El si de las niñas, es una novela redactada por el español Leandro Fernández de Moratín en los comienzos del siglo XIX. Novela donde se cuenta la narración de un hombre de 60 años llamado Don Diego quien está acompañado de su sirviente simón, en una posada de Alcalá, aguardando de la llegada de doña Inés y de su hija francisca. Don Diego durante ese tiempo le cuenta a Simón que el esta enamorado de Francisca ya que para el es una muchacha con buenos valores, virtudes y más que nada muy hermosa, por esa razón el y dona Inés madre de Francisca planearon el matrimonio entre don Diego y Francisca, aun sin la aprobación de ella, ya que durante ese tiempo ella se encontraba aprendiendo en un internado de monjas. Tal razón del acuerdo de el matrimonio entre ellos, era la causa por la cual don Diego se encontraba aguardando de la llegada de doña Inés quien había ido a agarrar a Guadalajara a Francisca y la llevaría hasta Alcalá a la posado donde se encontraba don Diego para que se conocieran antes del matrimonio.
Durante la charla en la mitad de estos dos hombres, simón su criado le dice a don Diego sobre la distingue de edades entre Francisca y el, y le dice también que el joven y apuesto sobrino de don Diego llamado Carlos es conveniente partido para la joven, a eso que don Diego tiene una reacción molesto ya que el piensa que su sobrino es un mujeriego y que jamás toma a las mujeres como algo serio. Al fin la espera termina y llega doña Inés y su hija, ellos se detallan y empiezan una charla hablando sobre las múltiples familias millonarias, conversación que para francisca es poco atrayente, así que elige retirarse del lugar y se va. Al no encontrarse presente Francisca explota don Diego y doña Inés a comentar sobre la joven, don Diego le pide a dona Inés que Francisca sea quien le diga de frente el cariño que siente por el, ya que los teóricos halagos que el a recibido fueron a través de la madre. El quiere que la joven le confiese el porque escoge un marido experimentado, de edad madura y que sepa como llevar su matrimonio, ya que los matrimonios jóvenes no tiene la aptitud de llevar un relación. Pero lo que los dos no tienen iniciativa es que Francisca y Carlos el sobrino de don Diego, mantuvieron una relación en secreto, durante el tiempo que la Joven estuvo aprendiendo en el convento. Carlos la visitaba por las noches, el llegaba sigilosamente y se saltaba el muro de el sitio para encontrarse a solas y en secreto con Francisca en el jardín de el convento.
Por otro lado doña Inés transporta con ella a su criada llamada Rita de quien no sabe que mantiene comunicación con Calamocha, sirviente de Carlos el sobrino de don Diego. Los dos están en la misma posada, Calamocha le cuenta a Rita que su patrón recibió una carta donde Francisca le cuenta que su madre esta planeando casarla con un señor de 60 años, en ese momento su patrón Carlos se encontraba en Zaragoza y decidió viajar hacia Alcalá para evadir la unión de ese matrimonio y confesarle a doña Inés sus pretenciones de amor hacia francisca. Calamocha le dice a Rita que vaya y le cuente a Francisca que Carlos su patrón también está alojado en la misma posada.
Hasta el momento doña Inés manda a llamar a su hija y al estar con ella Francisca le confiesa a su madre que ella por ahora no es una niña y que sabe el criterio de el cariño, ella se niega a casarse con don Diego por que no lo quiere, la madre de francisca trata la forma de convencerla y de que ella crea que lo relevante que tiene la posibilidad de hacer es casarse con don Diego ya que con el no le hará falta nada y podrá tener mas lujos de los que ella se piensa. Doña Inés piensa que su hija no quiere contraer matrimonio con don Diego por que ella se quiere quedar en el convento y transformarse en monja, pero francisca lo niega. Hasta el momento don Diego sospecha que la joven no siente el mismo cariño que el siente por ella y le dice a Francisca que espera que ella le exponga su cariño ya que para el ella es muy especial, pero cuando francisca intenta mencionarle sus pretenciones de no contraer matrimonio con el, la madre la pausa e impide que ella le confiese la verdad.
Después don Diego sale de la habitación y declara que su sobrino Carlos está en la misma posada, a eso que el le pregunta la razón por la cual está en el sitio, Carlos temeroso termina por contarle toda la verdad a su tío, pero este se molesta y lo echa de la posada, enojado don Diego le pide que se regrese a Zaragoza y que cumpla con sus obligaciones, Carlos obedece a las observaciones de su tío y se marcha colocado junto con su sirviente Camocha. Rita la criada de doña Inés se entera de lo que pasó y va y le cuenta a Francisca que Carlos y su sirviente se han marchado de la posada, la joven rompe en llanto y piensa que Carlos la ha engañado. Esa misma noche Carlos le llevan serenata a Francisca y tira una carta por la ventana, carta que Rita tendría que agarrar y llevársela a Francisca, pero por equivocación cae en manos de don Diego, el se molesta muy porque sospecha que el acto es propiciado por un enamorado de Francisca. Cuando Rita sale en busca de la carta, la criada no la encuentra y regresa con Francisca y le dice que no encontró la supuesta carta que Carlos tiraría por la ventana, la joven se empieza a sentir decepcionada y piensa que el Joven Carlos nada mas la ha engañado.
Esa noche Francisca y don Diego están en la salón de la posada y el le pide que le confiese lo que en verdad siente por el y que si existe otro pretendiente que a ella le interese, pero la joven al sentirse decepcionada por el supuesto abandono de el joven, ella le dice que no existe nadie mas, que la razón por la que ella no quiere casarse con el es porque quiere regresar al convento. Don Diego no muy convencido leer la carta y se entera que el pretendiente de Francisca es su sobrino Carlos. El lo manda a llamar con su sirviente Simón y le pide a su sobrino que le exponga su pretenciones con Francisca, el le cuenta que por un tiempo ellos mantuvieron una relación en secreto y que el llegó para conseguir casarse con ella. Frente esta situación don Diego se brinda cuenta que la Joven no siente el mismo cariño que el creía que sentía por el. El le dice a doña Inés de que su hija esta enamorada pero no de el, sino de su sobrino Carlos, pero doña Inés piensa que es un plan de don Diego para liberarse de todo deber con su hija, pero don Diego trata de seducir a doña Inés y le dice que el no tiene ningún impedimento en que Francisca y su sobrino Carlos contraigan Matrimonio, de lo contrario el bendice su unión y los frutos de esa relación.