Sé infiel y no mires con quién
España (1985) *
Duración: 88 Min.
Música: Ángel Muñoz Alonso
Fotografía: Juan Amorós
Guion: Fernando Trueba (O.: Ray Cooney, John Chapman)
Dirección: Fernando Trueba
Intérpretes: Ana Belén (Rosa), Carmen Maura (Carmen), Antonio Resines (Fernando), Santiago Ramos (Paco), Guillermo Montesinos (Óscar), Verónica Forqué (Silvia), Chus Lampreave (Adela Mora), Bibi Andersen (Raquel), José Luis Fernández, “Pirri” (Eulogio).
Fernando es colega minoritario, adjuntado con Paco, de una editorial de cuentos infantiles en quiebra, que quieren sacar adelante empleando a la reconocida autora Adela Mora y sus cuentos sobre el perrito “Guau, guau” tras hacerle ver que su previo editorial, donde trabajaba Silvia y a la que Paco atrajo, publicaba además de cuentos infantiles, pornografía.
Pero, próximo de firmar el contrato, y ya agotado de Silvia, se cita con una telefonista, pidiéndole a Fernando que le deje su casa para esa noche mientras él cierra el trato.
Simultáneamente, Carmen, la mujer de Paco le pide también a Rosa, mujer de Fernando, el piso para un acercamiento con Eulogio un chaval que está finalizando la mili.
Todo se enredará cuando Fernando encuentra una carta enviada por Eulogio a Carmen, y que él piensa que es de algún apasionado de su mujer.
Óscar, amigo de Rosa y enamorado de ella que les asistencia en la decoración de la vivienda llegará a suponer que Fernando y Paco son gays al observarlos siempre juntos espiando a Rosa cuando tratan de conocer su infidelidad.
Y Óscar pasará a ser el primordial sospechoso de ser el apasionado de Rosa cuando la llama “Hada Madrina”, término usado por Eulogio en su carta a Carmen.
Fernando, triste sale hacia el hotel en que le espera Adela Mora tras romper con Rosa a la que le quiere que sea feliz con Óscar.
Rosa, confusa escoge aclararlo todo, por lo cual sale con Óscar hacia el hotel llevando el contrato, que Fernando había olvidado.
Pero Silvia, más preocupada por su separación con Paco que por su trabajo se equivoca al enviar los taxis que debían agarrar a Adela Mora y a la telefonista con la que Paco se había citando, mandando a esta al hotel, y a Adela a la editorial.
Rosa encontrará a Fernando con la telefonista, ya desnuda, sin entender que el primer asombrado es nuestro Fernando, que no sabe la actitud de la que él cree Adela, y que debe aguantar además una tremenda bronca de Rosa, que hará que terminen en comisaría.
Entretanto Paco se ve obligado a llevar las negociaciones con Adela mientras Silvia, ataviada con un body con el que trataba de atraerlo redacta otra vez el contrato, mientras en la vivienda de al costado, con la que el despacho se comunica a través de una puerta secreta disimulada tras una librería, su mujer se reencuentra con Eulogio.
Y este, que piensa que Carmen es una prostituta, confunde a Adela con la madame cuando sale a buscar champán, y la invita a una copa, lo que hará que Paco lo descubra allí y que Carmen se dé cuenta de que está su marido, realizando que Eulogio sale a la cornisa.
En ella se encontrará con Silvia ataviada con su body, y que huye de Adela, ocasionando la llegada de la policía que los transporta a comisaría donde se juntan con el grupo del hotel.
Tras el hecho, Carmen y Paco continuarán con sus vidas, engañándose mutuamente, mientras Adela firma el contrato, haciéndose de los servicios de Eulogio como chófer, y Silvia encuentra por último consuelo con Óscar.
Sólo se verá afectada negativamente la relación de Fernando y Rosa, por culpa de su desconfianza, debiendo vivir él mientras busca otra casa en el despacho.
Allí será encontrado por Rosa, que aun está enamorada y que escoge comunicar con él el champán que había comprado Carmen para Eulogio.
Calificación: 3