«En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, , Adosinda, me apresto a empezar la crónica de los hechos sucedidos en este rincón de la cristiandad entre el funesto año setecientos once, cuando se perdió Spania, y el setecientos veintidos, cuando mi hermano Pelayo, coronado rey de los godos, ganó la batalla que dejó comenzar la reconquista del territorio cedido al islam.
Mi deseo, al redactar el nacimiento del nuevo reino, ha sido penetrar en la supone de los hechos y revivirlos con los pensamientos y pasiones de quienes los protagonizaron. Por el hecho de que ya absolutamente nadie niega que Pelayo y sus hombres hicieron algo más que ganar en Covadonga: juntos sembraron una idea, algo que vale tanto como un planeta nuevo, puesto que las ideas se agitan en el aire sin que se puedan aprisionar y fecundan a las naciones…».
Esta es la historia auténtica de de qué forma Pelayo y sus valientes astures comenzaron la más excepcional de las aventuras: la Reconquista de España.