La novela relata la relación entre Severin y Wanda, y de qué forma aquel, en pos de una extraña y sortea «suprasensualidad», logra persuadir a su amada a fin de que lo trate como a un esclavo. Severin, entre la devoción y la penitencia, entre lo sagrado y lo blasfemo, recorrerá de rodillas todos y cada uno de los recorridos de este martirio del Eros. El servilismo, la atrocidad y el fetichismo no van a ser sino más bien los jalones que van a ir marcando su camino cara una nueva voluptuosidad. Las portentosas ilustraciones de Manuel Marsol, llenas de matices, toman de las incontables fuentes grecolatinas presentes en el texto para crear un colorista y desvariado paisaje de pesadilla por donde el deseo y las fantasías de sometimiento campan a sus anchas.