Resumen del cuento Pinocho

Pinocho os otro de los cuentos infantiles clásicos que se ha hecho más renombrado en su versión Disney que en la original. Mas el cuento que escribió el italiano Carlo Collodi entre 1881 y 1883 tiene muchas diferencias con la película animada. Su nombre original es Le avventure di Pinocchio. Storia di un burattino (Las aventuras de Pinocho. Historia de una marioneta); la novela relata las aventuras de esta marioneta animada bastante traviesa; mas en la historia de Collodi el hada no da vida al títere, el grillo Pepito apenas aparece, y las diferencias no terminan allí… ¡y vamos a descubrirlas todas y cada una por el hecho de que el día de hoy os traemos el cuento original de Pinocho! Hemos preparado una versión corta, puesto que la original no es un cuento, sino más bien una novela.

La fábula de Pinocho presenta una moraleja rica de reflexiones morales; ha sido traducida en 260 idiomas, amoldada cientos y cientos de veces para cine, teatro, televisión; y hasta se ha introducido en el léxico y el imaginario común: ¡a los mentirosos les medra la nariz como a Pinocho!

Además de compartir el cuento de Pinocho veremos un bonito cuento animado, y para finalizar reflexionaremos juntos sobre la moraleja de este cuento.

Las aventuras de Pinocho

Había una vez un carpintero llamado Antonio que tenía en su taller un bloque de madera, que pensaba utilizar para hacer las patas de una mesa. Cuando el carpintero se dispone a trabajar y empieza a dar los primeros golpes a la madera, esta empieza a hablar:

-Por favor, ¡no me pegues realmente fuerte!

Antonio, fallecido de temor, no puede opinar lo que escuchan sus orejas. En ese instante llega a su taller su amigo Geppetto, que asimismo es carpintero. Geppetto busca un pedazo de madera con el que edificar una marioneta para hacer espectáculos, puesto que es muy pobre y con su trabajo de carpintero no le alcanza para vivir. A Antonio se le ocurre que la madera parlante es ideal para su amigo, y se la obsequia.

Geppetto se lleva la madera a casa, y empieza a cincelar su marioneta, a la que llama Pinocho. Todavía ya antes de estar terminada, la marioneta empieza a charlar y prueba enseguida su carácter travieso y un tanto malicioso, burlándose del carpintero y haciéndole gracietas de todo género.

A pesar de ello, Geppetto se encariña mucho con Pinocho y lo considera como un hijo: cuando lo acaba le enseña a pasear, mas el muy travieso apenas aprende a poner un pie delante del otro, ¡escapa cara la calle! Geppetto sale corriendo detrás de él; un agente de la ley ve la escena y detiene a Geppetto, creyéndole un mal padre. El policía se lleva al carpintero a la prisión, y el travieso Pinocho retorna a casa.

El encuentro con el grillo que habla

En casa la marioneta se halla con un grillo que habla, y además de esto es muy sabio. El grillo advierte a Pinocho sobre su comportamiento:

-Ten mucho cuidado -lo advierte- lo que has hecho a tu pobre padre está muy mal, y los malos comportamientos siempre y en todo momento llevan a caminos peligrosos.

-¿Y que puedes saber? ¡Eres solo un grillo! ¡Yo hago lo que deseo!

-¡Inconsciente! – le reprocha el grillo- ¡esa actitud solo te va a traer inconvenientes!

Enfadado por las palabras del grillo, la marioneta se llena de saña y coge la primera cosa que halla a mano, un martillo; lo lanza contra el grillo con tanta mala suerte, que lo aplasta matándolo. Pinocho no deseaba hacerlo, solo estaba muy airado, y en seguida se arrepiente; mas el daño está hecho y la marioneta pronto se olvida de lo sucedido.

Pasan las horas y Pinocho está hambriento; decide salir de casa para solicitar comida, mas lo único que logra es que le tiren un cubo de agua por la cabeza. Vuelve a casa empapado y fallecido de apetito, y se duerme apoyando sin percatarse los pies sobre una estufa. Al día después Geppetto sale de cárcel, vuelve a casa y halla a Pinocho sin comer, con los pies quemados y llorando: le da de comer y le edifica 2 nuevos pies. La marioneta agradecida, le hace una promesa: ¡va a ir a la escuela! Geppetto le elabora ropa de papel, y pese a que es invierno y hace mucho frío, vende su chaqueta para adquirirle los libros.

Pinocho hace otra vez de las suyas

Pinocho sale para la escuela, mas por el camino escucha una música: se aproxima y descubre que procede del Gran Teatro de las Marionetas. No resiste a la tentación y vende sus libros para poder adquirir la entrada. Mientras que mira el espectáculo, las marionetas que están en el escenario lo ven y se conmueven mucho: interrumpen la actuación para charlar con él, mas el titiritero Comefuego se enoja mucho, y amenaza con lanzarlo al fuego. Pinocho tiene mucho temor y también suplica al titiritero que le perdone, con lágrimas en los ojos. Comefuego se conmueve y lo libera, mas además de esto le obsequia cinco monedas de oro a fin de que le lleve a Geppetto.

El encuentro con el Gato y el Zorro

Mientras retorna a casa, Pinocho se escuentra con 2 individuos de temer, el Gato y el Zorro. Con ingenuidad les cuenta sobre las monedas de oro que recibió, y los 2 estafadores lo persuaden a enterrarlas en el Campo de los Milagros:

-Si sepultas tus monedas en este campo prodigioso, ¡medrará un árbol mágico lleno de monedas de oro! -le dicen

La marioneta les cree y los prosigue. Ya antes de llegar deciden entrar a un hostal donde comen y toman hasta hartarse y todos deciden pasar la noche allá. Mas de madrugada los 2 ladrones escapan dejando a Pinocho solo a abonar la cuenta con una de sus monedas. Mientras que se marcha del hostal, Pinocho recibe la visita del espíritu del Grillo que habla, que vuelve a advertirle:

-¡No creas en la palabra de quién promete riquezas simples Pinocho!

La marioneta no le hace caso y se dirige cara el Campo de los Milagros. Mas por el camino, el Gato y el Zorro disfrazados para no hacerse reconocer, le prosiguen para hurtarle sus monedas. Pinocho las oculta, y al no poder localizarlas, los desalmados le dan una tunda y lo dejan maltrecho.

Un hada salva a Pinocho

Una bella pequeña con pelos color turquesa, que realmente es un hada, recoge a Pinocho y lo lleva a su casa. Allá aparece, prodigiosamente vivo, el Grillo que habla, y le explica al hada que Pinocho es un pequeño desobediente que hace padecer mucho a su papá. Al oír estas palabras, la marioneta abre y los ojos y empieza a llorar; le cuenta al hada la historia del Gato y el Zorro, mas cuando le pregunta qué ocurrió con las monedas de oro, Pinocho le engaña diciendo que las ha perdido, cuando realmente las tiene en el bolsillo. Al percatarse de que el hada sabe que está mintiendo, se corrige:

-¡No! Ahora que recuerdo me las han robado… ¡ah no! Se me perdieron en el bosque…

Con cada nueva patraña, la nariz de Pinocho crece un tanto. Y medra tanto, ¡que se clava en una pared! El Hada le explica que hay 2 géneros de patrañas: las mentiras de patas cortas, y las de nariz larga, como las suyas. Con su magia acorta la nariz de Pinocho, que vuelve a su forma normal. Entonces la marioneta sale de la casa para buscar a Geppetto, que está dirigiéndose cara allá por el hecho de que el Hada les invitó a vivir con ella en el bosque.

Un nuevo encuentro peligroso

Por el camino, Pinocho se halla otra vez con el Gato y el Zorro, y es tan estúpido de creerse otra vez el cuento del Campo de los Milagros. Sepulta las monedas, y el Gato y el Zorro le afirman que vuelva después para poder ver el árbol; mientras desentierran las monedas y se escapan. Cuando Pinocho retorna y descubre el engaño, va a denunciar el hurto en la urbe vecina, mas el juez decide que ha de ser él a ir preso por ser tan inocente. De esta manera, Pinocho pasa cuatro meses en la prisión.

Al salir de cárcel Pinocho desea volver a la casa del Hada. Pero al llegar, no halla a absolutamente nadie. Agobiado empieza a llorar; una paloma lo escucha y le dice:

-Pinocho, ¡tu padre está a puntito de partir en un navío para procurarte! Ha removido cielo y tierra para hallarte, y como no lo ha conseguido, ahora decidió continuar su busca en el Nuevo Planeta. Ha construido un pequeño navío y está a puntito de partir, ¡ven conmigo, te voy a llevar con él!

Pinocho y Geppetto se hacen a la mar

La paloma lleva a Pinocho hasta la costa,  mas es demasiado tarde: Geppetto se ha hecho a la mar y está en serias contrariedades, por el hecho de que las grandes olas están por hundir el navío. Agobiado, Pinocho se lanza al agua, mas asimismo es arrastrado por las olas, que tras una noche entera a la deriva, lo depositan en una isla. Un delfín le cuenta que su papá ha sido tragado por una horrible ballena que vive en esas aguas, y le señala la dirección del pueblo más próximo a fin de que solicite ayuda. Cuando llega al pueblo, Pinocho solicita dádiva, mas los habitantes del sitio le afirman que debería trabajar para intentarse el pan como hacen todos. Entonces la marioneta admite asistir a una señora a cambio de un pedazo de pan, y descubre que la señora no es otra que el Hada, que se ha transformado en una bella mujer.

Pinocho va a la escuela

El Hada disculpa a Pinocho por el hecho de que lo ve alterado, y le asegura que lo transformará en un pequeño de veras si se porta bien y va a la escuela un año entero. Pinocho admite y es muy feliz en la escuela, tanto que a lo largo de prácticamente un año entero se comporta realmente bien y no falta ni un día. El Hada está muy contenta:

-Pinocho, has cumplido tu promesa: ¡mañana te transformaré en un pequeño de veras!

Pinocho, orate de dicha, va corriendo a contarle todo a su amigo Lucingnolo; lo halla en el campo, aguardando:

-¡Estoy esperando el carro que me va a llevar al País de los Juguetes! Es un sitio fantástico donde no existe la escuela, y la gente se divierte de la mañana de noche.

Pinocho se deja persuadir y se sube al carro con su amigo.

En el País de los Juguetes

Pasan cinco meses, Pinocho y Lucignolo prosiguen de celebración. Mas un día, la marioneta se lúcida y descubre con horror ¡que sus orejas se han transformado en orejas de burro! Corre a ver a su amigo y descubre que a él asimismo le han crecido las orejas. Al oírlos chillar, una marmota que vivía cerca les explica:

-Os habéis contagiado la fiebre de burro. Es una enfermedad que ataca a los pequeños que piensan solo en divertirse y dejan de ir a la escuela. Y lo peor es que en breve, ¡os transformaréis en burros enteramente!

La predicción de la marmota se cumple, y los 2 amigos en escaso tiempo se ven transformados en burritos. El dueño del carro que les había llevado al País de los Juguetes los quiere vender en el mercado, mas el Hada aparece para asistirle y con un toque de su varita lo transforma de nuevo en marioneta. Pinocho escapa corriendo, y para salvarse de sus raptores se lanza al mar. Allá, para su sorpresa, halla a la horrible ballena que se lo traga de un solo mordisco.

Una sorpresa inesperada

Pero el destino tiene reservada para Pinocho la mayor de las sorpresas: en la gran boca de la ballena… ¡halla a su papá! Geppetto ha pasado un buen tiempo en la ballena, subsistiendo merced a las proviciones de comida de un navío que la ballena se había tragado ya antes que a él. Los 2 se alegran mucho de verse, y entre lágrimas deciden escapar juntos: aprovechan una distracción de la ballena que a lo largo de la noche duerme con la boca abierta, y escapan. Geppetto no sabe nadar, con lo que Pinocho lo carga en sus espaldas y nadando, llegan a una playa.

Pinocho prueba su buen corazón

Padre y también hijo hallan una cabaña donde cobijarse, mas Geppetto, que es mayor y ha pasado muchas dificultades en los últimos tiempos, se halla muy enclenque. Pinocho logra un trabajo en una granja vecina, y consigue ganar algún dinero para poder sostenerse a sí mismo y a su padre. Con el tiempo, consigue ahorrar unas monedas para poder comprarse ropa, mas mientras que está dirigiéndose al mercado se halla con un caracol que le cuenta que el Hada, enferma y muy pobre, está postrada en cama de un centro de salud.

Pinocho no duda un momento, y le da sus monedas al caracol a fin de que las lleve al Hada. Además de esto le solicita que le afirme al Hada que va a trabajar más horas al día para ganar más dinero, para poder traerla a vivir con ellos. Esa noche, en sueños, el hada se le aparece a Pinocho, preciosa como siempre y en todo momento, y le dice:

-Pinocho, has probado un enorme corazón cuidando de tu padre y preocupándote por mí. De ahí que te perdono todas y cada una de las horribles travesuras y todas y cada una de las elecciones ególatras que has hecho- y sonriendo, desaparece entre una nube de polvo de estrellas.

Un pequeño de verdad

Cuando amanece, Pinocho se lúcida y no puede opinar lo que ven sus ojos: la cabaña se ha transformado en una linda casa, su padre ha recuperado la salud y trabaja nuevamente como en los viejos tiempos y él… se mira las manos y no sale de su asombro: ¡se ha transformado en un pequeño de carne y hueso!

Loco de la dicha, llama a su padre y los 2 se abrazan emocionados: «¡qué contento estoy de ser por último un pequeño de veras!»

Pinocho, cuento animado

Os dejamos asimismo la versión animada del cuento infantil Pinocho. Vais a ver que es una versión más inspirada a la película de Disney:

La moraleja de Pinocho

La moraleja de Pinocho es bastante clara ¿no os semeja? Las mentiras solo conducen a desgracias, y hacen padecer a quienes deseamos. Los comportamientos egoístas y también irresponsables pueden parecer al comienzo amenos, mas con el tiempo, lo que realmente conduce a la dicha es la generosidad y la bondad, cuidar a las personas que deseamos y ser responsables de nuestros actos.