Resumen del libro Momo

Michael Ende (Alemania, 1929-1995) fue constructor de novelas y cuentos, primordialmente, y de teatro, ensayo, poesía…, en aparente segundo plano; nos regaló varias historias fantásticas. Fantásticas por la literatura que fue con la aptitud de hacer, y no tanto porque la historia narrada fuera irrealizable (algunas sí, o no… es ligado de cada lector). Entre sus proyectos está «Momo«, la narración de una pequeña niña en una sociedad que podría ser tanto la década de los 70, cuando fue redactada, como la presente, donde la leo yo por primera ocasión. En oportunidades un constructor que deberías haber leído en la adolescencia o juventud queda olvidado entonces y se traslada en el tiempo para maravillarte cuando eres adulta.
«Momo» es la narración de un niña que tiene una aptitud excepcional para escuchar a otros niños y a superiores, con la consecuencia instantánea que aquella persona que le cuenta lo que sea, historia real o inventada, siente un confort inmediato con Momo, sintiéndose quizá hasta la única persona en el planeta, porque en ese momento, para Momo es la única persona que tiene su atención. A través de esta cualidad, Momo se hace sustancial y muy querida para sus amigos. Pero la historia no podía ser tan fácil o tan bonita. Con el paso de las páginas, conocemos a los hombres grises, seres que se ocupan de engañar a la multitud para que quieran realizar más, trabajar más, estudiar más, jugar más pero sin diversión… y de esa forma no tener tiempo para nada de lo que realmente importa, son ladrones de tiempo y para ellos Momo es su enemiga, colocado junto con el Maestro Hora (dador de tiempo a cada persona).
Momo es el reflejo de la simplicidad, no sueña con bienes materiales, solo con tener amigos y poder pasar su tiempo con ellos. De hecho, Momo es pobre y vive en un anfiteatro ruinoso; pobre como lo entendemos comúnmente, pero es millonaria en amigos que la asisten, la cuidan, la alimentan cada día… Es esta simplicidad la que el constructor quiere resaltar frente a la vida cada vez más cansador de niños y superiores. Es asombroso, o al menos fué asombroso para mí, leer un libro que fue escrito en los 70 y que refleja una situación tan de hoy, la falta de tiempo, la lista interminable de cosas por realizar, la cada vez menor atención a niños y ancianos… Pero solo con parar un momento y reflexionar, no es difícil entender que cada época tiene sus prisas y sus problemas para la multitud, y indudablemente terminen siendo las mismas, pero vistas con diferentes ojos, según nos toquen de cerca o de lejos.
Ende nos ten presente que en oportunidades ir más despacio piensa continuar más y mejor (aquel «vísteme despacio que tengo prisa» del refranero español); que no debemos olvidar ni perder a nuestro niño interior y que debemos dejar que viva y se divierta siempre que sea posible; que escuchar se ve fácil, pero que en una sociedad impregnada de velocidades eternas, no resulta tan fácil y cada vez se ve que nos es menos incitante (eso sí, comentar como locos, sin sentido y sin pensar cada vez lo hacemos mejor…); que la imaginación no debe ser únicamente una característica de los niños, sino que los superiores debemos entrenar esa aptitud y desarrollarla hasta el infinito; que las lecturas juveniles tienen la oportunidad de esconder mensajes para adultos…
Momo es un libro juvenil que todos los superiores deberíamos leer (o releer, según el caso) porque es un toque de atención indispensable en todo momento. Un fácil «para y reflexiona; siéntate y escucha; date tu tiempo; dame mi tiempo…».