Los Jefes Los Cachorros
Mario Vargas Llosa sus expresiones y las imágenes de Xavier Miserachs cuentan la crónica de Pichula Cuéllar, quien fue atacado sin piedad por un perro. Esta catástrofe, que debía mantenerse en misterio, marcó la crónica de un grupo de jovenes, «The Puppies», próximo de conocer la independencia, el cariño y el sexo.
Resumen de Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa
En este trabajo, se estudian los puntos más importantes de «Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa es una novela del escritor peruano, ganador del Premio Nobel. Antes que nada, se establecen diferentes categorías narratológicas que articulan la composición de la trama.
En segundo lugar, se identifican las primordiales prácticas importantes, que trabajan en el nivel de contenido y dan dificultad y sentido al texto. El método de análisis es semiótico y textual interpretativo, el foco primordial se estableció en la parte narrativa. Sobre esa base, se elaboró un modelo interpretativo correspondiente.
La conclusión es que Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa es una novela enormemente creativa desde el criterio narrativo. De hecho, la situación narrativa iniciativa por Vargas Llosa puede definirse como una supuesta narración autodiegética. Debemos suponer en una «suposición» para que el lector logre inferir la existencia de una primera persona en el narrador colectivo.
Este narrador siempre está presente pero subsumido en un grupo más extenso que lo tiene dentro. Aún más atrayente, tal narrador jamás se representa como un personaje aislado, por lo cual tenemos la posibilidad de deducir que algún personaje en el grupo inicial podría haber emitido esa información.
La historia se cuenta utilizando un lenguaje muy coloquial, lo que provoca que se acerque más al lenguaje oral. Esto añade a la novela un valor plus, dado que provoca que el texto sea más dinámico y más creíble. Fue intención explícita del creador hacer un texto que debería parecer más un cuento hablado que una novela clásico.
No obstante, estas creaciones trascienden la mera transgresión de los métodos narrativos habituales y establecen una visión testimonial de toda una generación de jóvenes peruanos. Además, esta novela también puede retratar las vidas y los valores de toda la sociedad de la clase alta de América Latina en la época del siglo XX, dado que la mayoría de los países de esta región distribuyen muchas características recurrentes en sus valores sociales. Lee una obra de América Latina Las venas de América Latina
Resumen por capítulos de Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa
Elementos narratológicos
A continuación, enumeraremos los elementos de la novela «Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa» más indispensables que estructural y formalmente estructuran estos elementos involucran elementos narratológicos muy indispensables, como el personaje principal, el narrador y la relación conflictiva que se puede detallar entre ellos.
También debemos tener en cuenta las identidades de los individuos y la utilización del lenguaje hablado informal como una utilidad primordial para crear la historia.
Protagonista singular vs. narrador colectivo.
Esta novela quiere ser un testimonio de su tiempo y la voz de su generación. De hecho, desde el mismo título, la pluralidad se insinúa. Y acertadamente, la narración es coral; este fenómeno actúa a través del cambio inmediato del pronombre dentro del texto.Esto establece por lo menos dos inconvenientes. El primero de ellos es la identidad del personaje principal. El otro es la identidad del narrador.
El protagonista
Según Genette, el sujeto no es solo el que transporta la parte más considerable de la acción o acciones, sino también el que lo comunica. Esta situación no supone siempre un solo personaje, sino también todos los individuos que forman parte, inclusive de manera pasiva.
Entonces, aunque Cuéllar es el eje evidente de la narración, él es solo como un integrante de un todo. Es verdad que todo da un giro alrededor de él, pero él no es automáticamente el personaje primordial, dado que ni la acción empieza con su fachada, ni acaba con su desaparición.
De hecho, la historia empieza con la llegada de Cuellar a Champagnat boy school como estudiante nuevo, y su posterior aceptación por el grupo de 4 amigos que estudiaron allí previamente. Los primeros párrafos relatan la entrada de Cuellar dentro del grupo:
«Todavía usaban pantalones cortos ese año, todavía no fumamos, entre todos los deportes, preferían el fútbol y estábamos aprendiendo a surfear, a zambullirse de la segunda tabla de los ‘Terrazas’, y eran repugnantes, sin pelo, curiosos , muy ágil, voraz. Ese año, cuando Cuéllar ingresó a la escuela Champagnat.
Hermano Leoncio, ¿es verdad que viene uno nuevo? Para el tercer «A»? Sí (…) Se apareció una mañana, aguantando la de su padre y (…) y en la clase el Hermano Leoncio lo sentó al fondo, con nosotros «.
Como podemos consultar, el párrafo empieza a comentar de ellos. Exhibe las acciones comunes en la vida del cuarteto original, no las de Cuéllar. Mientras se hace amigo de sus compañeros de clase, es recibido inmediatamente por ellos. Esta situación establece la uniformidad en el grupo, que solo será interrumpida por la catástrofe de Cuéllar.
El narrador: «vértigo pronominal»
El segundo inconveniente es el narrador de coral. Esta es una intención deliberada del creador, que en la presentación del libro dice lo siguiente:
«¿Quién iba a narrar la historia del niño mutilado? El vecindario. ¿Cómo hallar el narrador colectivo no borró las distintas bocas que hablaban por sí mismas? Después de desgarrar papeles, de a poco salió perfilando esa voz plural que se rompe en voces particulares y se renace en una que expresa todo el grupo «.
Genette (1988) y Prince (2003) establecen que el criterio radica en la visión en cuyos términos se muestra una historia, y que puede originar dos tipos básicos de narración. Primero está la narración heterodiegética, o la narración en tercera persona, en la cual el narrador está ausente de la historia y no participa en los eventos.
Después poseemos la narración narrativa en primera persona, que se distribuye en dos tipos: la narración homodiegética, donde el narrador es un personaje que participa en las ocasiones y eventos que se relatan; este criterio se corresponde con el narrador personaje principal y / o con el narrador testigo.
Y la narración autodiegética es una clase de narración homodiegética donde el narrador es también el personaje primordial y, entonces, unicamente se corresponde con el narrador personaje principal.
En este momento, en el texto, los escenarios diegéticos están siempre entrelazados y el criterio es complicado y variado, lo que crea una situación narrativa muy original. O’Neill llama al efecto de ventriloquia la representación que el narrador ejecuta dentro del texto narrativo de lo que argumentan o opínan los individuos.
O’Neill también otorga tres ocasiones posibles; la situación diegética máxima, que radica en reportar de manera directa los pensamientos de los individuos, como otro acontecimiento narrativo; la situación de mimesis máxima, donde los pensamientos y el habla se reportan textualmente.
En alguno de estas ocasiones solo hay una voz narrativa. La tercera situación es intermedia, que combina la voz del narrador y la del personaje, que sucede por una clase de «filtro»; en esta opción, el lector se ve estar «escuchando» dos voces simultáneas.
En «Los perros chiquitos de Mario Vargas Llosa controvierte los antiguos paradigmas y experimentos con múltiples voces, dado que el narrador está de forma simultanea dentro y fuera de la recitación. De hecho, la presencia del narrador «es invariable, dado que el narrador puede estar en su narración (como algún sujeto dentro de su enunciación) solo en primera persona».
Lenguaje oral y verosimilitud
Además del rápido cambio de narradores y puntos de vista, el lenguaje oral es otro recurso que el creador utiliza para lograr que la anécdota sea creíble. Esto tampoco es un misterio. En la introducción del libro, el creador lo señala abiertamente: «la verosimilitud dependía de esto: el lector debería tener la impresión de estar oyendo, no escuchando: la historia debería llegarle por los oídos».
Prince define la verosimilitud como la calidad por medio de la cual un texto se ajusta a un grupo de reglas «verdaderas». Los investigadores acuerdan una cuestión precisa: el alegato, asi sea en una conversación o como una actividad mental discreta, no solo brinda verosimilitud al texto, sino que también puede ser una indicación de los aspectos de un personaje; esto pasa a través de la forma y los contenidos.
De hecho, lo que dice un personaje, cómo dicen y en qué contexto es una manera «particularmente eficaz y económica» de determinar tanto al personaje que habla como a la gente con las que habla.
El lenguaje oral como una utilidad usada para poder la verosimilitud se materializa en la utilización del habla libre e informada. Según Prince, el alegato indirecto libre es aquel en el que se muestran los pensamientos de un personaje, en oposición a las afirmaciones.
Pero Vargas Llosa cuestiona esta iniciativa y la transporta al límite de lo que es viable. Al momento pasa del alegato indirecto libre al reportado: algunas ocasiones las acciones de los individuos se narran de forma indirecta, y algunas ocasiones sus pensamientos sí.
«Quién podría ser como tú», ha dicho Choto, vives una lujosa vida, lástima de que Judas no nos muerda, y él, no es por eso: los hermanos lo halagaron porque tenían miedo de su viejo. Bandidos, ¿qué le hiciste a mi hijo, cierro la escuela, te envío a la cárcel, no tienes idea quién soy, iba a matar a esa maldita bestia y al Hermano Director, cálmate, cálmate, señor.
Individualidad vs. colectividad
Se dijo que es recurrente la utilización de un narrador homodiegético subsumido en una voz colectiva masculina. Hay un núcleo coral (Choto, Chingolo, Mañuco y Lalo). Además de esos apodos, el lector ignora algún otra referencia nominal.
No conocemos sus nombres reales ni sus apellidos. Así, se produce una paradoja más clara: cuanto más grande es el nivel de privacidad dentro de la relación interpersonal, más grande es la ambigüedad. Oséa, cuanto más grande es la privacidad, más grande es la fusión colectiva y, en adelante, menor es la individualidad.
Tiempo narrativo
Esta es, sin lugar a dudas, la única característica que «Los cachorros» debe coincide con los paradigmas narrativos habituales. La narración se lleva a cabo de manera lineal. Empieza con la aparición de un personaje importante; el conflicto de este personaje, que perjudica a todo el grupo, se muestra inmediatamente, y la historia acaba de forma simultanea que muere.
Entonces, no hay saltos temporales; el texto no exhibe gadgets narrativos contemporáneos como el flash forward o el flashback, por lo cual la historia acaba desarrollándose en series temporales lógicas y estándar
La intención del creador no era solo contar la crónica de un niño castrado, que podría considerarse como una trama horrible, sino más bien bordar esa historia dentro de la evolución de algunos niños que crecen y se convierten en hombres.
Entonces, tal evolución tuvo que ser muy atentamente representada. Entonces, todo el texto se crea como una narración posterior, el criterio narrativo clásico, en tiempo pasado.
Isotopías misceláneas
En este momento, debemos tener una aproximación a las prácticas importantes más indispensables que el lector encuentra en «Los cachorros». Estas prácticas confieren a la novela su dimensión más importante desde la visión semiótica.
Desafiando el destino
La primera isotopía trata del desafío a lo irreconocible. Desde la catástrofe de Edipo, la civilización occidental se familiarizó con la fatalidad. El destino es ineludible, dado que es una decisión tomada por los dioses mismos.
A partir de ahora, al intentar evadirlo, uno no hace nada más que apresurar su cumplimiento. Además, dado que Cuéllar concluya siendo emasculada también puede llevarnos a suponer sobre la muy popular teoría psicoanalítica de Freud sobre el complejo de Edipo.
No obstante, Cuéllar se siente invulnerable, hasta el punto de retar la encarnación del mal y la irracionalidad: un perro feroz llamado Don Judas.
«A las 4 y cuarto estaban en el campo de fútbol (…) y en su jaula Judas se volvió loco, guau guadaña, erigió su cola, guau guau (…) Mierda si escapa un día, dijeron Chingolo (…) y Cuéllar sacó su pequeña daga y dio un swoosh, la separó, la descuartizó y la enterró, ahhhooooh, viendo al cielo aaahhh ooooh, con las dos manos en la boca, aahhhh ooohhhh, ¿cómo gritó como Tarzán?.
Profecías
Bal dice que las anticipaciones son menos recurrentes que las retrovisiones, dado que las primeras se limitan básicamente a una única y recurrentemente enmascarada alusión en el final de la fábula; tienen la posibilidad de complementar una futura parálisis a través de la cual se eliminan las cosas.
En una relación estrecha con el ítem previo, suceden dos tipos de anticipaciones, pero como son observaciones más que eventos, nos atrevemos a llamarlas profecías. Por un lado, poseemos lo que nos atrevemos a llamar auto profecías, aquellas en las que Cuéllar se ve pronosticar su destino.
Auto profecías
En algunos extractos de la novela, es nuestro Cuéllar quien introduce elementos de naturaleza predictiva. Todos estos elementos están relacionados con un eventual fin garrafal. Hay por lo menos dos de esos extractos. Esta es la manera en que el creador cuenta la desesperación de Cuéllar después de sentirse incapaz de proponerle matrimonio a Teresita:
«Entonces comenzó la crisis (…) Voy a proponerla o me suicido (…) ¡qué odio sintió, Lalo, hasta alcoholizarse, qué pena, Choto, y lo acompañaron, tengo ganas de matar, hermano!»
«Salimos a la avenida Grau y allí lo hallaron, acurrucados contra el volante de su poderoso Nash, temblando (…) Pichulita, vamos, no llores, y él abrazó el volante, suspiró y con la cabeza y voz quebrada, no, lloró, nadie lo había estado quejándose, y se secó los ojos con el pañuelo (…) y él, porque uno pasa en todo momento haciendo un trabajo como un ciervo, sudando como un cerdo, todos los días lo mismo, y súbitamente uno envejeció y murió, qué guay, ¿eh?.
Hetero profecías.
Hay por lo menos tres secuencias narrativas en las que Cuéllar es advertido por otros individuos. Estos individuos son siempre sus conocidos cercanos, asi sea dentro de su círculo íntimo de amigos o de sus propios padres. Es exactamente su madre quien otorga la primera advertencia:
«Y Cuéllar los recogió a sus 4 amigos en el poderoso Nash que su viejo le otorgó cuando alcanzó la mayoría de edad (…) y su anciana, cariño, no corres bastante porque un día iba a matarse».
El segundo también es actualizado por sus padres. Estos extractos también tratan el hecho de una muerte trágica y quizás inminente: «Cuéllar ya había tenido numerosos accidentes (…) te matarás, cariño, no hagas cosas locas, y su viejo, ya es bastante, jóven, cómo es que jamás cambias.
La tercera profecía procede de sus compañeros de clase y amigos de toda la vida. La situación tiene dentro dos ocasiones diferentes, pero que se tienen dentro dentro del mismo episodio gracias a su estrecha situación temporal.
«Pasó un día en el recinto policial, ¿o sí?», Hemos dicho, ¿aprenderá él y se cambiará a sí mismo con este escándalo? Pero unas semanas después tuvo su primer incidente grave, pasando por la desaparición (…) y el segundo tres meses después, la noche en que le estábamos dando a Lalo una despedida de soltero.
El monstruo
En Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa podemos encontrar otra presencia digna de mención: el perro y su naturaleza malévola. Greimas y Courtés (1979) detectaron un actante llamado «oponente» o «agresor». Y según Auger (2010) hay otras categorías que tienen la misma función; entre ellos poseemos el de «villano» y «antihéroe».
No obstante, esta definición no se ve encajar con la situación que podemos encontrar en «Los cachorros», esa es la razón por la cual una revisión del perro se ve necesaria.
La contrariedad de asociar al perro con un contrincante radica en un hecho complejo. No tenemos la posibilidad de saber con precisión cuál sería el software narrativo del supuesto contrincante. Entonces, el contrincante wold se deduce de la posición actantial que recibe dentro de la historia gracias a la carga semántica que se destinó a esa posición actancial.
«El monstruo está súbitamente allí, como la más enigmática de las presencias, como una irrupción inesperada o temida dentro de un horizonte de agradecimientos. Y su presencia es, en ese horizonte, la revelación violenta de una fisura, la manifestación desbordante de lo extraño (…) Es lo que acecha sin una tregua, desde el exterior acecha el orden de vida delimitado «.
Conclusión.
Tenemos la posibilidad de deducir que «Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa es desde el criterio narrativo, una historia enormemente creativa, dado que introduce métodos de recuento desatendidos, en los cuales saber quién es el narrador se regresa irrealizable.
Si Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa no creó un nuevo tipo de narrador, por lo menos amplió las técnicas habituales de narración de historias y las llevó a territorios inexplorados. No obstante, esta contrariedad técnica es muy menor, y es sin importancia para el lector, que la considera más un desafío que una impenetrabilidad.
Esto pasa porque el más grande triunfo que logran «Los cachorros» no es una colección de piruetas sintácticas, sino un testimonio de su época y de la gente que nacieron en esa época. A través de este texto, Vargas Llosa es con la capacidad de retratar convincentemente a toda una generación de jóvenes peruanos que nacieron a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Los distintos cambios en los intereses de los niños que dejan de serlo, más tarde se convierten en jovenes y por último entran en la edad avanzada, conforman un vívido documental. Es excepcionalmente importante para abarcar la evolución histórica y popular del Perú y de América Latina en su conjunto: esto se origina por los estilos de vida e intereses más semejantes de los pueblos que forman el sub conjunto de naciones. Quieres una historia de otro genero lee El llano en llamas
Mensaje de la obra Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa
Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa otorga el mensaje de Como estos amigos desde pequeños tenían almas nobles y muy unidas, después cada uno toma un sendero especial en esta red social fiera que mortifica al que no sigue sus estatutos o cumple sus condiciones.
El mensaje que transmite esta obra también diremos que no debemos rendirnos por obstáculos que nos entren en nuestras vidas, por el opuesto debemos estudiar a vivir con ello y estudiar a salir adelante con ello. Otra obra de Latinoamericana es Santa EvitaAnálisis de la obra Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa
Esta novela Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa esta programada en seis capítulos donde nos enseña la adolecensia , niñez, juventud y madurez. Esta bonita novela es narrada mas que todo por Cuéllar donde su tema primordial es el traumatismo dado que fue castrado por el perro y sus temas secundarios ya seria lo que fue el Amor y la Amistad.
El Creador Mario Vargas Llosa apreció los hechos en su colegio militar dado que ahí narro tan detalladamente su novela. Quieres entender el análisis de otra obra lee Rayuela
Argumento de Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa
Cuenta la historia Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa, Cuellar, un niño muy aplicado, que se traslada al colegio Champañag; Se esmera por integrar el grupo de su sección. Un día de entrenamiento el perro Judas lo emascula. Comienza su calvario todos lo que compadecen, se transforma en mediocre, sus amigos dejan la niñez y era al enamoramiento, pero el no.
Conoce a Teresita quiere buscar solución a su inconveniente, pero se inmoviliza y duda; hasta que se sumerge en el fracaso. Conoce una obra llamada Mi planta de naranja lima
Personajes de Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa
Los individuos de Los Perros chiquitos de Mario Vargas Llosa son: Pichulita Cuéllar, Lalo, Mañuco, Chingolo, Choto, Judas, Chambuca Molina, Fina Salas, Pusy Lañas, China Saldívar, Teresita Arrarte, Cachito Arnilla, Hermano Leoncio y hermano Luciom, Señor y Señora Cuéllar, Chispas. Conoce los individuos de la obra El retrato de Dorian Gray
Comentario de la obra
Mi opinión de esta novela es muy negativa por la triste que sufre el personaje de ser capado por el perro de la escuela y por medio de eso no puede transcurrir una vida comun a las demás, íntimamente este actor sufre bastante y se desmorona en su mundillo al orillo de la desaparición.
Novelas posteriores de Mario Vargas Llosa
La cuarta novela primordial de Vargas Llosa, fue publicada en 1981 y fue su primer intento de novela histórica. Este trabajo inició un cambio drástico en el estilo de Mario Llosa hacia temas como el mesianismo y el accionar humano irracional.
Recrea la Guerra de Canudos, un hecho en el Brasil del siglo XIX en el que un culto milenario armado resistió el asedio del ejército nacional a lo largo de meses. Como en el primer trabajo de Vargas Llosa, esta novela tiene un tema serio y serio, y su tono es oscuro.
La osado exploración de Vargas Llosa de la propensión de la raza humana a idealizar la crueldad, y su descripción de una catástrofe causada por el hombre causada por el fanatismo de todos los bandos, le valió a la novela un reconocimiento importante.
Gracias a la ambición y ejecución del libro, los críticos han argumentado que esta pertence a las superiores proyectos literarias de Vargas Llosa. Más allá de que la novela fué aclamada en Brasil, al principio fue mal recibida porque un extranjero se encontraba redactando acerca de un tema brasileño.
El libro también fue criticado como innovador y antisocialista. Vargas Llosa dice que este libro es su preferido y fue su logro más difícil.
Después de llenar La Guerra del Fin del Mundo, Vargas Llosa comenzó a escribir novelas que eran de manera significativa más cortas que varios de sus libros anteriores. En 1983, terminó La vida real de Alejandro Mayta (Historia de Mayta, 1984). La novela se enfoca en una insurrección izquierdista que sucedió el 29 de mayo de 1962 en la localidad andina de Jauja. Por último si quieres comprender una obra de otro genero lee El arte de la guerra