Renee Ballard, que prosigue trabajando en el turno por la noche, retorna a la comisaría de Hollywood de madrugada y se halla a un ignoto escarbando en los viejos archivadores. El intruso es el detective retirado Harry Bosch, que busca pistas de un caso abierto que lo obsesiona. Ballard lo echa, mas entonces examina el expediente y siente una profunda empatía y saña. Bosch está estudiando la muerte de Daisy Clayton, una joven de 15 años que se escapó de casa. Mientras que vagabundeaba por las calles de Hollywood, fue salvajemente asesinada y su cadáver fue lanzado en un contenedor tal y como si de basura se tratara. Ballard une fuerzas con Bosch para descubrir lo que le ocurrió a Daisy y llevar por último a su asesino frente a la justicia.