Resumen del libro «El hotel encantado»

El hotel encantado

 

Wilkie Collins (1824-1889, Londres) fue un escritor bastante prolífico pero no así bastante reconocido con el pasar de los años. En su época tuvo muy éxito y se codeo con los enormes como Dickens, con el que llegó a emparentar y comunicar coprotagonismo en una obra de Dan Simmons sobre Dickens. Fue creador de la época victoriana de la literatura británica y como tal comparte ciertas características narrativas con sus coetáneos, más allá de que cada creador era un estilo sin haber un estilo que los uniera, solo géneros en los que encasillarlos.

«El hotel encantado» se muestra como una novela de secreto, que lo es, y acaba transformada en una novela gótica, que lo es también. Como otros autores de la época, agregado Dickens con sus «Papeles póstumos del club Pickwick» (pedazo de libro), Collins publicó esta novela por entregas (conocidos entonces por los términos ingleses installments o serials) en la Belgravia Magazine (revista por mes de literatura que contaba entre sus autores con Twain y Conan Doyle, entre otros).

La trama no es dificultosa de entrada, pero el progreso y la necesidad de comprender la realidad de los hechos dan lugar a una novela de secreto que llega a su punto álgido transformada en literatura gótica para terminar como una novela romántica (que no lo es). Lord Montbarry está puesto en compromiso con Agnes Lockwood; este deber se ve roto por la aparición en escena de la condesa Narona. El matrimonio de la novedosa pareja, un viaje y mortal estancia en Venecia que termina con numerosas desapariciones o muertes, ya se verá, dan pie para que la primera prometida, Agnes, y un personaje casual (no tanto), la señora Ferrari, quieran comprender la realidad que el palacio de Venecia, convertido en hotel más adelante, oculta.

La desaparición de dos hombres, el interés por conocer qué pasó, el hermetismo alrededor de algunos personajes… nos sitúan frente una novela de secreto en un ámbito especial un viejo palacio; palacio que se transforma en hotel para albergar la aparición de una cabeza sin cuerpo, ocasiones y seres sobrenaturales, la disparidad consecuencia de la maldad y los remordimientos y la tensión de los individuos nos trasladan a una narrativa gótica. Además, no ignorar los temas sociales y en particular el interés de esa parte de la sociedad “adinerada” por continuar pareciéndolo, o las ocasiones y hogares que nos muestran los individuos, nos recuerdan que acertadamente nos encontramos frente un creador de la época victoriana.

Las formas, sentimientos y procederes de los individuos son el verdadero hilo conductor del avance de la novela, los miedos, las angustias, las fidelidades y traiciones… adjuntado con esos instantes en los que se muestran los seres sobrenaturales, que nadie puede denegar que son completamente reales en esta obra, prueba de esto es que unicamente se muestran frente ciertas personas (como varios de nosotros quisiéramos, ocultar cuando la persona que nos acompaña no es de nuestro gusto o no nos da nada de nada…) con las que tiene un vínculo real.

He leído algunas críticas de este libro que lo califican como últimos coletazos y recuelos de la obra de Collins en el desenlace de su trayectoria, carente de la fuerza de sus primeras proyectos. Puede ser, cada cual opina como considera en cada instante, pero también es verdad que los escritores, como el vino, tienen diferentes instantes de maduración, y lo que para unos es un gusto basto, para otros puede ser “simplemente” complejo.