Una historia relatada por Gustavo Adolfo Bécquer, reconocido escritor quien cuenta la crónica de un capitán de guerra, quien sendero a su guerra se conquista de una escultura. Amorío que seria contraindicado para el capitán.
Personajes
- El capitán. El joven personaje primordial de la historia, quien se conquista de una escultura.
- Elvira. La escultura que se encontraba en la iglesia dejada.
Resumen
Este libro cuenta la crónica de un grupo de soldados, quienes estaban sendero a la guerra por conseguir el poder la cuidad de Toledo. En el sendero a la cuidad necesitaban encontrar un refugio donde tengan la oportunidad de descansar, y mientras caminaban y caminaban, los soldados seguían sin poder encontrar un espacio en donde tengan la oportunidad de pasar la noche. Hasta que por fin encontraron una iglesia dejada, en donde eligieron alojarse.
A la mañana siguiente el capitán de grupo se comunicó con otros correspondientes del grupo de soldados que estaban instalados en la cuidad de Toledo. En media charla con sus compañero les comento que él y su grupo de soldados habían pasado la noche en una iglesia dejada y que allí había aparecido una mujer hermosa con la que el había estado distribuyendo durante el trascurso de esa noche. Pero ocasionalmente esa mujer era la misma escultura de mármol que estaba sobre una de las tumbas del patio trasero de la iglesia. Los soldados al escuchar lo que el capitán les estaba contando, ellos comenzaron a burlarse de él y a decirles que eran incoherencias lo que estaba hablando.
El les mencionó que esa noche los esperaba en la iglesia dejada para conseguir beber un poco y que el les mostraría a la mujer. Dicho así, los soldados llegaron a lo largo de la noche, ellos estuvieron bebiendo hasta quedar completamente ebrios por consiguiente alcohol que habían ingerido. El capitán los llevo a la parte de atrás de la iglesia y allí les mostro la escultura de la mujer, en la inscripción de la lapida que estaba bajo la escultura, decía nombrarse la mujer Elvira y a la par de esa lapida se encontraba la de su marido. El capitán de tan ebrio que se encontraba, se para frente a la escultura del marido de Elvira y le escupió alcohol en la cara de la escultura y le mencionó que el estaba enamorado de su mujer Elvira, diciéndole también que la besaría.
Así que el capitán se dirigió frente a la escultura de Elvira, y cuando estuvo apunto de besarla, de la nada el capitán cayó al suelo con la cara totalmente destrozada y sangrando por los ojos y la boca. Los soldados que presenciaron lo ocurrido, dijeron que la escultura del marido de Elvira, había cobrado vida y con su mano de mármol le había dado un puñetazo en la cara al capitán, por haber amado besar a su querida Elvira.