Es un libro de Horacio Quiroga, anunciado en 1917, con el que hace un compendio de los cuentos escritos en los quince años anteriores.
Destaca ver que la distancia metafísica es colosal en relación a sus candorosos cuentos de la selva, soberbios cuentos infantiles en que los animales parecen más humanos que el hombre invasor de la alegría selvática.
En cuentos de amor de disparidad y de muerte, se puede leer al Quiroga que ha popular muy de cerca las realidades del amor, de la disparidad y la desaparición, realidades que son, en ultimas, la recurrente trágica que atraviesa los cuentos escritos por un ser solitario como hombre y como escritor.
Pero en los Cuentos de un hombre aislado en medio de una selva, escenificados en la región fronteriza de metas, se nota a Quiroga ya distanciado de lo que aprendió leyendo a Mauupassant o a Chejov. Algunos cuentos reunidos en el volumen de 1917, tienen la posibilidad de ser desquiciados y morbosos, pero sin dear de ser el tributo a la maestría, en un genero que es patrimonio literario del sub-continente latinoamericano.
A pesar de lo horrible que es el episodio de la gallina degollada, puede notarse la trascendente frialdad de la narración y como allí domina una lógica imperturbable y aniquiladora. Los 4 niños idiotas aprendieron en el corral como degollar a su propia hermana, la única habitual en la vivienda.
En El solitario, un hombre obsesionado con un trabajo de orfebre asesina a su mujer clavándole un alfiler en el corazón.
Tal se ve que en Quiroga no permanezca la iniciativa de triunfo o de felicidad plasmada en sus cuentos. Los seres sencillamente luchan, se combaten entre si y enfrentan los obstáculos de la naturaleza. En la noche, el velador de una tienda y su mujer remontan a Paraná cuando esta peligrosamente crecido.
El hombre es envenenado por una raya y la mujer debe remar sola a través de la noche. Los individuos que se mueven por los cuentos son individuos aislados, solitarios, que han favorito la selva como lugar de vida a la voracidad popular de las localidades. A través de todos sus cuentos, el escritor Uruguayo, edifica una impugnación sobre la ineptitud del hombre de la región y recalca la superioridad de los hombres y los animales.
A estos últimos, los muestra sumidos en una felicidad especial, en un sentido de la vida mayor a las torpezas humanas. En la miel silvestre, un joven de la región proporciona un recorrido por la selva como su anduviera por un parque.
Come algo de miel silvestre, le sobreviene una parálisis y muere devorado por las hormigas. En el cuento alegórico La patria, los animales de la selva aspiran a la perfección intelectual, leen libros humanos y tratan de vivir acorde a las leyes humanas.
En La insolación, dos perros yacen a la sombra a lo largo de una dañina onda calida, mientras su amo trabaja imprudentemente bajo el sol que ya ha aniquilado a un caballo.
En determinante, Horacio Quiroga quiere subrayar el contraste entre la descomposición de la vida humana y la natural armonía en que viven los animales. Todos sus cuentos están poseídos por una intensidad señalada por el interés que despiertan desde las primeras oraciones. Con escasas líneas, pinta el ámbito que circunda al hombre, y mientras el relato avanza, crece la tensión y se hacen precisos los problemas. Por último, para Quiroga, un cuento debe ser una obra escueta, recta y limpia, de un progresivo avance ininterrumpido.
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