Johnny Harris retorna a su pequeña urbe natal de Kentucky, tras cumplir una condena por un crimen que no había cometido. Se generan atroces murmuraciones a sus espaldas, mas hay una persona que le trata sin hostilidad: su vieja profesora de escuela Rachel Grant, la única que está persuadida de su inocencia. Los años de presidio han embrutecido a Johnny, mas no han conseguido quitarle un ápice de su natural atrayente. Y es una cosa que Rachel advierte de manera inmediata, desde exactamente el mismo momento en que lo ve bajar del autobús, en la estación donde ha ido a recogerle. Invadida por una extraña sensación, procura en balde escapar de la penetrante mirada de su viejo pupilo. Algo ha cambiado… Johnny ya no es aquel chaval joven…, se ha transformado en un hombre.