Abril, mil novecientos noventa y ocho. Port Townsend, condado de Jefferson. Una joven sale de su casa y no retorna jamás. Veinte años después, en el corredor de un súper de exactamente la misma urbe, Ophelia se pregunta dónde está su padre.
Ha llegado desde Londres para procurarlo y demandarle la novela que le hurtó y firmó con su nombre, mas semeja que el escritor más importante del instante, Emanuel Fitzpatrick, ha desaparecido de la faz de la tierra. Solo quedan de él un indicio de postales que le hace llegar a su hija, si bien no está convencida de que sean suyas.
Una serie de secretos oscuros comienzan a destaparse cuando halla una caja de fotografías de Primrose Rogers, la joven que desapareció en la primavera de mil novecientos noventa y ocho, en el despacho de su padre.