La mareante secuela de El cuarto mono. El pasado de Anson Bishop y una nueva avalancha de horribles crímenes. No puedes jugar a ser Dios si no conoces bien al demonio.
El FBI ha retirado del caso Anson Bishop (el asesino de El Cuarto Mono) a Porter y su equipo, que pronto se encaran a una nueva serie de asesinatos: tras estar desaparecida a lo largo de 3 semanas, el cuerpo de Ella Reynolds aparece en un estanque del Parque Jackson, si bien el agua hace meses que se heló. Además de esto, lleva la ropa de otra joven desaparecida hace tan solo un par de días. Porter y su equipo comienzan a reconstruir las pistas de este nuevo caso y, al tiempo, en secreto, Porter prosigue el indicio de Anson. Cuando sus superiores lo descubren, Porter queda suspendido de sus funciones mientras que Clair y Nash procuran al asesino del lago. La pista de Anson va a llevar a Porter desde Chicago hasta Nueva Orleans y a Carolina del Sur. A cada paso que da, Anson semeja estar manipulando los sucesos, siempre y en toda circunstancia un paso por delante y Porter se percata de que el único sitio más obscuro que la psique de un asesino en serie es la de la madre que le dio la vida.