Creyeron que lo propio solo iba a duraruna estación. Lo que no sabían era que ciertas pueden ser infinitas.
Eleonora, Nora para los amigos, tiene cuarenta y uno años, una hija de prácticamente quince, Lara, y siente que su vida ya ha dado de sí todo cuanto podía dar. Se casó con Fernando, su novio de la universidad, puesto que un embarazo inopinado hizo que abandonase su trabajo de cronista y se resignara a cuidar a su pequeña y a vivir a la sombra de su triunfante marido y sus pudientes suegros. Esta trayectoria se quebró de manera brusca el día en el que Fernando murió en un accidente. Un par de años después, Lara está a puntito de irse a hacer un curso en Inglaterra. Espoleada por su mejor amiga, la incombustible Úrsula, Nora decide mudarse a Londres para estar cerca de su hija, retomar su carrera de periodistafreelancey redactar una novela. Instalada en un bello piso en Notting Hill, su casero es un modelo reconvertido en pintor con el que brincan chispas desde el primer encuentro. A lo largo de esos meses sola, Nora recobrará su independencia, sus ganas de hacer cosas, va a hacer amigos y, lógicamente, se embarcará en una historia que, pese a sus sacrificios por sostenerla amaestrada, va a poner su planeta al revés.