Franz Kafka comienza su carta exponiendo la causa de ésta. Una cuestión establecida por su papá, y una sucesión de causantes que le previenen a Franz argumentar esa pregunta.
El miedo y sus secuelas me cohÃben cuando pienso en ti. Éste miedo no dejan muy
claras las explicaciones que asegura en esta carta, pero sin duda es un escrito que
expone el daño psicológico y emocional desde la niñez hasta en sus dÃas.
El adolecente –Franz- evade a su padre, no tiene empatÃa hacia él y muestra una
falta de gratitud. Los dos, padre e hijo confrontados en un juicio; donde los dos se declaran inocentes de la carencia de comunicación y distanciamiento, es visible la necesidad de Frank, por que se declare a su padre culpable, con la continua recopilación de testimonios.
Cabe denominar que esta carta fue redactada en el año de 1919 cuando Franz tenÃa
36 años. Es aparente que no era un adolecente llevando a cabo reclamos triviales a un padre
estricto. Con esta edad, el hijo deberÃa tener resignación por medio de la experiencia de vivir
con su padre, sabiendo con la madurez que dan los años que la multitud no cambian.
El pensamiento de Franz no era usual a comienzo del siglo XX. De manera que, si se leyera
esta carta sin comprender la fecha en que fue redactada, se podrÃa pensar que el constructor es un adulto de la generación de los 70´s.
Son páginas enteras de dura crÃtica hacia su padre, resaltando diferencias, su
método educativo, accidentes sucedidos, y comparaciones. Empieza sabiendo que la
imagen que tiene el hijo de su padre es idealista. “<…> Tú eras para mà el parámetro ideal de todas las cosas.” Todas las enseñanzas llegaban a ser ley y no se discutÃa, pero el conflicto comienza, cuando el niño mira que esa ley solo a él le gobierna.
Hermann Kafka le pide a Franz Kafka que tenga modales en la mesa, que no
hable con la boca llena y tenga precaución con las migajas, que sea educado con las
personas, que jamás pronuncie malas expresiones y que valla a la sinagoga regularmente,
ordenes que él mismo no cumple, contradiciendo su autoridad, y confundiendo a su hijo.
Él, era comerciante, y tenÃa varios empleados a su cargo; el hijo llegó a estar implicado en sus negocios, pero salió retirando poco a poco al no aguantar ver la manera en que él despotricaba contra sus empleados, al nivel que su hijo lo compara con un tirano. El dechado espiritual fue un fracaso, porque él no era leal a su fe y a sus prácticas judÃas por eso se generaron desintereses en esta área. Pasados los años, Franz comenzó a retomar su fe judÃa con la intención de arrimarse a su padre, pero solo consiguió el efecto contrario.
Franz se refugió en la escritura, como un medio de independencia, y tenÃa la idea que al
elegir una carrera, serÃa libre al fin de su padre. No obstante, ni la educación superior, ni los años, le brindaron independencia de él; y reprimido en fragilidad, intentaba realizar lo relevante que podÃa para salir adelante con su crónica. Las pretenciones de matrimonio solo quedaron intentos de independencia.
Franz vio a través del matrimonio que él podrÃa comenzar una única familia, lejos de su padre. En esta novedosa vida él serÃa libre de ser y realizar lo que quisiera, porque ahora mismo el serÃa el jefe de familia. Estas ideas se vieron frustradas por el continuo cuestionamiento de su padre, su falta de aprobación y su rechazo a todo intento de independencia. Por citar un caso, cuando Franz se reincorpora a la fe judÃa, la reacción de su padre es de asco y de rechazo.
Asegurando que solo la manera en que él profesa el judaÃsmo era acertado y no como lo profesaba Franz, quien estaba pidiendo muy de su padre, ya que se conoce que las generaciones en el pasado eran nada tolerables, y muy estrictas en relación a la educación. Para ser más especÃfico, la educación sexual.
Se puede poner énfasis, que Hermann Kafka solo estaba llevando a cabo lo relevante que podÃa con sus hijos, el recibió una educación de hecho más dura de que él estaba dando. Se puede abarcar esto por la aseveración que cuenta Franz en un fragmento de su carta: Trataste a ese niño como lo habÃan hecho contigo: Con dureza, gritos e furia. Sin duda, su padre solo querÃa que su hijo va a resultar exitoso, indudablemente heredándole su negocio y dándole su herencia, ésta era la conveniente forma -al método de Hermann- de exhibir amor a su hijo.
¿Te sirvió este archivo?
(50%) SI Â Â NO (50%)
(adsbyGoogle = window.adsbyGoogle || []).push({});
Compartir este resumen:
O bien, copie y pegue el siguiente código en su portal web, blog o foro:
<a href=”http://www.resumenes10.com/carta-al-padre-franz-kafka.html” target=”_blank”>Resúmenes Carta al padre. Franz Kafka</a>