades.

La sensación de estar siendo observada la hace querer escapar, presiente que algo pasa pero no sabe qué es. Aún nerviosa, escoge no comentarle nada a su padre, quien la transporta a adquirir vino en una vieja tienda, donde de repente una extraña anciana la llama por su nombre sin conocerla; esto inquieta más a la joven.

Al despedirse, el padre de Amanda le dice que no lo intente usted, que le puede llamar por su nombre, a eso que el jóven le responde con respeto y una voz entrecortada, «Encantado de conocerle Steven, mi nombre es Jacob«.

Cuando volvían a casa, de manera accidental atropellan a un hombre que caminaba apresurado con una bolsa de naranjas, después de unos segundos de tensión, el hombre se levanta y sigue, más allá de que la intención de Steven era llevarlo al hospital, él se niega diciendo que está bien.

 

Para que lo deje ir permite una de las botellas de vino que Steven acababa de adquirir, y le ha dicho su nombre «Soy el doctor Jenkins, voy a conocer a mi mujer que termina de tener a nuestra primera hija«.

Un asesino sin intención

26 de Diciembre de 2013. Quebec, Canadá.

Un hombre despierta con el alba, se le ve desaseado y con barba de numerosos días, su ámbito es más deprimente todavía, todo está sucio y viejo; siente hambre y se dirige a la pequeña cocina, saca una filosa navaja que tiene en uno de sus bolsillos y al ver sus manos con restos de sangre, empieza a acordarse.

Más allá de tener dentro una sensación extraña, se sentó en oposición al TV, donde reinaba solo una novedad, «El decapitador ha aparecido, nadie sabe quien es», es ahora mismo que este hombre se levanta corriendo, bosque adentro, recordando la noche previo, mete la mano en su bolsillo y encuentra un papel escrito, lo lee entre pensamientos de íra y profundo odio.

El enigmático hombre, sucio y desencajado, va a toda agilidad en su camioneta vieja, se otorga cuenta que debe llenar el tanque de combustible y se dirige a la gasolinera, todo lo mencionado con lágrimas en su rostro, más allá de que no quiere llorar, ni sentir, no puede evitarlo, se dirige a un teléfono público y marca el número, cuando le responde una voz de mujer ella le dice: «¿Steven eres tú?», a eso que él difícilmente responde «Pronto terminará todo«.

 

Ya al atardecer del 6 de diciembre, el montañés con su vieja camioneta llega a New York, entre el bullicio y atascado en un mar de autos, sale y se para en la mitad de un montón de extraños que le esquivan, sin fijarse no en el extraño hombre que está parado en una acera, con un trozo de papel en la mano, donde se lee: «Susan Atkins, diciembre 2013«. ¿Qué hizo ella para merecer fallecer? es la pregunta que se hacía constantemente, con sentimientos de arrepentimiento.

Repasaba en su cabeza la forma de hacer el trabajo e imaginaba los datos para contemplar su rastro, para esconderse y aguardar el instante correcto para llevarse el cuerpo de la pobre chica, nada se le escapaba ya, gracias a que eran varios años de vivencia los que tenía realizando lo mismo.

Pasaron más de seis horas hasta que completó el trabajo, con una increíble calma, bajó las escaleras con el cuerpo, lo puso con precaución en su vieja camioneta y arrancó decidido entre las sombras de la noche.

Comienza el juego

26 de Diciembre 2013. Boston.

En vista de los recientes hechos y del macabro descubrimiento dentro de la caja, la agente Stella debe hacerse cargo de dirigir la investigación, más allá de sentir que la abandonaban las fuerzas, disimula y quiere ofrecer una fachada serena frente a la prensa que la increpaba con una cantidad enorme de cuestiones de forma simultanea, era la rueda de prensa más difícil que había tenido que llevar a cabo.

Trató de verse centrada y en control de la situación, pero había instantes en que se quedaba helada, a su cabeza volvía la horrible imagen de la cabeza dentro de la caja, sus nervios estaban sin control, se sentía agobiada, asustada y más allá de eso debía continuar, ofrecer la cara y atrapar al culpable de tan horrible hecho, todo lo mencionado sin que la prensa se entere de los datos.

 

Hasta entonces, la agente Stella da por terminada la infernal rueda de prensa, increíblemente el director se encontraba serio, recuperado, dispuesto a trabajar. Su entereza era irrealizable de absorber.

Le expresa a Stella que para él es preferible encargarse del caso, puesto que tenía esa compromiso con su hija. «Esta es la desgracia más grande que le puede ocurrir a un individuo, así que debo conseguir respuestas, realizando lo que sé mejor que alguien más».

Todo está dispuesto para la evaluación psicológica, de ella dependerá si se le considera al prisionero como un enfermo que debe estar en un hospital o es un asesino despiadado al que le tocará un encierro para siempre.

Al hacer la entrevista el prisionero no levantó la mirada, el doctor iba decidido a llevarlo a cabo comentar como sea, así que lo amenaza con aplicarle electricidad si no colabora y para sorpresa de todos, la estrategia trabaja y le dice al doctor que siente bastante lo de su hija.

Después de esto la entrevista siguió como un combate de voluntades, con cuestiones capaces de parte del doctor y respuestas aún más capaces de parte del asesino. En algunos instantes el director se derrumba, solo quería sacarle la vida a quien de la forma más despiadada y sin tener ningún tipo de remordimiento le quitó lo que más amaba en el mundo: su hija.

Al marcharse el director, Stella se enlista para entrevistarse a solas con el asesino, ella entra a la habitación con una seguridad solo de fachada, ya que por dentro está petrificada. De forma cortés le pregunta el nombre al sospechoso, y este en un gesto de amabilidad y condescendencia le dice: «mi nombre es Jacob«.

 

Un escalofrío recorrió el cuerpo de la agente, jamás había visto a un criminal tan frío e capaz, era suspicaz, como si estuviera a cargo de llevar la entrevista, entró en la cabeza de Stella y la aterrorizó en radical, solo con una frase: «Necesitaba encontrarte, Stella Hyden«.

Jacob

En la entrevista con Stella, Jacob se esmera por ofrecerle importancia a la asustada agente, diciéndole que era sustancial que fuera ella quien le hiciera el perfil psicológico.

Comenzó contándole datos sobre su niñez y su dura adolescencia, conviviendo en la pobreza con una madre cariñosa, desvalida, miserable, quien perdonaba constantemente a su padre, quien era un borracho violento y abusivo.

Le habló con lujo de datos sobre las borracheras de su padre, y también que tuvo que proteger a su madre de los golpes que este le propinaba a su antojo, fueron incontables las ocasiones que intentó convencerla para dejarlo, pero ella jamás lo logró, así que huyó de toda esa pobreza.

Hasta entonces el doctor sintiéndose agobiado, entró a un bar, lo atendió un hombre muy amable y conversador, que le ha dicho lo impresionado que se encontraba al notar al decapitador con su cabeza chorreante de sangre parado con la puerta. Para el doctor, era como si la pesadilla lo siguiera a todos los lugares.

 

Jenkins salió del bar sintiéndose aturdido, al llegar a su casa no encendió la luz, ya nada parecía tener algún sentido. Entró apesadumbrado a la habitación de su hija y miró sus cosas, sus libros, sus imágenes y comenzó a llorar, se sentía culpable de haberla enviado a Canadá a pasar un tiempo con sus tíos.

Ya se acercaba la noche y Stella no se atrevía a interrumpir a Jacob, quien hablaba con coherencia y lo más resaltante en sus expresiones era lo detallado de sus recuerdos, relató pensamientos, experiencias y expresiones como si fueran de fecha reciente.

Jacob prosiguió con su crónica, diciendo que había llegado a Salt Lake en el mes de mayo de 1996, hace precisamente 17 años, en su cabeza solo quería distanciarse del mal de su drama familiar, quería en una palabra olvidar todo y vivir novedades.

«Pero el destino tenía algo terrible listo para mí, un día entraron a la tienda de mi tío, (continuó Jacob) dos policías, para decirme que mi padre había matado a mi madre, que lo habían apresado y que pasaría el resto de su historia después de las rejas. Mi vida cambió radicalmente ese día«.

A los pocos días de haber popular a Amanda, Jacob se animó a invitarla a la feria, le gustaba bastante, se imaginaba pasando la vida con ella, a él le llama la atención un poco que ella aceptara ir con él, pero eso le logró soñar con la oportunidad de que tengan la posibilidad de estar juntos, se sentía enamorado.

 

Volviendo a la vivienda del doctor, este siguió mirando las cosas de su hija y se extrañó con un viejo álbum de fotografías que no sabía que su hija tenía, al notar las fotografías de cuando nació su hija, cuando la enseñaba a caminar y varios instantes memorables, se perturbó por ver algo excepcional en ellas, primero sacó el papel donde se encontraba escrito en nombre de su hija, el que venía en la caja con la cabeza de la joven.

Se fijó que en la parte de atrás, las fotografías tenían un asterisco muy bien centrado, de la misma manera que la nota con el nombre de su hija, también notó algo que antes no había visto, en el reflejo ve a su mujer desaparecida, que a lo largo de años estuvo allí, sin que él lo supiera.

La huida

27 de diciembre del 2013.

Stella y Jacob comentaron hasta la madrugada y el «decapitador» era quien controlaba la conversación, él seguía en su descripción de Amanda, alguien que, con solamente unos minutos de conocerla supo que era el cariño de su historia.

Súbitamente entra el doctor Jenkins, quien pensaba que por ser de madrugada ya estaría solo el prisionero, pero en lugar de eso encontró que seguía la agente con su evaluación. Jacob les decía con su ya habituada pasividad que no tiene que ver con homicidos aislados, que forman parte de un todo, un puzzles del cual ellos forman parte, y que va a finalizar frente a sus ojos.

En una inesperada confesión le dice a la agente Hyden que cuando buscó a Amanda para proceder a la feria como tenían premeditado, se encontró con una mujer demente, despeinada, con la cara desencajado, que entraba corriendo a una de las viviendas vecinas.

 

Esta mujer era Laura, la desaparecida mujer del doctor Jenkins, quien en la mitad de su disparidad convenció a un conjunto de individuos tanto o más desequilibrados que ella, que soñaba con nombres de mujer y fechas en las cuales debían fallecer, porque si no lo hacían desencadenarían males superiores para la raza humana.

De hecho, de aquí es de donde se generaba toda la disparidad, la cual iba infectando todo a su paso; los sueños de Laura le causaban pánico, se encontraba convencida que una muerte era mejor que la de miles y que así detendría el objetivo de los tiempos.

Cuando despierta el 27 de Diciembre en Boston, redacta sobre un pedazo de papel: «Stella Hyden, final de los días».

Preocupada por encontrarla Laura deambula por la calle, hasta que en un comercio donde había muchas pantallas de televisión encendidas, vio la reseña de la rueda de prensa en el hospital psiquiátrico, en primer chato ha podido ver a Stella.

El decapitador convenció a Stella que si lo dejaba salir y lo acompañaba, podrían parar muchas muertes que estaban por ocurrir y que era sustancial para solucionar la situacion, ella ingresa y empiezan a escapar.

 

Llegan a Salt Lake sorpresivamente están a Laura, quien en un tono amenazador les advierte que hay cosas que tienen que cumplirse al precio que sea. Después, de forma inesperada llegó el doctor Jenkins a la localidad en busca de respuestas.

Se ve que están en una horrible pesadilla donde nada tiene sentido, vuelven los mismos actores que 17 años atrás cruzaron sus vidas, para cambiarlas por siempre.

El desenlace

Cuando Amanda encontró ese papel con su nombre, no se imaginaba que era su sentencia de muerte, esa nota redactada desencadenó toda una sucesión de hechos, persecuciones que acabaron de forma horrible, sangrienta y mortal.

Jacob revela a un grupo de fanáticos, que asesinaban personas según los sueños de una mujer que se encontraba convencida de que con eso se evitarían muchas muertes, cuando despertaba de sus pesadillas escribía el nombre de su próxima víctima, la cual era vigilada de cerca, hasta hallar la oportunidad de matarla sin que la policía interviniera, en un período de disparidad sin fin.

Los nombres eran escritos en pequeños papeles por los seguidores de la disparidad de esta mujer, donde decía la fecha donde esa persona debía fallecer, además de tener la marca de la desaparición, en el reverso del papel un asterisco de 9 puntas, que frecuentemente aparecía como recordatorio de estar bajo los designios del destino.

 

Jacob tiene su soñada noche de amor con Amanda, quien le confiesa sus temores, él le asegura estar con ella y cuidarla siempre, pero su promesa de amor sería muy difícil de cumplir, cuando al despertar nota que su enamorada desapareció, la busca atormentado, sin poder hallarla.

Está con Steven, quien está preocupado por Amanda y en la mitad de su miedo por el paradero de ella, en un incidente fatídico atropella a su hija menor y la deja en coma. Para colmo de males, cuando están en el hospital la niña también desapareció. Alguno perdería la razón con esta sucesión de hechos terribles.

Ese verano, en un giro del destino Steven había perdido a toda su familia y estaba solo y aturdido; alguien le dejó en su casa una fotografía de su hija, amordazada y atada a una silla, sin lugar a dudas era Amanda, y haría lo que fuera primordial para recuperarla, sana y salva. Lograr este propósito le tomaría 17 años de su historia.

Stella forcejeó con Laura quien tenía a todos amenazados con un arma, Jacob la conocía, sabía que era de ella de donde provenía tanta muerte y desolación, hacía años la había estado cazando, al fin la tenía en frente. Jacob, Jenkins y Stella querían finalizar esto al fin y al cabo.

Ver el nombre de Stella en el papel le revolvió la cabeza a Laura, quien sentía unos deseos incontrolables de que desaparezca, según ella para socorrer el planeta de una catástrofe. Pero ella le dice, «no soy Stella Hyden, soy Amanda Maslow».

 

El destino llevaría a estas personas aparentemente desconocidas, a través de una carrera llena de disparidad y suposiciones, para intentar omitir la sentencia de muerte que tenían sobre sus cabezas, sin embargo, la confusión de los que perseguían a Stella Hyden, sería el punto final de esta historia, puesto que en este momento ella era Amanda Maslow, la chica que una vez fue, y que había vuelto a Salt Lake para finalizar la matanza exactamente en el mismo sitio donde comenzó.

Al llegar el FBI, Amanda y Jacob, sonreían el uno al otro sintiendo que habían vencido al destino. Como cita final del libro el creador escribe: «Todo en la vida tiene su por qué, pero unicamente se conoce cuando miras atrás».

En el final del libro el creador expone un relato con un final abierto, situado en un espacio de tiempo distanciado, en un sitio irreconocible, con un personaje que se relata al inicio de la obra solo en unas escasas páginas; hablamos de Carla.

Más adelante distante, una mujer joven está en un monasterio, el cual es frío, discreto, iluminado con la solemnidad de la luz de las velas; habitado por unos monjes misteriosos, que le llevan comida hasta la celda donde está.

Allí en la mitad de la oscuridad y en un aislamiento total, está una mujer sin mediar palabra, le distribución un papel con un nombre escrito: «Jacob Frost, diciembre del 2014«.

 

 

 

Revela más sobre las atrayentes proyectos de la literatura contemporánea en los próximos enlaces:

  • El día que se perdió el amor
  • La prueba del cielo
  • El origen perdido