Resumen del libro Las ruinas circulares

Las ruinas circulares es un cuento escrito por el constructor argentino Jorge Luis Borges. Fue comunicado por primera ocasión en diciembre de de 1940, en una revista literaria “Sur”. Después, al año siguiente,  en 1941 se incluyó en la colección de El jardín de caminos que se bifurcan, que tres años después fue parte de Ficciones.

Resumen y síntesis

Este cuento va de que un hombre gris que no posee nombre, intenta llevar a cabo a un nuevo hombre a través de sus sueños. Entre las cosas que trata el relato están el regreso del infinito, el avance de creación literaria y la leyenda del Golem.

Género: Cuento de ficción

Comienza contando que un hombre llega a las ruinas de un anticuado templo con forma circular. Un hombre con únicamente una misión: llevar a cabo un nuevo hombre a través de sus sueños y llevarlo después a la realidad. Al comienzo, este hombre sueña que está en todo el centro de un teatro lleno de estudiantes a los cuales imparte clases.

El soñador: Este es el personaje escencial y personaje primordial de la historia, ya que todo inicia con él. Es descrito como “el forastero” o “el hombre gris”. Él llega a las ruinas lleno de lesiones, pero se ve no sentir mal a raíz de ellas. Al día siguiente que llega ya sus lesiones han cicatrizado y no se denomina la atención. Lo que  nos da un atisbo de que el soñador no es un hombre común. Lo que se afirma cuando él afirma que puede vigilar sus sueños a intención y que puede llevar a cabo un nuevo ser a través de sus sueños. En el desenlace cuando puede caminar por el fuego, descubrimos que también es una proyección.

El dios del Fuego:

El soñado: es el hijo que ha perfeccionado el soñador a través de los años y que consigue traer a la vida con asistencia del dios del Fuego, ya que antes solo podía soñar y no podía comentar o realizar algo más. Al comienzo, sale como el joven alumno al que enseña el soñador, que tiene las características de ser un jóven taciturno, cetrino, díscolo, que se parecían a las del soñador.

El soñado:

Personajes

Después elige a un alumno, después de darle algunas enseñanzas particulares, que impresionado y maravillado con las habilidades poco comúnes del joven alumno. Sin embargo, un día el hombre se despierta y por más que lo intente durante muchas noches no consigue conciliar el sueño. Se brinda cuenta que su primer intento no ha funcionado y trata de buscar otro método de trabajo.

Análisis

Después de tener un óptimo descanso y estudiar exhaustivamente numerosos ritos de adoración y purificación hacia los dioses, este hombre cae dormido y sueña con un corazón.  Después de muchas noches y días, de hecho años pasan, en los que el hombre poco a poco va creando a su hijo, tomando mucha atención en los datos.

Cuando al fin el joven está terminado, sin embargo, no tiene la aptitud de comentar o incorporarse: lo único que hace es soñar. Por lo cual el hombre le ruega por su asistencia al dios del Fuego para que le dé vida a su hijo y lo haga consciente. Así que el joven jóven se despierta como un hombre real, de carne y hueso, pero es enviado a otro templo.

Solo el hombre que sueña y el dios del Fuego saben que el joven hijo es una creación, un hombre soñado, que no es un sujeto real como tal. Al pasar el tiempo, el soñador se entera a través de otra gente que escuchó que decían que existía un hombre en otro templo que tenía la aptitud de caminar sobre el fuego. El hombre que de quien hablan es su hijo, por lo cual se preocupa que vaya a entender que no existe si no una proyección construída en sueños.

Súbitamente, se acerca un colosal fuego al templo donde estaba el hombre que soñaba, y solemnemente facilita que llegó el momento de su muerte y entonces elige caminar sobre el fuego. El soñador facilita y comprende en ese momento que él también es una proyección, oséa, un sueño de otro hombre.

Una crítica, llamada Ana María Barrenechea, nos comunica que recurrentemente Borges redacta cuentos con cierto sentido metatextual, que crea cuentos pero que recurrentemente tienen forma de ensayo, que en la mayoría de los casos son una colosal mezcla de coloridos comentarios de críticos populares y de autores y libros inventados; y son estas invenciones, las que inspiran al constructor Borges.

En el desenlace de la historia, se nos enseña que la creación es un eterno período de pensamientos de personas soñándose entre sí mismos, ejercitando al sueño en las artes del fuego constructor y así mandando al nuevo hombre para que repita el avance. Lo que nos quiere prestar a abarcar el cuento, es que desde el método del constructor, la creación no es consciente de su origen si no hasta que llega a un final donde se reitera, donde está en una paradoja con el fuego: que es fuerza creadora y destructiva simultáneamente.

Con esto, se suma el método de que la ilusión y la realidad se mantienen unidos y separados por una delgada línea llamada sueños. La multitud que buscan llevar a cabo cosas en sus sueños, suponen que estas producciones son más reales que sus sueños recurrentes, entonces, como Borges crea un metatexto, crean un metasueño. Oséa, un sueño sobre el sueño, en un texto sobre el texto.

El fuego, en esta situación obtiene un valor simbólico como materia que activa la voluntad: un soñador obtiene del sueño algo mejor que la realidad pero sin situación no habría material para el sueño.