Resumen del libro Los que van a morir te saludan

Frédérique Audoin-Rouzeau (París, 1957) habitual en el planeta literario como Fred Vargas, cuenta, además de con el último Premio Princesa de Asturias (2018) a las Letras, con numerosos premios en los últimos treinta años (Trofeo 813 a la conveniente novela en francés, Premio de las Librerías, Duncan Lawrie International Dagger —actualmente llamado CWA International Dagger—, etc.) Su bibliografía es muy extensa y más que nada centrada en la novela negra, destacan entre sus proyectos la serie de “Los tres evangelistas” y la del Comisario Adamsberg. «Los que van a fallecer te saludan» es una novela fuera de estas dos primordiales series, redactada en 1987 y publicada en 1994.
Los tres emperadores, Claudio, Tiberio y Nerón, son tres amigos que estudian en Roma. El padre de Claudio, Henri Valhubert es asesinado a las puertas de palacio de Farnesio. El delito que debe ser resuelto ya está servido, para eso, el investigador Richard Valence deberá potenciar sus talentos deductivas. Además, una trama de robo de documentos históricos, secuelas políticas en la familia de Henri Valhubert, hijos (legítimos e ilegítimos), amores antiguos, nuevos y futuros (posibles e imposibles) y las eternas relaciones personales (con sus fobias y filias) darán cuerpo a esta novela que no dejará indiferente a ningún lector.
Por ejemplo, en mi caso, los tres emperadores me sacaron de mis casillas con sus reacciones de indiferencia, o aparente indiferencia, a los hechos que se van pasando. Sin embargo, esta actitud es la que llevará a Valence a andar sin rumbo entre las probables hipótesis y a arreglar, por a la suerte, los homicidos que se suceden en la narración, por lo cual es una actitud necesaria en el final de cuenta.
La narración prescinde de la fluidez que podría ser querible en la lectura para verse como un estilo contracorriente. Pero, lejos de convertir la lectura en algo insoportable, lo que nos ofrece es una conexión aún más grande con los diferentes individuos que como los tres emperadores se empeñan en poner problemas (consciente o inconscientemente) a la investigación de Valence. Sospecho que al inspector no le hará mucha felicidad ni el ritmo de los hechos que exhibe Vargas, ni la actitud de los implicados en la trama desde el primer delito hasta la resolución de los dos que se desarrollan.
La psicología de los individuos, la doble moral del obispo Lorenzo Viteli y la escasa moral política que se muestra en algunos individuos de la novela hacen de esta historia una lectura entretenida, plagada de instantes de querer continuar de manera más rápida para ayudar al pobre Valence a salir de esa tela de araña de obstáculos y medias verdades que los tres emperadores, Laura y Viteli van trenzando a cada paso que brinda el inspector. Pero que a la vez sugiere la necesidad de seguir enredando la realidad para abarcar más sobre la extravagancia de los individuos, hasta dónde llegará la carencia de moral del hermano del primer fallecido (y también de la policía) y cómo se justificará la doble moral del obispo.
Por lo que he leído en algunos foros, esta novela no posee relación con el estilo de las series que he comentado antes de Fred Vargas, así que sospecho que habrá que darle una ocasión a sus proyectos más conocidas para intentar abarcar las diferencias entre unas y otras.Enviado por:
Irene Muñoz Serrulla