Resumen del cuento Los siete cabritillos

Los siete cabritillos El lobo y las siete cabritillas es un cuento de hadas de los hermanos Grimm… es posible que lo conozcas asimismo como Los siete cabritos, y es que este cuento se ha difundido con diferentes nombres.

Se trata de un clásico cuento con moraleja, al final de la historia vamos a aprender una lección sobre la prudencia. Leeremos este cuento corto juntos; entonces vamos a poder ver el cuento animado, vamos a hablar sobre la moraleja de Los siete cabritillos y asimismo concisamente sobre los cuentos de los hermanos Grimm.

Cuento Los siete cabritillos

Había una vez una cabra que tenía siete cabritillos. Mamá cabra cuidaba mucho a sus hijos, y los resguardaba de cualquier riesgo. De ahí que, toda vez que salía de casa para ir a buscar comida, repetía a los cabritillos:

¡Jamás abráis la puerta a absolutamente nadie cuando no estoy! El lobo es muy taimado y va a tratar de engañaros a fin de que le abráis la puerta. Prestad atención: si golpean a la puerta y escucháis una voz ronca, va a ser . Asimismo debéis mirar bajo la puerta: si veis unas patas oscuras, es el lobo, ¡tened mucho cuidado!

Una mañana, mamá cabra debía ir hasta el pueblo a buscar comida. Ya antes de salir, repitió a sus cabritos exactamente las mismas recomendaciones de siempre y en toda circunstancia:

Mucho cuidado hijitos míos, ¡el lobo está siempre al acecho!

-Si mamá,¡deja de preocuparte! Ve sosegada –respondieron en coro los cabritillos.

El lobo y las siete cabritillas

Pero mamá cabra tenía razón… ¡el lobo estaba oculto muy cerca aguardando que saliese! Apenas la vio distanciarse, fue a llamar a la puerta de la casa de los cabritos.–¿Quién es? -preguntaron los cabritillos

-Soy vuestra madre, abrid la puerta hijos míos- mintió el lobo.

Pero los pequeños recordaron las palabras de su madre, y no se fiaron.

– ¡Tú no eres nuestra madre! Mamá tiene la voz suave y la tienes muy ronca– afirmaron los cabritos sin abrir la puerta.

El lobo se fue muy enojado, mas enseguida se le ocurrió un plan. Birló doce huevos de un gallinero y se los comió todos, para aclarar y suavizar la voz. Entonces volvió a la casa de los siete cabritillos y golpeó nuevamente a la puerta.

¿Quién es? -preguntaron los cabritillos

-Soy , vuestra madre- dijo el lobo, tratando de imitar la voz suave de mamá cabra.

Los cabritos vacilaron, la voz era suave como la de su madre, mas no estaban seguros completamente. Con lo que se inclinaron para espiar bajo la puerta, y vieron que las patas que se asomaban eran oscuras… ¡era nuevamente el lobo!

– ¡Tú no eres nuestra madre! Mamá tiene las patas blancas– afirmaron los cabritos sin abrir la puerta.

El lobo volvió a irse de muy malhumor: ¿De qué forma era posible que esos cabritillos fuesen tan listos?

El lobo tiene un nuevo plan

Pero el desalmado no estaba presto a abandonar a su comida, conque inventó un nuevo plan. Fue hasta el molino y metió sus patas en la harina. ¡Ahora se veían muy blancas!

Volvió sobre sus pasos y llamó otra vez a la puerta.

¿Quién es? -preguntaron los cabritillos

-Soy , vuestra madre- dijo el lobo

Enséñanos la pata a fin de que podamos verla- pidieron los cabritos.

Al ver que las patas eran blancas como la nieve, los siete cabritillos pensaron que esta vez de veras era su madre quien llamaba a la puerta, y abrieron. Mas en un momento el lobo se abalanzó sobre ellos procurando comérselos. Los pobres cabritos corrían por toda la casa procurando escapar. Ciertos se ocultaron bajo las camas, otro en el horno, otro en el baño, otro en el guardarropa, y el más pequeño, en la caja del reloj. Mas el lobo los fue encontrando uno a uno, y comiéndoselos de un solo mordisco. Solo le faltó uno, el chiquitín, al que no pudo localizar.

Tan harto estaba de comer, que se tumbó bajo un árbol a dormir la siesta.

Mamá cabra al rescate

A los pocos minutos, mamá cabra retornó a casa y se desesperó al localizar toda la casa revuelta y ni indicio de sus hijitos. Entonces el pequeño escuchó a su madre y empezó a llamar desde la caja del reloj. Mamá cabra lo sacó de allá, y el cabrito le contó lo ocurrido.

Mamá cabra no iba a dejar que le pasase nada malo a sus cabritos. Cogió unas grandes tijeras, hilo y aguja y salió con el cabrito a buscar al lobo.

Cuando lo hallaron durmiendo, mamá cabra cogió las tijeras y le abrió la panza al lobo. Los 6 cabritillos salieron asustados, mas sanos y salvos. Para darle su justo al lobo, la mamá le solicitó a los cabritos que fuesen a recoger piedras pesadas y se las trajesen. Con estas piedras llenó la panza del lobo, que proseguía durmiendo de manera profunda. Entonces cogió aguja y también hilo, y volvió a cerrarle la panza. Terminada la labor, la cabra y sus siete cabritillos se distanciaron camino a casa.

Cuando el lobo se despertó, sintió mucha sed. Con lo que se aproximó hasta un estanque para tomar, y al agacharse al agua, el peso de las piedras hizo que se cayese dentro y se ahogara.

Ese día mamá cabra preparó un pastel para celebrar que estaban todos juntos, sanos y salvos. Los cabritillos celebraron cantando y bailando, abrazándose felices de que aquella peligrosa aventura hubiese terminado por siempre.

Los siete cabritillos, cuento animado

Es el turno del cuento animado de Los siete cabritos, una historia amena para poder ver con los peques.

La moraleja de Los siete cabritillos

La enseñanza tras este cuento es muy clara: debemos obedecer siempre y en toda circunstancia a nuestros progenitores y sobre todo ser realmente prudentes; no hay que fiarse de los ignotos, de manera especial cuando nuestros progenitores no están presentes.

Los cuentos de los hermanos Grimm

Los hermanos Grimm fueron 2 escritores alemanes que compendiaron y publicaron juntos un sinnúmero de cuentos populares. A ellos se deben las versiones más conocidas de los próximos cuentos (haciendo clic sobre cada uno de ellos vas a poder leerlos)