Resumen del libro «El General en su Laberinto»

Simón Bolivar, El Libertador fue un hombre arduo, conozca parte de su crónica a través de esta obra de Gabriel García Márquez, El Normal en su Enredo. Es un relato ficcional de los últimos siete meses de Simón Bolívar, libertador y líder de Gran Colombia.

Tras el éxito de Cien primaveras de soledad y El Amor en la época del cólera, García Márquez quiso escribir sobre el Libertador» luego de observar una novelística inacabada de su amigo Álvaro Mutis.

Tomó prestado el ámbito -el delirio de Bolívar por el río Bizcocho en 1830- desde Mutis. García Márquez pasó dos primaveras investigando el tema, abarcando las extensas memorias del ayudante de campo irlandés de Bolívar, Daniel Florencio O’Leary, así como numerosos documentos históricos y consultas con académicos.

Resumen de El General en su Laberinto

La novela El General en su Laberinto tiene una narración en en tercera persona. Comienza el 8 de mayo de 1830 en Santa Fe de Bogotá. El General  está llevando a término los preparativos para su delirio en torno a el puerto de Cartagena de Indias, con la intención de salir de Colombia en torno a Europa.

Posteriormente de su renuncia como presidente de la Colosal Colombia, la multitud de las tierras que liberó se volvió contra él, garabateando graffitis contra Bolívar y arrojándole basura.

El Normal está ansioso por seguir delante, pero debe recordarle al Vicepresidente electo, el Normal Domingo Caycedo, que aún no ha recibido un pasaporte válido para huír del país. El universal sale de Bogotá con los pocos mandatarios que aún le son leales, añadido su confidente y audiencia de campo, José Palacios.

En la primera confusión del delirio, el Normal se queda en Facatativá con su séquito, que radica en José Palacios, cinco ayudantes de campo, sus empleados y sus perros. Aquí, como en todo el delirio que sigue, la pérdida de prestigio del Normal es evidente; la recesión en su fortuna pasión la atención de hecho al propio Normal.

El padecimiento del Normal, del cual no dicen su nombre lo convirtió en un hombre en un estado de ofensa físico, lo que lo hace que no sea agradecido, y su ayudante siempre lo confunde con el mismo libertador.

Posteriormente de muchas demoras, el universal y su partido llegan a Honda, donde el administrador, Posada Gutiérrez, ha arreglado tres días de fiestas. En su última confusión en Honda, el Normal regresa tarde al campamento y encuentra a una de sus viejas amigas, Miranda Lyndsay, esperándolo.

El universal ten presente que hace quince primaveras, ella había popular de un complot contra su crónica y lo había rescatado. A la mañana posterior, el universal comienza el delirio por el río Bizcocho.

Tanto su debilidad físico como su orgullo son evidentes mientras avanza por la falda en torno a el parada: necesita una arnés de manos pero se niega a usarla. El montón permanece una confusión en Puerto Existente, donde el universal afirma que ve a una mujer cantando durante la confusión. Sus ayudantes de campo y el vigilante hacen una búsqueda, pero no logran comprender ningún signo de una mujer que haya estado cerca.

El universal y su comitiva llegan al puerto de Mompox. Aquí son detenidos por la policía, que no reconocen al Normal. Piden su pasaporte, pero no puede ocasionar uno. Ocasionalmente, la policía revela su identidad y lo acompaña al puerto.

La multitud todavía piensa que es el presidente de Colosal Colombia y prepara banquetes en su honor; pero estas festividades se desperdician en él por medio de su errata de fuerza y ​​apetito. Posteriormente de varios días, el universal y su séquito partieron en torno a Turbaco.

El montón dura una confusión sin cerrar los fanales en Barranco Novedosa ayer de seguir a Turbaco. Según lo premeditado debian seguir a Cartagena al día posterior, pero el Normal es informado de que no hay un barco con destino a Europa desde el puerto y que su pasaporte aún no llegó.

Durante su estancia en la ciudad, recibe una reconocimiento del Normal Mariano Montilla y algunos otros amigos. El ofensa de su sanidad se hace cada vez más evidente: uno de sus visitantes señala su cara como la de un hombre muerto.

En Turbaco, el Normal Daniel Farrencio O’Leary se integra al Normal y recibe informativo de continuas maquinaciones políticas: Joaquín Mosquera, sustituto designado como Presidente de la Colosal Colombia, ha asumido el poder pero su legalidad aún es impugnada por el Normal Rafael Urdaneta. El universal ten presente que su «sueño comenzó a desmoronarse el mismo día en que se realizó».

Por final llega  su pasaporte, y dos días luego se van con su comitiva en torno a Cartagena y la costa, donde se hacen más recepciones en su honor. A lo riguroso de este tiempo, él es abordado por muchas mujeres, pero por medio de su patología por ahora no posee la oportunidad de tener sexo con ellas.

El Normal se ve intensamente afectado cuando oye que su amigo y posible  sustituto para ser el presidente de la Colosal Colombia, el mariscal de campo Antonio José de Sucre, fué emboscado y ejecutado.

Ahora mismo, uno de sus audiencia de campo dice al universal que el universal Rafael Urdaneta se ha hecho cargo del gobierno en Bogotá, y hay reportes de manifestaciones y disturbios en seguimiento de una revés al poder de parte de Bolívar.

El montón del Normal viaja a la ciudad de Soledad, donde se queda por más de un mes, y su sanidad sigue disminuyendo. En Soledad, el universal facilita ver a un médico por primera ocasión. Te sugerimos la ojeada de Pedro Páramo de Juan Rulfo.

El universal de ningún modo deja Sudamérica. Termina su delirio en Santa Marta, muy débil para continuar y con solo su médico y sus ayudantes más cercanos a su flanco. Muere en la pobreza, una sombra del hombre que liberó parte considerable del montón de naciones.

 

Examen de El General en su Laberinto

El compendio El universal en su Enredo traza el delirio final de Bolívar desde Bogotá a la costa caribeña de Colombia en su búsqueda de salir de Sudamérica para el extrañamiento en Europa.Rompiendo con el clásico retrato heroico de Bolívar El Libertador, García Márquez representa a un patético personaje primordial, un hombre prematuramente enfermo y sofocado mentalmente.

La historia explora el embrollo de la vida de Bolívar a través de la narración de sus expresiones, donde «la desesperación, la patología y la desaparición sin circunstancia a dudas ganan sobre el cariño, la sanidad y la vida».

Su mezcla de géneros hace que El Normal en su Enredo sea difícil de clasificar, y los comentaristas no están en concordancia sobre dónde está en la escalera entre el relato nuevo y el histórico.

La inserción de García Márquez de rudimentos interpretativos y ficcionalizados -algunos de los instantes más íntimos de Bolívar- al inicio causó indignación en partes de América Latina. Otro compendio de este escritor es Crónica de una asesinato anunciada.

Muchas figuras destacables de América Latina creían que la novelística retrataba una imagen negativa de todo el planeta exógeno de una de las figuras históricas más interesantes de la región. Otros vieron El universal en su embrollo como un tónico para la civilización latinoamericana y un desafío para la región para batallar sus problemas.

 

Compendio por capítulos de El General en su Laberinto

En El universal en su embrollo, García Márquez expresa sus críticas políticas a través del carácter del universal. Por ejemplo, Álvarez Borland señala que en la campo donde el Normal asegura al diplomático francés, el diplomático es crítico de la barbarie en América Latina y los medios brutales usados en el intento de sentir la independencia.

Bolívar asegura señalando que Europa tuvo siglos para progresar a su estado de hoy, y que América del Sur debería presenciar su «Tiempo Media en paz». De forma similar, García Márquez dice en su alegato del Nobel que «la venerable Europa sería quizás más perceptiva si tratara de ver a América Latina en su pasado. Si solo recordara que Londres tardó trescientos primaveras en hacer su primer tapia de la ciudad».

Al revisar El universal en su embrollo en 1990, la novelista Margaret Atwood señaló otra instancia de García Márquez que muestra cuestiones políticas a través del carácter del universal. Le hace afirmar a su ayudante que USA es «todopoderoso y terrible, y que su crónica de independencia terminará en una plaga de miserias para todos nosotros».

El embrollo del título de la novelística tiene relación a «una serie de laberintos que están supeditados a asuntos de historia, cosmografía y vida  que de guisa consistente y concluyente resultan en un callejón sin salida».  Otra obra de García Márquez es El universal no tiene quien le escriba.

Su final delirio en todo el río Bizcocho piensa una duplicación de ida y revés de un espacio a otro que lo transporta a él y a sus leales a ninguna parte. El embrollo no transporta a la gozo; en cambio, resulta en la disparidad de la advertencia recurrente sobre el pasado y un futuro irrealizable.

En el desenlace de su crónica, el Normal se decrece a un espectro de su ser previo.El embrollo además recuerda el embrollo construido para enchiquerar al minotauro en la mitología griega, y el interminable delirio y búsqueda de antiguos héroes griegos, como el pasado en la Casa de Asterión de Jorge Luis Borges. El embrollo refleja las andanzas y las tribulaciones del héroe en rastreo de sentido y resolución a las vicisitudes de la vida».

García Márquez señala el cuerpo del Normal como un embrollo. Su médico mira que «todo lo que ingresa al cuerpo, añade peso, y todo lo que lo deja se degrada».  El cuerpo del universal se señala como un «embrollo que llega a un callejón sin salida exacto».

El embrollo además se expresa en imágenes geográficas y arquitectónicas. El destino del país se piensa como una separación, un plegamiento de finalidad a sur. Los mares ofrecen la promesa de una vida novedosa y un nuevo universo, pero cuanto más cerca esté el universal de Colombia, menos configuraciones tendrá de seguir delante.

García Márquez señala los inmuebles como «desalentadores, reverberantes (si no exactamente reiterativos) con los ecos de un pasado sangriento». La representación de todo el planeta del Normal como un embrollo se ve subrayada por su recurrente retorno a las localidades y pueblos que visitó ayer: cada circunstancia forma parte tanto al pasado como al presente.

El Normal en su Enredo poso las líneas entre la perdición en un mundo llevado a término por el hombre y deambulando en el planeta natural. El destino de Bolívar es habitual desde el eclosión, y García Márquez en todo momento usa imágenes que presagian este final. Por ejemplo, un temporalizador atascado a las siete y una, la hora precisa de la desaparición del Normal, hace aparición repetidamente en la novelística.

Este sentido del destino se introduce en el epígrafe, que procede de una carta redactada por el histórico Bolívar al universal Santander el 4 de agosto de 1823: «Parece que el diablo controla el negocio de mi vida». En consecuencia, el universal sucumbe a su destino y facilita su asesinato como destino.

El tema del inclinación es central en la novelística. Bolívar tenía popularidad de mujeriego, y se han escrito libros sobre su piropo; pero como se señala en esta novelística El Normal en su Enredo, durante los últimos siete meses de su crónica, el universal por ahora no pudo conformar parte en las ocupaciones que habían alimentado esa reputación.

García Márquez cuenta a una mujer cada pocas páginas, muchas de las cuales son su propia invención, explorando el cariño a través de los expresiones del Normal. Palencia-Roth señala que la presencia de estas mujeres «permite una exploración laberíntica de su crónica ayer de su delirio final»  y sugiere que García Márquez utiliza el cariño como un barómetro del corazón y la sanidad del Normal.

Más allá de que se cree que Bolívar murió de tuberculosis, Palencia-Roth piensa que, para el constructor, el Normal muere por carecer de inclinación. «Despreciado por numerosos de sus compatriotas, descuidado por todos menos unos pocos ayudantes y asociados, descuidado, durante los últimos siete meses de su crónica, sin la compañía de Manuela Saenz, su con pasión de un extenso tiempo, Bolívar no tuvo más remedio que morir de un corazón roto».

La historia y civilización de América Latina,  comenzó con la pérdida del sueño de Bolívar de un montón de naciones unido y, como resultado, se creó bajo una sombra melancólica desde ese instante.Otra obra atrayente es la de Miguel Otero Silva Cuando quiero rezumar no gimoteo.

Así, forzando al conferenciante a regresar al origen de la modernidad en América Latina y batallar su asesinato de la forma más horrible, García Márquez ordena al conferenciante a ocurrir de la melancolía al desdicha, «para que el espanto del objeto perdido» de la modernidad puede dejar de administrar la finanzas libidinal del alegato cultural hispanoamericano y la vida histórica».

La novelística recrea un tiempo en la vida de Bolívar que no tiene precedentes históricos, ya que no hay registro de los últimos 14 días de su crónica. En la cuenta de García Márquez, los que leen observan a Bolívar íntimamente, al ver sus características humanas.

El Normal en su embrollo además confronta los métodos de los historiadores oficiales al usar un estilo de narración hablado. La narración se puede tomar en cuenta una cuenta hablado porque está tejida desde las relaciones verbales de la multitud popular. Te sugerimos la novelística De inclinación y de sombra de Isabel Al otro lado.

 

 

 

Personajes de El General en su Laberinto

El universal Simón Bolívar pintado en 1825 por José Gil de Castro, es el personaje escencial de la novelística es «el universal», además llamado «el Libertador». García Márquez nombra sólo una vez a su protagonista como Simón Bolívar, la famosa figura histórica, cuyo título terminado era el Normal Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, en quien se plinto el personaje del Normal.

El retrato de la novelística de un héroe doméstico y iberoamericano, que desafía el registro histórico, provocó indignación en algunos sectores con su publicación.

Al eclosión de la novelística, el universal tiene 46 primaveras  y muere lentamente en su final delirio al puerto de Cartagena de Indias, donde tiene premeditado zarpar en torno a Europa. Como señala Palencia-Roth, «Bolívar es escogido aquí no solo como una víctima sino como un agente de los trágicos errores políticos de América Latina».

García Márquez utiliza otros hechos documentados como puntos de partida para su retrato ficcional de Bolívar, por ejemplo cosas, su dedicación al ejército por en lo alto de todo, su rápido ocaso de la perduración,  y su mal índole.

De este final, el acólito de Bolívar O’Leary comentó cuando «su temperamento imperioso e impaciente de ningún modo toleraría la beocio atraso en la ejecución de una orden».

En un documentación con María Elvira Samper, García Márquez ha admitido que su retrato de Bolívar es en parte un autorretrato. Se identifica con Bolívar de muchas formas, ya que su método para controlar su furia es el mismo y sus puntos de aspecto filosóficos son similares: nadie «presta mucha atención a la desaparición, porque eso distrae a uno de lo más importante: lo que uno hace en la vida».

José Palacios: La novelística comienza con el nombre de José Palacios, quien, aquí como con la figura histórica del mismo nombre, es el «mayordomo de popularizada data» de Bolívar.

Como mira el crítico culto Seymour Menton, la «identificación total de Palacios con Bolívar constituye el situación de la novelística».  Palacios en todo momento prórroga al Normal, y en algunos instantes solo él está permitido en la habitación del Normal. Él aprendió a habitar con la imprevisibilidad de su hábil y no presume de observar sus pensamientos.

Simultáneamente, sin requisa, Palacios es además el confidente más cercano al Normal, la persona más capacitada para observar sus estados de talante y transmitir sus emociones. Nacido ciervo, el personaje es seis primaveras beocio que el universal y ha dedicado toda su crónica a su servicio.

A lo dispendioso de la novelística, Palacios ofrece al Normal con aclaraciones o recordatorios de fechas y eventos durante el tiempo de desilusión del Normal. Según un crítico, la aptitud de Palacios de acordarse hechos pasados ​​en la vida de Bolívar es primordial para la asueto del personaje de García Márquez, ya que posibilita que el Bolívar de la historia oficial se ubique interiormente del contexto de la vida día tras día.

Manuela Sáenz: Manuela Sáenz es la con pasión ya hace un extenso tiempo del Normal, la última desde la desaparición de su mujer, 27 primaveras ayer. Su personaje se sostiene en la con pasión histórica de Simón Bolívar, Doña Manuela Sáenz de Thorne, a quien Bolívar apodó «la libertadora del libertador» luego de acontecer ayudado a salvarlo de un intento de homicidio la confusión del 25 de septiembre de 1828.

Retrato ficcional de García Márquez estimuló una reevaluación de esta figura histórica, que cada vez más se ve, según el historiador venezolano Denzil Romero, «no solo como una con pasión sino como la mujer capaz, sin dependencia y enérgica que era».

En la novelística, ella es descrita como «la osado Quiteña que lo amaba pero que no iba a seguirlo hasta su asesinato». El Normal deja a Manuela Sáenz a espaldas, pero a lo dispendioso de la novelística le redacta sobre su delirio. Ella además intenta escribirle cartas con informativo de la situación política, pero a los carteros se les ha arreglado que no acepten sus cartas.

De la misma guisa que la figura histórica donde se plinto,  la ficticia Manuela Sáenz está casada con el Dr. James Thorne, un médico inglés que le dobla la perduración. La histórica Manuela Sáenz dejó a Thorne luego de que Bolívar escribiera declarando su inclinación perenne por ella. En la novelística, se la caracteriza como astuta e indomable, con «disposición arrollador, sentido de poder y perserverancia ilimitada».

Normal Francisco de Paula Santander: Al reflexionar sobre el pasado, el universal frecuentemente piensa y sueña con su anticuado amigo Francisco de Paula Santander.  El histórico Francisco de Paula Santander era amigo de Simón Bolívar, pero más tarde se le acusó de cooperación en un complot para asesinarlo y enviarlo al extrañamiento.

Anteriormente  consideraba a Santander como «su otro yo, y quizás su mejor yo»,  pero cuando sucedieron los hechos en El Normal en su Enredo, Santander se convirtió en enemigo universal y fue desterrado a París luego de su billete en el intento de homicidio.

El Normal se muestra atormentado por la idea de que Santander regrese de su extrañamiento en Francia; sueña, por ejemplo cosas, que Santander está comiendo las páginas de un compendio, que está cubierto de cucarachas, y que se está arrancando los fanales.

Mariscal de campo Antonio José de Sucre: El mariscal de campo Antonio José de Sucre es retratado como un amigo íntimo del Normal. El histórico Antonio José de Sucre, el mariscal de campo de Ayacucho, había sido el universal más verosímil de Simón Bolívar.

García Márquez  en su novel El Normal en su Enredo lo señala como «inteligente, metódico, achicopalado y supersticioso».  El Field Marshal está casado y tiene una hija con Doña Mariana Carcelén. En el primer capítulo de la novelística, el universal le pide a Sucre que lo ocurra como presidente de la República, pero él repudia la idea.

Una de las causas que brinda Sucre es que solo quiere habitar su crónica para su comunidad. Todavía al eclosión de la novelística, la desaparición de Sucre está prefigurada. Sucre le dice al universal que tiene premeditado celebrar la fiesta de San Antonio en Libre con su comunidad. Cuando el universal audición que Sucre fué ejecutado en Berruecos en su sendero de regreso a Libre, vomita cepa.

Otros individuos: La novelística El Normal en su Enredo paseo cerca de la figura ficticia de Bolívar e tiene interiormente a numerosos individuos inferiores que forman parte del montón itinerante del Normal, a quienes encuentra en su delirio o que acuden a él en sus expresiones y sueños de su pasado.

Algunas ocasiones se identifican por antojos particulares o vinculados a eventos pequeños pero significativos. Incluyen, por ejemplo cosas, al universal José María Carreño, un ingrediente de la comitiva, cuyo padrino derecho fue amputado luego de una herida de combate,  y que una vez reveló un secreto marcial al comentar mientras dormía.

En otras oportunidades, son prótesis para los poderes ahora mismo fracasados ​​del Normal: Fernando, por ejemplo cosas, sobrino del Normal, es «el más dispuesto y condescendiente de los numerosos empleados del Normal»,  y el Normal lo despierta «en algún hora para que lo lea en voz ingreso de un compendio poco divertido o tome notas sobre extemporizaciones urgentes «.

Uno de los individuos menos desarrollados de los inferiores es la mujer del universal, María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, que murió, según se le dice a los que leen, en ocasiones misteriosas poco luego de su casorio.

El universal la ha «enterrado en el fondo de un olvido a prueba de agua como una forma sin corazón de habitar sin ella»; ella solo entra fugazmente en sus expresiones en el final capítulo del compendio.

Según Menton, ella está «eclipsada» por Manuela Sáenz, cuya historia posterior García Márquez cuenta como si fuera la viuda del universal. La asesinato de María Teresa, sin requisa, marcó el «comienzo en la historia» del Normal, y de ningún modo intentó de reemplazarla. Otra novelística atrayente que tienes que observar es La disputa del fin de todo el planeta de Mario Vargas Llosa.

Argumento de El General en su Laberinto

La idea auténtico de escribir un compendio sobre Simón Bolívar le llegó a García Márquez a través de su amigo y compañero escritor colombiano Álvaro Mutis, a quien está dedicado el compendio.

Dos primaveras luego de observar El Posterior Rostro, García Márquez le solicitó a Mutis su autorización para escribir un compendio sobre el final delirio de Bolívar.

García Márquez creía que la mayoría de la información acondicionado sobre Bolívar era unidimensional: «Nadie dijo en las biografías de Bolívar que cantó o que estaba estreñido … pero los historiadores no dicen estas cosas porque creen que no importan. «

En el culminación de la novelística El Normal en su Enredo, García Márquez redacta que investigó el compendio durante dos primaveras; la tarea fue difícil, tanto por su errata de experiencia en la realización de indagaciones históricas, como por la carencia de pruebas documentales de los hechos del período final de la vida de Bolívar.

García Márquez investigó una amplia variedad de documentos históricos, interiormente las cartas de Bolívar, periódicos del siglo XIX y los 34 volúmenes de memorias de Daniel Florencio O’Leary .

Contrató la audiencia de varios expertos, entre ellos la geógrafa Gladstone Oliva; el historiador y compañero colombiano Eugenio Gutiérrez Celys, quien había coescrito un compendio titulado Bolívar Día a Día con el historiador Fabio Puyo; y el astrónomo Jorge Perezdoval-García Márquez usó un inventario primoroso por Perezdoval para detallar qué noches Bolívar pasó bajo escaparate llena.

García Márquez  en El Normal en su Enredo además trabajó íntimamente con Antonio Bolívar Goyanes, un común remoto de Bolívar, durante la extendida estampación del compendio.  Puedes observar además La Casa de los espiritus de Isabel Al otro lado.