«Ringil Eskiath, el experimentado portador de la espada Críacuervos forjada por los kiriath, es un hombre perseguido: por su pasado y la familia que le desheredó, por los magnates esclavistas de Trelayne que desean verlo fallecido, y según lo que parece por los mismísimos dioses, que se han fijado en él mas cuyos propósitos son, como siempre, oscuros. A Ringil solo le queda un sitio donde ir: Yhelteth, la capital del imperio del sur, donde quizás pueda buscar cobijo con la mestiza Archeth, su vieja camarada de armas y ahora consejera del emperador.
Mas Archeth tiene sus inconvenientes, que incluyen la presencia de su convidado, guardaespaldas y viejo nómada de las estepas Egar el Matadragones. Lejos de lograr un respiro, Ringil se hallará enredado en nuevos complots y inciertas coaliciones que no resultan más saludables que las que ha dejado atrás. Sus viejos oponentes avizoran, el viejo orden está podrido y quebrándose, y si bien absolutamente nadie lo sabe aún, la urbe de Yhelteth está a puntito de reventar.
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