El periodista y escritor ovetense Miguel Ángel Delgado publicó en 2014 su primera novela («Tesla y la conspiración de la luz«) con la editorial Destino. Entre su actividad resaltan las colaboraciones con varios medios (ABC, El País, La Razón, La Vanguardia, el Español, Yorokobu, Quo…) y su tarea como Comisario en exposiciones centradas en las figuras de Julio Verne, Nikola Tesla y el personaje desarrollado por Mary Shelley, Frankestein. En 2016, anunció «Las calculadoras de estrellas» también con la editorial Destino.
«Tesla y la conspiración de la luz» es una novela de aventuras que nos traslada a la década de los años treinta del siglo XX, en Nueva York. Edgar, el personaje escencial de la novela, revela la verídica identidad del constructor de las teorías que hicieron viable la utilización de la energía eléctrica: Nikola Tesla. Las oportunidades lo acaban llevando a ayudar con una organización que quiere devolver a Tesla el consideración que se le ha negado. Para eso, son incontables los episodios en los que se verá envuelto. Aventuras, viajes, peligros… todo ello bajo la presión recurrente de la conspiración donde están envueltos individuos de colosal poder.
La narración de Miguel A. Delgado tiene la aptitud de llevarnos, desde el comienzo, a querer abarcar cómo avanza la aventura de un personaje que, en las primeras páginas, es posible que parezca que no va a tener un colosal peso en el resto de la historia. Nada más lejos. Más allá de estar ambientada noventa años atrás, la sensación de novela futurista no deja al lector, que de a poco se sumerge en la narración y se ve envuelto por esa atmósfera construída.
Es ineludible suponer en la comparación con las proyectos de Julio Verne, no en contenido, sino en las ambientaciones. Como entre otras cosas cosas el viaje en submarino, la ubicación de Villa Astoria en un ámbito nevado, en el que no resultaría extraño ver verse a Miguel Strogoff (la imaginación es libre). También, en la descripción del edificio en el que se refugia Tesla, se puede dejar volar la imaginación hasta los apartamentos en los que tienen lugar algunas de las oportunidades entre Rick Deckard, Roy Batty o Pris (personajes interpretados por Harrison Ford, Rutger Hauer y Daryl Hannah, respectivamente, en la adaptación que Ridley Scoot logró en 1982 de la obra de Philip K. Dick, «Blade Runner: ¿Sueñan los Androides con ovejas eléctricas?», obra lanzada por primera ocasión en 1968). Aunque quizá esto último solo esté en mi imaginación, estimulada por la ambientación que ejecuta Miguel A. Delgado.
En primordial, un colosal libro de aventuras, reivindicativo de la figura de Tesla, futurista, aunque insertado en el pasado. Y que, más que nada, sus individuos, que aportan un toque de secreto, rebeldía, falsedad, miedos y maldad, te seducen y envuelven hasta llegar a cubrir el desenlace.